TRADICIONALISMO INTEGRAL

# Escritos del Despertar  http://personal.telefonica.terra.es/web/xxi/public_html/

Selección de autores y textos que hablan de la Realización del Ser. Principalmente, vertientes hindúes de la Metafísica Tradicional; pero también René Guenon y otros occidentales.

RENÉ GUÉNON

 

Indice cronológico de las primeras ediciones de las Obras de René Guenon:

 

Año de la 1ª edición

 

1921 Introducción General al estudio de las doctrinas hindúes

1921 El Teosofismo, historia de una pseudoreligión

1923 El Error Espiritista

1924 Oriente y Occidente

1925 El Esoterismo de Dante

1925 El Hombre y su devenir según el Vedanta

1927 El Rey del Mundo

1927 La Crisis del Mundo Moderno

1929 Autoridad espiritual y poder temporal

1929 San Bernardo

1931 El Simbolismo de la Cruz

1932 Los estados múltiples del ser

1939 La Metafísica Oriental

1945 El Reino de la Cantidad y los signos de los tiempos

1946 Apercepciones sobre la Iniciación

1946 La Gran Tríada

1946 Los Principios del Cálculo Infinitesimal

1952 Iniciación y Realización Espiritual

1954 Apercepciones sobre el Esoterismo Cristiano

1962 Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada

1968 Estudios sobre hinduismo

1970 Formas tradicionales y ciclos cósmicos

1973 Apercepciones sobre el esoterismo islámico y el taoísmo

1973 Cuentas rendidas

1973 Estudios sobre la francmasonería y el Compañerazgo

1976 Misceláneos

Una introducción al pensamiento metafísico tradicional de René Guénon:

(Tomado de "¿Soy yo el Guardián de mi Hermano?", de A.K. Coomaraswamy).


El francés de René Guénon es a la vez preciso y límpido, e inevitablemente pierde con la traducción; su tema es de un interés absorbente, al menos para quien se interesa por lo que Platón llama las cosas realmente serias. Sin embargo, a menudo se ha considerado indigerible; en parte por la razones que ya se han dado, pero también por algunas razones que, paradójicamente, ha expuesto un reseñador de la obra de Blakney, Meister Eckhart en el Harvard Divinity School Bulletin, que dice que "Para una época que cree en la personalidad y en el personalismo, la impersonalidad del misticismo es enormemente frustradora; y para una época que quiere potenciar su conocimiento de la historia, la indiferencia de los místicos hacia los acontecimientos temporales es desconcertante". En cuanto a la historia, las siguientes palabras de Guénon, a saber, "el que no puede escapar del punto de vista de la sucesión temporal, y ver todas las cosas en simultaneidad, es incapaz de la menor concepción del orden metafísico", complementan adecuadamente las palabras de Jacob Boehme de que la "historia que pasó una vez" es "meramente la forma (exterior) del cristianismo". Para el hindú, los acontecimientos del ôgveda son ahora y sin fecha, y la Krishna L´lŒ "no es un acontecimiento histórico"; de hecho, la confianza del cristianismo en "hechos" supuestamente históricos, parece ser su mayor vulnerabilidad. El valor de la historia literaria para la doxografía es muy escaso, y por esta razón muchos hindúes ortodoxos han considerado que la erudición occidental es un "crimen": el interés de estos hindúes no está en absoluto en "lo que han creído los hombres", sino en la verdad. El lenguaje inflexible de Guénon, presenta además una dificultad extra; "la civilización occidental es una anomalía, por no decir una monstruosidad". Precisamente sobre esta expresión, un comentarista ha observado que "observaciones tan devastadoras como ésta no pueden compartirlas ni siquiera los críticos de los avances occidentales". Sin embargo, ahora que su desenlace está ante nuestros ojos, yo habría pensado que la verdad de esta afirmación podría haber sido reconocida por cualquier europeo libre de prejuicio; sea como fuere, en 1915, sir George Birwood describió a la civilización occidental moderna como "secular, sin alegría, vana, y autodestructiva", y el profesor La Piana ha dicho que "lo que nosotros llamamos nuestra civilización no es otra cosa que una máquina mortífera sin conciencia ni ideales"; y al calificativo de mortífera podría haberle agregado el de suicida. Sería muy fácil citar innumerables críticas del mismo tipo; por ejemplo, sir S. Radhakrishnan sostiene que "la civilización no merece salvarse si continúa en su rumbo presente", y esto sería muy difícil de negar; el profesor A. N. Whitehead ha hablado con tremenda contundencia -"Queda la apariencia de la civilizaación, pero sin ninguna de sus realidades". En cualquier caso, si hemos de leer realmente a René Guénon, debemos haber rebasado el punto de vista, temporalmente provinciano, que durante tanto tiempo y tan complacientemente ha considerado un progreso continuo de la humanidad, progreso que habría culminado en el siglo XX; y debemos estar dispuestos a preguntarnos, al menos a nosotros mismos, si no habrá habido más bien un declive continuo, "desde la edad de piedra hasta ahora", como me señaló una vez uno de los hombres más instruidos de América. Ciertamente, no será la "ciencia" la que nos salve: "la posesión de las ciencias como un todo, si no incluye la mejor, en algún caso ayudará al poseedor, pero mucho más a menudo le perjudicará". "Estamos obligados a admitir que nuestra cultura europea es una cultura de la mente y de los sentidos sólo"; "La prostitución de la ciencia puede llevar al mundo a la catástrofe"; "Nuestra dignidad y nuestro interés requiere que nosotros seamos los directores y no las víctimas de los adelantos técnicos y científicos"; "Pocos negarán que el siglo XX nos ha traído un amargo desengaño"; "Nosotros nos enfrentamos ahora a la perspectiva de una quiebra completa en todos los campos de la vida". Eric Gill habla de la "inhumanidad monstruosa" del industrialismo, y del modo de vida moderno, como "ni humano ni normal ni cristiano… Es nuestra manera de pensar misma lo que es extravagante e innatural". Este sentido de frustración es quizás el signo más alentador de los tiempos. Hemos hecho hincapié en estas cosas, porque René Guénon se dirige sólo a aquellos que sienten esta frustración, y no a aquellos que todavía creen en el progreso; a todos aquellos que están satisfechos, lo que René Guénon tiene que decir les parecerá completamente descabellado.