Amarillo, castaño, negro: para que Wahari naciera afortunado, Mûenka le regaló los colores del pájaro Waicuni a Innawiyé ichtechéwiye. Al nacer Wahari, colocó dos cordones alrededor de las montañas. Blanco y negro. Enseguida se deshizo de esos colores como quien se desviste. Innawiyé ichtechéwiye dijo: "será un gran sacerdote. Cantará para curar las enfermedades". Su madre se cortó el cordón con dientes de murciélago y lo lavó en el río. Así Wahari fue al encuentro de sus antepasados.
Al ver que Wahari llegaba, Ofadá le preguntó: "de quién eres hijo? ¡Desconfía, somos muy malos!". "No soy hijo de nadie," respondió Wahari. " Soy hijo del cielo, de la montaña Tsuyua-bé, de la planta Tsukwawë, y del rápido Tsuwawayé". Entonces eres hijo de Mûenja, hijo de su hija Innawiye, y, por lo tanto, eres mi nieto Niétsamé, mi nieto Kaoupiténi, mi nieto Yawahariné, mi nieto Kwawei iwak arimé!". "Dame de beber", dijo Wahari. "No tengo nada", dijo Ofadá é." Mejor se lo pides a tus antepasados Rédio y a Kuupé (el trueno)". "Tu bebida es mala", dijo Wahari. "Tortura los huesos y provoca cólera!". "Bien, dijo Ofadá é, no te encolerices. Te voy a dar".
Ofada´e le dijo a Wahari: "Es brebaje de yua´ba, a´kuréweï, corteza del árbol de da´daï. Trastorna los huesos, trastorna las uñas, trastorna las vértebras". Bebe el brebaje de yuá ba: ahora comienza el baile de las máscaras de tus precursores, el baile en la gran casa, y después, tendrás la visión del mundo tal cual como ha de ser. En los rápidos Tsuwawayé las piraguas se imaginan ser máscaras...
Se dio el leñazo de la imagen de los ojos de Wahari contra el cielo, y su caída a los pies de Ofoda´e. "¿De qué árbol me diste de beber?", preguntó Wahari: "Tengo las piernas amputadas y eso que mi precursor me había dicho que eso me haría bello y fuerte!".
Gracias a Wahari los Dé arúa cantan la creación, y las enfermedades no encuentran a los hombres. Cuando hay hombre y canto: las enfermedades no atacan; los niños pueden comer animales cuando hay inspiración, cuando el canto, el jefe Rey Wahari purénitsa canta con los hombres...
Ofoda´é dijo: "Ventana de Rédio para ir al encuentro de tus ancestros". Wahari salió por la ventana y volvió al lugar de su nacimiento...
Cuando los hombres comen la carne de los animales, los hombres se multiplican. ¡Los niños nacen! Cuando ellos cantan, los animales se olvidan de las enfermedades. Por ello los hombres cantan kwawei: el árbol de Wahari.