Pequeñas curiosidades mágicas:


El Salero de Kurbandel:

Es un salero de plata, ricamente decorado con filigranas. Tiene la propiedad de que nunca se acaba la sal que contiene y esta otorga un sabor exquisito a cualquier plato, aunque no convierte nada incomestible en comestible.

Toma su nombre de un famoso y reputado cocinero que vivió hace trescientos o cuatrocientos años cuyos platos hacían las delicias de los reyes y nobles que podían permitirse el lujo de pagar sus servicios.

Se cree que el espíritu del cocinero está encerrado dentro y que es el, y no la sal, quien confiere al plato ese gusto tan exquisito.

Aunque al principio puede carecer de utilidad, un cocinero puede llegar a pagar grandes sumas por él, ya que su posesi¢n le garantiza el éxito en su profesión para el resto de su vida. Otro uso, mucho más retorcido, puede ser utilizarlo sobre platos envenenados para disimular el sabor del veneno.


El libro de las mil y una historias:

Este libro es pequeño, de 20 centímetros de alto por 15 de ancho, fino, y muy gastado. Sin embargo, cada vez que se abra, no importa por que página, aparecer  una nueva historia, poema o canción que desaparecer  al cerrarse el libro, y no volver  a aparecer nunca jamás.

Este libro es el sueño dorado de cualquier juglar o bardo, así como de cualquier personaje con apuros monetarios, el cual, con este libro, no tendrá  muchos problemas en ganarse unas monedas como trovador o cuentista en cualquier pueblo, aldea o ciudad.


La media llave:

Se llama así por que es una llave que solo sirve para cerrar puertas, u objetos con cerraduras de tamaño parecido, pero nunca para abrirlas. Las puertas cerradas con esta llave pueden abrirse normalmente con su llave correspondiente, con un ladrón hábil o por cualquier otro método.

Su aspecto es el de una llave de hierro normal y corriente.


La vela del retorno:

Es una pequeña vela de color blanco. Si el poseedor la lleva en la mano, esta se encender  sola si el poseedor avanza por el camino correcto para volver a su casa o se acerca a ella, apagándose sola de igual manera si el portador se equivoca de camino o se aleja del hogar.

Nunca se consume ni puede encenderse por ningún medio ni puede fundirse.


La espada de la legalidad:

Tiene la apariencia de una espada normal y corriente (del tipo que se desee, aunque no debería ser una espada muy grande), que tiene la particularidad de saltar desde su vaina hasta la mano de su portador cuando este trata con criaturas ca¢ticas, o criaturas que tienen malas intenciones para el poseedor de la espada.

El que la espada salte no significa que las criaturas vayan a atacar al portador y, la mayoría de las veces, no es más que una advertencia de que esas criaturas no son de fiar (por si el personaje no se hubiera dado cuenta.)

No confiere ninguna bonificación ni poder especial a la hora de utilizarla y puede ser envainada y desenvainada a voluntad, aunque si se envaina después de que esta salte, no volverá a salir a menos que aparezca una nueva criatura caótica o con malas intenciones.


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