Existen graves sanciones para los transgresores de los tabús del incesto, indicando, por ejemplo, que son castigados eternamente por Dios, que sus hijos nacen homosexuales y fueren víctimas de los seres malévolos.
A los menores de edad (15 o 16 años) se les somete a castigos corporales como por ejemplo, golpeándoles en la espalda con ortigas públicamente en la casa del congreso local. A los adultos se les sanciona increpándoles y muchas veces salen multados y se les decomisan también sus bienes muebles e inmuebles. Si el incesto recae sobre los parientes de sangre, sus padres o sus familiares prefieren el aborto porque dicen:"para no pensar más en ellos ".
Respecto a los parientes de afinidad, las prohibiciones de incesto operan entre suegro-nuera, suegra-yerno: entre madrastra-hijastro y padrastro-hijastra. En cambio, como habíamos explicado, si se permite el sororato.
Los kunas pueden contraer nupcias dentro de su isla o fuera de ella, a condición de no olvidar las prohibiciones de incesto. Así en el poblado de Isla Pino, es frecuente, que los padres soliciten esposos para sus hijas fuera del marco comunitario, fenómeno que se explica en razón de la escasez de varones en la isla.
Tampoco tienen impedimentos que limiten la posibilidad de contraer matrimonio fuera del grupo étnico. Así en los pueblos más aculturados como en Narganá, sobre todo, se encuentran uniones conyugales entre hombres de la capital y mujeres kunas; y entre mujeres norteamericanas y hombres kunas, especialmente entre pastores protestantes.
El adulterio es la causa principal de la ruptura de la alianza matrimonial y es considerada como una escena de escándalo. Cuando alguien sorprende a una pareja "infraganti" delito de adulterio, los lleva al Congreso Local donde los recriminará a la luz pública hasta ocasionarles verguenza. Lossáhilas (jefes políticos-religiosos) y los arkarmar que son intérpretes de las palabras metafóricas de aquellos, son los encargados de llamarles la atención y aplicarles una multa. El precio de ésta fluctúa entre 10 y 50 balboas (o dólares) según el reglamento interno de cada comunidad. El esposo de la mujer adúltera tendrá derecho a elegir otra cónyugue y abandonar a aquella definitivamente, en cambio, no altera la marcha normal de la vida marital respeto al hombre seductor. Si éste es sorprendido después de los hechos, el pueblo lo llamará para que se comprometa a reconocer a la futura prole y colabore con la mujer en los gastos de alumbramiento.
Con el adulterio de la cónyuge, el esposo regresa al hogar de sus progenitores junto con el pago del "precio de la novia" (bienes entregados a ella en el matrimonio). Esta ruptura es severamente respaldada por la opinión pública; si el ofendido tiene alguna prole, sólo le obligarán a seguir manteniendo los hijos.
Si la familia adúltera goza de suficientes recursos económicos, por lo general, el humilde esposo suele dispensarla y retornar a ella; pero casi nunca acontece cuando el marido es de status contrario. Cuando éste abandona definitivamente por otra mujer, el hombre debe dejar a su primera consorte algunas parcelas, de otro modo, sus parientes o el mismo pueblo puede reclamárselo; esto es por el derecho de la fuerza de trabajo consumido de ella, durante el desbroce de la selva, por ejemplo, ella estuvo trabajando arduamente, durante el trabajo de roza del esposo, en la preparación de alimentos; le lavó la ropa sucia, etc. para reclamar este tipo de operaciones, las mujeres suelen expresarse así: "an arkan kumasmóga", es decir, también me quemé las manos madrugando para preparar alimentos durante el período de tumba y quema de árboles.
Otra de las causas que motivan el rompimiento del enlace está el maltrato de las cuñadas o suegras por el marido de la hermana o yerno o viceversa, la avaricia de la esposa o el esposo, celos muy extremados, la haraganería de los cónyuges, la esterilidad de uno de los consortes, etcétera.
Sin embargo, raramente acontece el divorcio entre los kunas; no obstante, es muy común la típica separación temporal de los hombres de sus esposas, como dicen ellos ome mette(separar de la esposa). Cuando un esposo decide abandonar a su cónyuge, porque ella lo ha insultado, se lo comunica a su madre para que vaya a la casa de su esposa por la hamaca, luego en una semana o un mes la esposa abandonada regresa por la noche a la casa de los suegros, donde el marido está acostado en una hamaca y le dice la mujer "vengo por tí" si él quiere reconciliar la aceptará a sentarse a acostarla en su hamaca, para luego retornar con ella a la casa de ésta. De lo contrario, no le hará caso ni dejará sentarse a su lado, sino le dirá: "ya no te quiero; eres muy regañona", pero la mujer no se desanimará con ésto, sino volverá cinco o diez veces hasta persuadirlo. Esto ocurre especialmente entre los matrimonios jóvenes; si le sucede a un hombre de edad madura, se expone a la rechifla general o burla de las vecinas. Por lo general, los jóvenes regresan siempre, cuando sus esposas van por ellos, de lo contrario, sentirían verguenza. No obstante, en algunas regiones como en la sección Cartí del Corregimiento numero uno, dicho procedimeinto funciona al revés; son los hombres quienes solicitan la reconciliación.
Todo ello nos llevan a concluir que, aunque la satisfacción sexual es factor de capital importancia en la institución del matrimonio kuna, no es en modo alguno el factor exclusivo en el mantenimiento de las relaciones maritales dentro de la familia. "De tanta o mayor importancia es el factor económico" (Aguirre, 1973:30).
Tanto los padres del muchacho como los de la muchacha, en el momento de elegir sus contrayentes, suelen efectuar una encuesta minuciosa acerca del nivel económico de su familia, ya que todos se preocupan que su prole esté bien casada; así, cuando los progenitores del novio observan que su hijo corteja a una joven indigente suelen objetar sus relaciones y tratan de persuadirle que se case con otra de mejor recurso económico, de ahí estriba la estrategia del matrimonio.
Además, el matrimonio suministra mayor fuerza de trabajo para incrementar la producción agrícola de la familia extensa matrilocal y así no se siente mucho la rudeza del trabajo tradicional de roza. También permite a la pareja completar su plena participación en la comunidad, en cuanto a sus derechos y deberes.
No obstante, hoy en día, por los múltiples cambios introducidos por la penetración de las técnicas occidentales y de las ideas procedentes del resto del mundo, se está modificando la forma típica de la familia extensa a la de la nuclear; esta última va disminuyendo paulatinamente la producción agrícola y el tamaño de la vivienda, es decir cada vez se construye una casa más pequeña. A pesar de estos cambios, muchas reglas y costumbres del matrimonio que he descrito, aún siguen en vigencia en muchos poblados, especialmente, los que están más alejados y menos aculturados.
Mucho queda todavía por escribir sobre el matrimonio kuna, sólo espero haber podido contribuir en algo a la visión de algunos de sus relaciones sociales.
(*)Antropólogo kuna y docente universitario