el día que me quieras
-
- Mascaba su último
silencio.
- Su último bocado
de silencio.
- El silencio
/ no lo podía evitar /
- le sabía a coco
rancio, a pesar de
- sus matíces
grises y de toda la fuerza
- de su gama
espectral le parecía
- estar comiendo
coco rancio.
-
- El hombre que
pelea en la calle salta
- por la ventana y
el policía pita su pito
- de pitar dia rio
la confusión del tránsito.
-
- En alguna ocasión
había leído en
- una revista que la
ciudad era
- un sueño urbano
de Dios
- / prefiero que sea
una gran célula viva /
- así tendrá
ocasión de pudrirse
- y descomponerse en
el infierno.
Ahora que no tengo ningún respeto
- por el lector y
que escupo en su cara.
-
- Ahora que la veo a
Ella como lo que era.
- Una falsificación
más de la cultura occidental.
- Sólo ahora
/ aún no es tarde /
- comprendo que Ella
estaba muerta
- de la cintura para
abajo y fué esta la
- verdadera razón
por la que decidí
- dividirla en dos
mitades La mitad que
- correspondía del
ombligo hacia abajo
- la tiré por la
ventana a la calle.
La otra mitad / del ombligo hacía arriba
- / lo único que
estaba vivo en Ella
- lo guardé
conmigo.
La parte muerta se la disputaron
- los perros y vi
cuando uno de ellos
- atacó y mordió a
un Escobita que
- trató de
quitársela para subirla
- al camión de la
basura Todos sus
- vacíos habitados
de silencio
- dejaron un rastro
caliente en mi memoria.
La parte que dejé conmigo ocupó
- todo mi tiempo en
el penoso esfuerzo
- por
educarla. La sacaba a pasear
- todas las tardes
por las calles más
- concurridas y en
donde podía saludar
- a sus antiguos
conocidos.
-
- Gasté una suma
considerable
- de dinero para que
aprendiera
- correctamente en
una academia
- de baile el
pasito Tun-Tun.
Amarla significaba
- tomar prestado las
otras
- partes vivas que
me quedaron
- de otras mujeres
cuyas mitades
- muertas
tambíen había arrojado
- a los
perros.
Cada una de estas mitades
- tenía su
encanto.
-
- Por ejemplo:
Asunción era sensual
- y
locuaz además le encantaba
- que le dijera
vulgaridades en la cama.
-
- Martha /
feminista / me divertía.
- Todo lo
veía através de su razón
- sin entusiasmo y
copulaba poseída
- de un rigor
académico.
-
- Cada beso cada
movimiento
- obedecía a una
consigna.
Pero Ella sólo toleraba estas
- mitades
únicamente
- durante el acto
sexual.
Era la forma posible que le quedaba
- para satisfacer mi
deseo y saberme
- encadenado a su
destino.
-
- Se moría por
donde le daba la gana
- en mis sueños en
mi imaginación.
Logró arrancar de mí una primera
- y única muestra
de cariño.
-
- Me conmovió su
constancia de una
- muerte digna y
quise ayudarla en su
- propósito de
morirse por mí y
- por todo lo que
soy para Ella.
Comencé dejando como al azar
- y en los lugares
más visibles los
- dulces y helados
que sabía le gustaban.
-
- De coco de
vainilla cargados de
- chocolate
tuti-fruti taquitos.
-
- Todas estas
golosinas estaban
- sabiamente
cargadas de venenos
- que le
garantizaban una
- muerte rápida y
sin agonía
- el cianuro el
propanol la estrignina.
Ahora mi gozo de saberla muerta
- sólo está
empañado
- por un solo
detalle de mal gusto.
-
- Su muerte.
-
- Eligió la forma
más vulgar de morirse.
-
- La más ordinaria
y común que puede
- asumir la muerte
en nuestro siglo.
-
- Morirse por el
peso de tener que
- soportarse a sí
misma.
Pero la verdad
- es que no me
importa su muerte
- y espero para mi
satisfacción
- que antes de
morirse entendiese
- definitivamente
que nunca
- fuí adicto a
Ella.
Quito
/ 91 Berlín / 94
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- foto.
jaime de lagracia en el país de van-goh
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