WAHARI

(Una leyenda de la nación Piaroa o Dé’arua)

Desde el vientre de su madre, Wahari pregonó los trastornos . Pregonó los dolores de los huesos y los dolores de las uñas; pregonó los trastornos de las vértebras y los males de los ojos y las enfermedades de las risas y las de los sollozos, pregonó las afecciones que atiesan y las que que doblegan, afecciones anteriores al sol, al cielo y a la luna, como el fuego en el corazón de los hombres.

Amarillo, castaño, negro: para que Wahari naciera afortunado, Mûenka le regaló los colores del pájaro Waicuni a Innawiyé ichtechéwiye. Al nacer Wahari, colocó dos cordones alrededor de las montañas. Blanco y negro. Enseguida se deshizo de esos colores como quien se desviste. Innawiyé ichtechéwiye dijo: "será un gran sacerdote. Cantará para curar las enfermedades". Su madre se cortó el cordón con dientes de murciélago y lo lavó en el río. Así Wahari fue al encuentro de sus antepasados.

Al ver que Wahari llegaba, Ofadá le preguntó: "de quién eres hijo? ¡Desconfía, somos muy malos!". "No soy hijo de nadie," respondió Wahari. " Soy hijo del cielo, de la montaña Tsuyua-bé, de la planta Tsukwawë, y del rápido Tsuwawayé". Entonces eres hijo de Mûenja, hijo de su hija Innawiye, y, por lo tanto, eres mi nieto Niétsamé, mi nieto Kaoupiténi, mi nieto Yawahariné, mi nieto Kwawei iwak arimé!". "Dame de beber", dijo Wahari. "No tengo nada", dijo Ofadá é." Mejor se lo pides a tus antepasados Rédio y a Kuupé (el trueno)". "Tu bebida es mala", dijo Wahari. "Tortura los huesos y provoca cólera!". "Bien, dijo Ofadá é, no te encolerices. Te voy a dar".

Ofada´e le dijo a Wahari: "Es brebaje de yua´ba, a´kuréweï, corteza del árbol de da´daï. Trastorna los huesos, trastorna las uñas, trastorna las vértebras". Bebe el brebaje de yuá ba: ahora comienza el baile de las máscaras de tus precursores, el baile en la gran casa, y después, tendrás la visión del mundo tal cual como ha de ser. En los rápidos Tsuwawayé las piraguas se imaginan ser máscaras...

Se dio el leñazo de la imagen de los ojos de Wahari contra el cielo, y su caída a los pies de Ofoda´e. "¿De qué árbol me diste de beber?", preguntó Wahari: "Tengo las piernas amputadas y eso que mi precursor me había dicho que eso me haría bello y fuerte!".

Gracias a Wahari los Dé arúa cantan la creación, y las enfermedades no encuentran a los hombres. Cuando hay hombre y canto: las enfermedades no atacan; los niños pueden comer animales cuando hay inspiración, cuando el canto, el jefe Rey Wahari purénitsa canta con los hombres...
Ofoda´é dijo: "Ventana de Rédio para ir al encuentro de tus ancestros". Wahari salió por la ventana y volvió al lugar de su nacimiento...

Mûenka y la pérdida de la visión para engendrar a Wahari.
Wahari y la restitución de la visión a Mûenka.

El ojo derecho de Mûenka era negro, grande. El ojo izquierdo de Mûenka era blanco, más menudo, Wahari dijo: "Cuando a alguien le duelen los ojos es señal de que va a morir". Mûenka dijo: "Buen sacerdote". "Eres mi padre, mi hijo, mi hermano mayor - menor, eres mi tío-abuelo y mi yerno-sobrino". Entonces partieron juntos para descubrir el mundo tal como ha de ser.
Gracias a Wahari los Dé´ arúa cantan la curación de la visión de Mûenka, entonces las enfermedades de los ojos no encuentran a los hombres. El sol no ataca, ni hay dolores de huesos. Cuando hay hombre y canto: las avispas no pican. Los hombre cantan, los nidos testiculares no dan con las enfermedades ardientes y pustulosas. Hombre y canto: el aguijón de las avispas se hace llevadero y la carne de los animales se vuelve inofensiva como la de los frutos.

Cuando los hombres comen la carne de los animales, los hombres se multiplican. ¡Los niños nacen! Cuando ellos cantan, los animales se olvidan de las enfermedades. Por ello los hombres cantan kwawei: el árbol de Wahari.


"Wahari" en Un riche cannibale. Union Générale d´ Éditions, 1972; 10/18, (Paris:1972), pp.236-238. Recolección de Jean Monod. Traducción del dé´arua al francés: Julien Blaine. Traducción del francés al castellano: Arysteides Turpana Iguaigliginya