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Ya hace días que Gabriel tiene pesadillas. Sueña con ritos oscuros y se levanta a medianoche sudando. Quizás tiene algo que ver con el libro que está escribiendo, sobre los llamados "crímenes del vudú" que están aterrorizando Nueva Orleáns. Gabriel investigará, con la ayuda de Grace y el policía Mosely, y conocerá una mujer fascinante que no es lo que parece: Malia Gedde. Tendrá que viajar a Berlín y a la República de Benin para revelar la realidad sobre los crímenes del vudú, hecho que costará la vida a un ser querido. Se batirá entre el amor y el odio, la repulsión y la atracción, y llegará a un momento crítico en el que tendrá que escojer y luchar. 
Gabriel Knight: Sins of the Fathers no es una gran obra maestra con respecto a gráficos ni a bandas sonoras. En este sentido, es un juego humilde sin grandes aspiraciones. Pero lo que resulta realmente fascinante de esta aventura es la historia, los enigmas, la sorprendente lógica de las acciones. Desde mi punto de vista, es uno de los juegos más lógicos y, a la vez, más difíciles que he jugado. Aunque esto parezca contradictorio, no lo es. Gabriel Knight: Sins of the Fathers es un juego muy difícil, pero también muy adictivo. En cambio, no pasa lo mismo con su segunda parte, Gabriel Knight 2: the Beast Within, que pretende deslumbrar al jugador con imágenes digitalizadas, pero se aleja de la esencia del primero. 
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