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Alberto Vázquez Figueroa |
En camisa de once varas
El Mundo: 8 de Agosto de 1998
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«Las tentaciones de hoy son sexo, dinero y poder» El escritor canario, autor de «best-sellers», asegura que se siente rejuvenecido. Y no se lo debe a sus libros, sino a su idea de construir plantas para desalar agua de mar; algunas de ellas, ya funcionan con éxito en varios países del mundo. JAVIER LORENZO
Enfebrecido por esta nueva pasión, agita papeles, muestra documentos, expone razones con el único objetivo de que algún día su nombre aparezca asociado a uno de los inventos que más haya podido cambiar la faz de la Humanidad. P.- Antiguamente se decía que las tres tentaciones del hombre eran el mundo, el demonio y la carne. ¿Han cambiado desde entonces? R.- Hombre... A mí lo que me gusta es el pescado (risas). No; el diablo ya tiene poco que hacer, así que las tres tentaciones de hoy son el el sexo, el dinero y el poder. P.- Y la gente se deja tentar con más facilidad. R.- Sí. Es que ahora hay un abanico más amplio de tentaciones. P.- ¿Está de acuerdo con Wilde en que la mejor forma de huir de una tentación es caer en ella? R.- Sí, desde luego. Yo he caído en casi todas. Como decía el otro, si hay algo a lo que no soy capaz de resistir es a una tentación. Menos a la del poder. Yo fui director de cine en dos películas, y lo dejé por lo fastidioso que era estar siempre mandando. Y el dinero, tampoco. No entiendo a la gente que, teniendo ya todas sus necesidades cubiertas, siempre aspira a tener más dinero del que podrá gastar en su vida. P.- ¿Por qué nunca habla de política? R.- Mi familia fue deportada a Africa tras la Guerra Civil, y eso marca. Me volví antifascista. Luego, en el año 1964, en Santo Domingo, donde yo era corresponsal de La Vanguardia, vi a unas personas que luchaban por la libertad contra el ejército más poderoso del mundo, y me sentí romántico. Por esa veleidad, pasé de ser el periodista mejor pagado de España -tenía 29 años- a quedarme en la calle, perder el carné de prensa y pasar más hambre que un perro pequeño. Y no hubo ninguno de aquéllos a los que yo apoyé que luego se acordara de mí. Y yo soy de las personas que tropiezo una vez en una piedra, pero no vuelvo a tropezar en la misma. P.- ¿Ni siquiera ahora, cuando ya podría estar por encima de todo? R.- Nada. Yo pienso que a casi todos los políticos sólo les interesa el poder. P.- ¿España va bien también en el extranjero? R.- Nuestra imagen ha ganado mucho en el exterior. Sobre todo por la transición política de una dictadura militar a una democracia en tan poco espacio de tiempo. Aunque aún haya algunas lagunas.
CASTRO Y CUBA P.- ¿Se están desperdiciando oportunidades en Hispanoamérica? R.- Sí. Las que se están aprovechando son más las de tipo empresarial que las de tipo político. Los políticos españoles nunca han tenido claro el concepto de Hispanoamérica. Lo han visto un poco folclóricamente. P.- ¿Hay arrogancia por parte española hacia aquel continente? R.- Sí; siempre nos hemos considerado muy superiores a ellos en casi todos los aspectos... (enorme suspiro). Más que arrogancia, sobra desconocimiento. Yo te garantizo que al 90% de los políticos españoles le preguntas las capitales iberoamericanas y no las saben decir. Me juego la cabeza. P.- ¿Se lleva una buena política respecto a Cuba? R.- Es un tema difícil. Yo soy un enemigo total de las dictaduras de cualquier lugar. Mientras Fidel Castro no convoque elecciones libres no quiero comentar el tema. Creo que todas las políticas que se sigan son equivocadas. P.- Porque es a Castro a quien le toca mover pieza. R.- Claro. Y si ayudas a Cuba, ayudas a Castro. Y si lo jodes, jodes al pueblo cubano. P.- Así que usted no le regalaría a Castro ni una corbata. R.- A Castro nada. Mientras no convoque elecciones, nada. P.- ¿España podría jugar un papel más activo respecto a la población hispana de Estados Unidos? R.- Sí, pero tenemos el mismo problema. Estados Unidos acaba de enviarnos un embajador que es de origen hispano. ¿Por qué no tenemos nosotros allí un embajador que sea de origen americano? Un español nacido allí y con la mentalidad de allí. ¿Por qué el embajador tiene que ser de Cantalapiedra de Abajo? Es que le toca por escalafón, te responden. ¡Pues que le den por el culo al escalafón! No se buscan las personas idóneas. P.- Pasemos a otro escenario: Africa. ¿Sintió vergüenza cuando España abandonó el Sáhara? R.- Claro... De aquello se puede culpar a media docena de personas, la mayoría ministros de Franco que se embolsaron el dinero que les ofreció Hasan. Se podía haber hecho muy bien. O por lo menos, no tan mal. Nuestro colonialismo no fue de los peores. He pasado 21 años en Africa y sé la diferencia entre la dureza del colonialismo alemán, inglés o francés y la del nuestro, que fue bastante suave, bastante amable. P.- ¿El Gobierno de España está respondiendo al pueblo saharaui? R.- Ni al saharaui, ni al guineano, ni al de Sudamérica... Pero yo tampoco soy una persona idónea para opinar de política.
DICTADURA P.- ¿Qué piensa cuando oye esa frase de «la amistad hispanomarroquí»? R.- Mentira podrida. No tenemos ningún tipo de amistad. La tuvimos en un tiempo, pero aquello se echó a perder. La amistad es posible entre dos, tres, 10 seres humanos, pero no entre pueblos. Como con los franceses. Siempre somos más amigos de quienes están lejos, porque tenemos menos de lo que discutir. P.- Como canario, ¿le preocupa la política de Marruecos respecto al archipiélago? R.- Me preocupa si Marruecos se convierte en un país de islamismo extremo. Yo no soy partidario de Hasan II. Como todo dictador, aunque a su estilo, me preocupa qué pasará cuando él caiga. Yo aborrecía al sha de Persia. Sin embargo, los años me han hecho darme cuenta de que lo peor que pudo hacer Carter fue cargarse al sha y permitir que llegaran los ayatolás. El extremismo islámico es el peor cáncer que tiene la Humanidad. Ni siquiera los que queman niños en el Ulster son remotamente parecidos a lo que puede ser un extremista islámico. Eso no es un ser humano. P.- ¿Ve posible un futuro enfrentamiento entre Marruecos y España? R.- Me estás pidiendo que sea adivino, y yo soy lógico... Pero creo que no. P.- ¿Ni siquiera a causa de Ceuta y Melilla o las Canarias? R.- Sobre las Canarias no habría nada que discutir. Respecto a Ceuta y Melilla... Lo que sí está claro es que el día que nos devuelvan Gibraltar no tendremos ningún derecho histórico para mantener esas dos ciudades. P.- Le tranquilizaría saber que España tiene armamento nuclear? R.- No, no me gustaría. Si lo tienes, los demás también pueden usarlo contra ti. P.- ¿Y que España esté en la OTAN? R.- ¿Cómo íbamos a entrar en la Comunidad Europea sin entrar en la OTAN?... Además, coño, me estás preguntando cosas que están fuera de mí. Yo sólo voté en el 82 al PSOE y no he vuelto a votar, por lo que no puedo opinar. ¿Sobre la OTAN? Pues que la gente tomó una decisión. Allá ellos... Si llego a saber que lo que me quieres es joder con este tipo de entrevista, no te invito a comer (risas).
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Javier Lozano |
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