La idea de este relato es dar información a todas aquellas personas que deseen conocer este hermoso lugar. Al contrario de lo que se podría pensar, viajar a esta apartada zona de la geografía colombiana es bastante sencillo y económico. Un viaje de una semana de duración, con salida en autobús desde Caracas, puede hacerse con tan solo $150. El viaje es bastante largo, comprende unas 22 horas de autobús, de los cuales unas 10 horas transcurren por caminos de tierra de una sola calzada, sin embargo, todo este esfuerzo bien vale la pena.
Llegamos a San Antonio del Táchira, pequeña ciudad fronteriza a las 6 de la mañana. Aquí pagamos el impuesto para salir de Venezuela, el cual es indispensable para evitar problemas con la guardia nacional venezolana; este impuesto costó 7500Bs. Durante la mañana nos dedicamos a comprar los alimentos, 8Kg de comida para dos semanas de viaje (avena, leche, pasta, etc.) por unos 15000Bs, y compramos también material de primeros auxilios.
Cruzamos la frontera a pie, por el puente que cruza sobre el Río Táchira, y sellamos los pasaportes de entrada en Colombia. Aquí tomamos la buseta (200Bs el pasaje) hasta la ciudad de Cúcuta, el viaje dura unos 20min y se pasa por varios lugares de importancia histórica durante el trayecto. La buseta llega directamente al terminal de pasajeros de Cúcuta. La ciudad es bastante desordenada y bulliciosa, con calles repletas de comercios donde se puede conseguir practicamente de todo. En el terminal cambiamos dólares por pesos y compramos los pasajes a la población de Capitanejo. Generalmente cambiar dólares en Colombia es un poco complicado, es muy difícil cambiarlos en Cocuy u otras poblaciones, y si consigues quien te cambie el dinero, el cambio será muy malo. En el terminal de Cúcuta se debe andar con mucho cuidado, aunque los colombianos son personas muy simpáticas y amables, también hay algunos pocos aprovechadores que andan esperando cualquier descuido, por esta razón, se debe estar extremadamente pendiente del equipaje, cambiar el dinero solo en los establecimientos apropiados, y no aceptar información de nadie a quien no se le haya solicitado. No hay autobuses directos a Cocuy por lo cual se debe hacer escala primero en Capitanejo, el viaje hasta esta población dura entre 8 y 9 horas y el pasaje costó 7500 pesos.
Tomamos el primer autobús, que sale a la 1:30pm. Las dos primeras horas de viaje transcurren por vía asfaltada, pero el resto, es por carretera de tierra de una sola calzada. Los paisajes son muy hermosos e impresionantes, y el autobús sube y baja inmensos valles, pasando por páramos, bosques templados y selvas húmedas. También es acojonante la forma de manejar de los colombianos, vuelan por esas carretaras de tierra, y aunque lo crean o no, es impresionante ver como el autobús, y un camión de verduras que se aproxima en sentido contrario, son capaces de pasar los dos al mismo tiempo por la estrechísima carretera como si nada, con las ruedas prácticamente asomándose a los enormes barrancos característicos de las vías andinas. Como la carretera es de tierra, son muy frecuentes los derrumbes y las demoras. Nuestro autobús debió tomar un desvío debido a un derrube, y el viaje duró algunas horas más de lo esperado. Durante el trayecto se pasa por numerosos pueblos, villas y ciudades, como Pamplona y Málaga, en esta última nos detuvimos como a las 8 de la noche para cenar, y nos comimos un par de bandejas (plato típico) exelentes; por 2000 pesos (menos de mil bolívares), te metes un plato de sopa, un plato seco (arroz con pollo o carne), postre y un jugo natural o un refresco. Unas dos horas después llegamos a Capitanejo.
En Capitanejo exísten dos posibilidades, tomar el autobús a Güicán o a Cocuy. Güicán es un pueblo bastante agradable, desde donde se toman los lecheros que suben a la Sierra. Cocuy es una villa mucho más grande. Nosotros tomamos el autobús a Cocuy porque fue el primero en pasar, aunque hubiésemos preferido viajar directo a Güicán. Tomamos el autobús a las 3 de la madrugada, así que esperamos durmiendo en plena calle. Este pasaje costó 5000 pesos.
Al amanecer del día viernes llegamos a Cocuy. Es una villa bastante bonita. En la plaza de la iglesia hay una gran maqueta del parque, con todos los picos y sus alturas, las lagunas y otros sitios de interés. Es bastante bueno admirar con detenimiento esta maqueta porque es muy difícil conseguir los mapas topográficos de la zona, aparentemente debido al conflicto guerrillero. En Cocuy y Güicán se puede conseguir sin embargo un peculiar mapa "pictórico" de la sierra, que aunque está muy lejos de ser un mapa topográfico, es bastante útil para orientarse dentro del parque, identificar los picos y conocer sus alturas. En Cocuy compramos gasolina amarilla para la cocina MSR, ya que no conseguimos gasolina blanca ni allí ni en Capitanejo. La gasolina amarilla es la que utilizan ellos normalmente para cocinar, no es explosiva como la gasolina normal, pero es recomendable filtrarla, porque puede estar sucia y causar muchos dolores de cabeza con la MSR. En Cocuy nos conseguimos con uno de los empleados del parque, el que nos hizo pagar un permiso que costó 3000 pesos (por persona), y que vale lo mismo independientemente del número de días que vayas a permanecer el parque. En Cocuy esperábamos tomar el autobús a Güicán y de ahí tomar el lechero que sube a la hacienda La Esperanza. Sin embargo nos enteramos que el camino por ese lugar estaba derrumbado, así que el lechero estaba saliendo desde Cocuy, justo enfrente de nosotros.
Llegamos a La Esperanza al mediodía, una bonita hacienda a algo así como 3500m de altitud, justo a los pies de la sierra nevada, y desde donde se pueden ver algunos de los picos cuando el clima lo permite. El lechero pretendió cobrarnos 3000 pesos por persona, bajo el pretexto de que el camino era muy largo, obviamente había sido más largo de lo normal pues el derrumbe había obligado a tomar un desvío muy largo; nos molestamos muchísimo, y nos lo rebajaron a 2000 pesos, de todos modos excesivamente caro, nos vieron cara de turistas y eso fue lo que pasó. En La Esperanza el guardaparques nos revisó el permiso, y nos informó que un grupo de unos diez venezolanos acababan de comenzar a subir hacía una media hora. Era la gente del grupo excursionita OIKOS de la Universidad Simón Bolívar, con quienes habímos planeado encontrarnos al llegar a la sierra.
Decidimos contratar una mula para subir el equipo (unos 30Kg cada morral), de 27000 pesos que costaba, logramos regatear hasta los 20000 pesos. Partimos hacia la sierra. Desde la hacienda La Esperanza se llega directamente a la Laguna Grande de la Sierra, corazón de la zona sur del parque, donde se encuentran los picos Cóncavo, Concavito, Pan de Azúcar y Púlpito del Diablo, todos con mas de 5000 metros, y los picos Toti y Portales con 4900 metros cada uno. Primero se asciende por los terrenos de la hacienda, por es fondo de un estrecho valle por donde pastan algunas vacas. Esta es en cierto modo la parte más difícil de la subida, ya que al terminar los terrenos de la hacienda, se entra a una zona de densos arbustos con numerosos caminillos creados por las vacas, y que no conducen a ninguna parte, ¡y uno termina perdiéndose y caminando por los espersos matorrales, raspándose y maldiciendo al bendito mulero que va tan rápido que nisiquiera es capaz de esperarlo a uno y enseñarle el camino correcto!. Pero bueno, después de salir de los matorrales, se llega al valle de los frailejos, de característico origen glaciar, amplio y en forma de "U" con frailejones de hasta 2m de altura. El terreno aquí es pantanoso en algunas partes, pero el camino es bastante fácil de seguir y sin mayores complicaciones hasta llegar a la Laguna Grande. El valle esta amurallado por el oeste por una gran pared de roca, y por el oeste, por una fuerte pendiente que hay que subir y que es la que conduce a la laguna. Después de unas 4 horas de caminata se llega a la laguna, y entonces, de pronto, se alzan todos los picos que habían estado escondidos. El paisaje es de aspecto lunar y desolado, con muy poca vegetación y muchísimas piedras (álgunos dicen que Cocuy es la fábrica de piedras del mundo). Durante la subida nos conseguimos con la gente del OIKOS, con quienes intercambiamos saludos y las espectativas de la expedición.
Llegamos a un pequeño sitio de acampada donde el mulero dejó nuestros morrales y nos regateó y nos terminó cobrando 22000 pesos por el viaje. Montamos el campamento y enseguida sufrimos
de mal de montaña (estábamos a unos 4700m). Pero a la mañana siguiente ya nos encontrábamos perfectamente bien gracias a la acetazolamida. En la mañana nos mudamos más abajo, a 4600m a la orilla de la Laguna Grande, a un lugar mucho más amplio, cómodo y resguardado, donde estaba la gente del OIKOS desde el día anterior. Ese día descansamos, exploramos una parte del glaciar del Cóncavo, y planificamos la escalada del siguiente día (domingo 13).
Nos levantamos el viernes como a eso de las 4:30am, con un frío del demonio, creo que lo más difícil de un viaje de este tipo es precisamente tener que levantarse a esa hora y cambiarse la ropa con el frío que hace. Salimos como a las cinco de la mañana, caminando hacia el este, por el itsmo de roca que separa la Laguna Grande al sur, de otra laguna más pequeña al norte (ver Mapa), luego se bordea esta laguna un poco por extremo este, y se sube por un montón de piedras hasta llegar a la base del glaciar, por su lado sur. El día estaba increíblemente despejado, el mejor día que habíamos tenido. La primera parte del glaciar es bastante llana, se camina un poco hacia el norte hasta llegar a una rampa de inclinación media, que sube justo al lado de la gran cascada de hielo, donde el plató del glaciar superior se precipita casi verticalmente al vacío. Se sube por esta rampa en dirección al este, hasta llegar al plató, inmensa planicie amurallada al norte y al este por las pendientes que conducen a la cumbre. Se camina un rato en dirección al norte, y se comienza a subir hasta alcanzar la arista de la montaña. Desde aquí se puede ver la zona norte del parque, el Ritacuba Blanco, los San Pablines y el Castillo. Se camina por la arista en dirección al este, hasta que se alcanza la cumbre, que es una precaria cornisa de hielo y nieve que se asoma sobre el vacío, esta es la parte más difícil, porque para montarse en la cornisa hay que encaramarse con mucho cuidado al borde de un verdadero precipicio que debe tener como 600m. La vista desde aquí es absolutamente impresionante. Se ven los llanos del Casanare, e incluso algunos ríos bastante grandes que fluyen por la llanura, también se pueden ver los Picos de La Plaza y el Pan de Azúcar (ver foto), la gran depresión que divide la zona norte de la zona sur del parque, y el gran valle que atraviesa la sierra de norte a sur. La travesía hasta la cumbre toma unas 2 horas. Volvimos realmente emocionados por la impresionante vista. Recogimos el campamento y volvimos a La Esperanza, después de despedirnos de la gente del OIKOS, quienes planeaban bajar al siguiente día a Güicán, para luego ir a la zona norte del parque y escalar el pico más alto de la sierra, que es el Ritacuba Blanco (5300m).
· Maracay (venezuela)- Cocuy (Colombia)
Nuestra historia comienza el día miércoles 9 de diciembre de 1998 en Maracay (Venezuela). Yo, Mario Dos Reis, y Mike Lopera habíamos decidido unas semanas antes y casi de improviso, viajar a la Sierra Nevada del Cocuy (Colombia)con la idea de escalar un par de picos de más de 5000 metros. Estuvimos toda la mañana preparando el equipaje de montaña, y como a las 7 de la noche salimos del terminal de Maracay rumbo a San Antonio del Táchira, en la frontera con Colombia. El pasaje de autobús costó aproximadamente 9000Bs (los cambios para la época eran $1 = Bs580 y $1 = 2100 pesos colombiano), y son nueve horas viajando por los llanos de Portuguesa y Barinas hasta llegar al estado Táchira, esta parte del viaje es bastante rápida y cómoda, en comparación con lo que nos esperaba después.· La Esperanza - Languna Grande
El viaje en el lechero es bastante pintorezco, uno va sentado sobre los bidones de aluminio, junto con un montón de gente más (el lechero es también el transporte público de la zona), y también con un montón de sacos con víveres, encomiendas, etc. El camino es verdaderamente hermoso, campos verdes con vacas pastando, los ríos gélidos fluyendo a través de enormes piedras al fondo de los valles, y a veces, si el camino lo permite y si está despejado, se puede uno asombrar con los picos nevados de más de 5000 metros. La topografía de la zona es bastante extraña, la mayor parte del tiempo, aunque se está prácticamente a los pies de la sierra, no se pueden ver los picos, es como una especie de laberinto de valles profundos salpicados de casitas y haciendas. El lechero se detiene a cada rato a recoger la leche, y entonces los tobos con el preciado líquido van y vienen, y todo el mundo ayuda al sr. lechero a llenar los bidones de aluminio, y todo el mundo se salpica de leche, y todo es bastante gracioso. EL lechero también se detiene a cada rato a recoger y entregar encomiendas, víveres para los almacenes, etc. Aquí es donde se comienzan a sentir los verdaderos efectos de la altitud; Cocuy está a más de 2900m, y el lechero llega a pasar por altos de 3800m antes de llegar a La Esperanza.· Ascensión al Toti
A las 4:30 de la mañana nos levantamos y preparamos el equipo para ascender al pico Toti, de unos 4900m aproximadamente. Aparentemente las cumbres de Cocuy aún no se han topografiado correctamente, y exíste mucha divergencia con respecto a la altura de los picos de acuerdo a la fuente que se consulte. Las alturas indicadas por mí en esta página, se basan en las indicadas en el mapa pictórico que pude observar de la sierra. Nuestro campamento base se encontraba situado en la margen noroeste de la Laguna Grande, en una cómoda planicie arenosa (ver Mapa), de ahí partimos bordeando el lado este y luego sur de la laguna hasta llegar a la base del glaciar, esto toma unos 40min y el camino está indicado con mojones de piedra. Por lo general todas las rutas de aproximación a los glaciares trascurren por grandes morrenas, sin caminos claramente delimitados exepto por los mojones de piedra, así que es bastante fácil confundirse y perderse por la topografía ondulada de las morrenas; encontrar el camino correcto es más una cuestión de intuición y experiencia. LLegamos a la base del glaciar justo antes del amanecer. La ascensión es bastante simple y directa, el glaciar sube con una ligera pendiente directo a la base del Toti, y la única complicación es sortear algunas grietas dispersas. Llagar a la base rocosa del pico toma otros 40min. Al llegar a la arista de la montaña, se puede observar el pico EL Diamante, y la laguna de La Plaza que se encuentran en el lado este del parque, en la vertiente que da a los llanos del río Casanare. Para hacer cumbre, hay que aproximarse a la base rocosa por el lado sur, y comenzar a escalar por un montón de piedras sueltas y parches de nieve, es bastante sencillo pero se debe ir con mucho cuidado. Aquí el camino no está marcado para nada, así que se debe subir usando lógica e intuición. Después de subir, se llega a la arista final que conduce directamente a la cumbre. Desde aquí se puede ver la laguna de La Plaza, y los Picos de La Plaza. Esta parte de la travesía dura otros 40min. Es bueno llevar las cuerdas para montar un par de rapeles en el descenso. De regreso nos cayó una ligera nevada, y la nieve, que estaba muy dura al amanecer, se había puesto muy balnda. Al mediodía estábamos de vuelta en el campamento base.· Ascensión al Concavito
El lunes como a las 8 de la mañana salimos rumbo al pico Concavito. Este pico puede intentarse por su cara oeste, y ascender por la suave pendiente del glaciar (ver foto) que sube directamente hasta la cumbre; o puede ascenderse por el lado sureste, en una combinación de roca y nieve, que fue la ruta que intentamos y que no se encuentra marcada (ver Mapa). Salimos del campamento y nos acercamos a la gran muralla de roca que es la cara sur del Concavito, bordeamos esta pared en dirección este hasta alcanzar el glaciar (ver foto) , y luego escalamos a través de una serie de repisas de roca y nieve hasta llegar a la cumbre. De regreso nos desviamos un poco hacie el oeste, y terminamos enfrentados directamente con un precipicio que descendimos en rapel. Esta ruta toma unas 3 horas hasta la cumbre, porque tanto la aproximación como la parte de escalada, hay que hacerla por terreno bastante incómodo.· Campamento de altura, Púlpito y Pan de Azúcar
Planificamos subir el Cóncavo el martes en la mañana, pero el pico amaneció con una densisima capa de niebla que no se despejó hasta el mediodía, así que decidimos cambiar los planes y montar el campamento de altura, con el fin de atacar el Púlpito del Diablo y el Pan de Azúcar. Salimos del campamento base como a la una de la tarde. Primero se camina un rato en dirección sur, y se atraviesan una serie de morrenas por donde desagua la Laguna Grande, y luego se camina en dirección oeste, bordeando la cara norte del macizo del Pan de Azúcar. Cuando se terminan las lagunas se entra a unos pantanos tapizados de líquenes y musgo, y que tienen frailejones impresionantes de más de 2m de altura así como muchos arbustos. Aquí es fácil observar cientos de heces del conejo andino. Se sigue caminando en dirección Oeste, y luego se doble en dirección sur, hasta llegar a una subida de grandes rocas, empinada e incómoda. Al final de esta subida se llega a un alto con una vista impresionante. Si se baja desde ahí en dirección sur, se consigue darle la vuelta al macizo del Pan de Azúcar y el Campanillos, y luego de una larguísima vuelta se puede llegar a la laguna de la Plaza, un pequeño grupo del OIKOS tomó esa ruta. Nosotros doblamos al este, y subimos por la gran laja de roca pulida que conduce directament a la base de la cara oeste del Pan de Azúcar (ver foto). Al llegar a la base del glaciar (4800m) montamos un campamento bastante incómodo, la roca es un poco inclinada, y sopla un fuerte viento que intensifica la sensación de frío, desde este punto se puede observar la cara sur del Púlpito (ver foto). Por esa zona fluye una pequeña quebrada que amanece congelada todas las mañanas, y que brindó agua al campamento. Después de una noche incómoda, nos levantamos, a eso de las 5:00am y preparamos el equipo con destino al Púlpito del diablo, que está solo a unos 15min caminando por el glaciar. Llegamos a la cara norte del púlpito, con mucho viento, todo se llenada de hielo. Intentamos infructuosamente subir por dos rutas distintas, pero el frío en los pies y manos era extremo, y no teníamos suficiente protección para la roca (ver foto); así que abortamos nuestro objetivo y volvimos al campamento base. Para no sentir que no habíamos hecho nada ese día, decidimos hacer el Pan de Azúcar, y comenzamos la ascensión como a la 1:00pm, por una ruta a través de la arista suroeste, la cual habían conquistado con éxito los miembros del OIKOS esa misma mañana. La ascensión es bastante directa, sin muchas complicaciones, exceptuando la parte final de la arista, que tiene una pendiente de unos 45º. Después de sortearla, se llega directamente a la cumbre. Tardamos como 1 hora y media en llegar al final de la arista, pero al intentar seguir, el terreno bajo nuestros pies se aflojó, la nieve estaba muy blanda, y estábamos parados sobre una placa de hielo; como íbamos desencordados, no nos atrevimos a cruzar, y tovimos que devolvernos a solo 15min de la cumbre. Además, las condiciones eran un poco adversas, todo estaba cubierto por una espesa niebla, y pudimos regresar gracias a las pisadas que habíamos dejado. Recogimos el campamento de altura, y volvimos al campamento base ese mismo día.· Ascensión al Cóncavo
El día siguiente fue de descanso. Mike exploró unas cuevas en la base del glaciar del Cóncavo. Planificamos la ascensión para el día siguiente, nuestro último día en la sierra, el pico Cóncavo.· La Esperanza - Maracay (Venezuela)
Llegamos al anochecer a La Esperanza, buscando algún sitio para acampar en los predios de la hacienda. Sin embargo decidimos acercarnos a la casa principal y preguntar si servían cena. Para nuestra sorpresa, no sólo servían cena, sino también alojamiento y desayuno. La cena nos costó 2500 pesos por persona, el alojamiento por una noche 3000 pesos por persona, y el desayuno 1500 pesos por persona. Nos dejaron pasar, y nos quedamos esperando mientras preparaban nuestra habitación, estábamos totalmente cansados. Cuando nos mostraron la habitación no nos lo podíamos creer, impecable, con camas muy cómodas y grandes cobijas de lana. También había un baño disponible con agua gélida. La cena fue exelente, arroz, papas fritas y cochino frito, una gloria después de lo poco y mal que habíamos comido en la montaña (solo pasta, sopa, y leche). De desayuno nos sirvieron sopa de papa, huevos revueltos, panecillos, café, chocolate caliente y hasta nos dieron leche recién ordeñada. Esperamos al camión lechero para el regreso, y cuando llegó el camión, también llegaron de la montaña un montón de hombres vestidos de verde con armas de gran calibre, al principio pensé que eran guerrilleros, pero se trataba de soldados del ejército Colombiano que precisamente andaban por la montaña buscando guerrilleros, quienes, para nuestra sorpresa, habían pasado por la hacienda el día viernes de la semana anterior, cuando habíamos llegado a la sierra.
Nos regresamos en el camión, esta vez abarrotado de soldados y campesinos, uno incluso llevaba dos ovejas en el camión, todo un desorden muy pintorezco. Llegamos al mediodía a Güicán, donde estaban celebrando una fiesta típica donde se disfrazan de locos y hombres mono, y a quién agarren en la calle le obligan a brindar alguna botella de aguardiente. Lamentablemente no nos pudimos quedar para la fiesta, compramos los pasajes de regreso, y el día lunes por la mañana estábamos de vuelta en Maracay. El viaje de regreso fue exelente y sin contratiempos.
Cualquier comentario, sugerencia o información adicional, no dudes en escribirme a mí, o a Mike Lopera. Mike conoce la sierra mucho mejor que yo, y en diciembre de 1996 realizó una gran caminata desde la Laguna Grande dando la vuelta por la parte sur del macizo del Pan de Azúcar y Campanillas, hasta llegar a la Laguna de la Plaza, y caminar todo el gran valle de sur a norte, pasando por la vertiginosa cara este de 600m de los Ritacubas.