Día Sexto Humildad de San Judas Tadeo "Dios derribó el solio a los poderosos", exclama María en su cántico del Magnificat, "y ensalzó a los humildes; y, porque ha puesto Dios los ojos en la humildad de su esclava, he aquí que desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones", Dios protege y libra al humilde; al humilde ama y después de su abatimiento, lo eleva a la gloria. "Al humilde descubre sus secretos; le atrae suavemente a sí", dice Kempis (Lib. II Cap. 2). La profunda humildad de San Judas Tadeo brilla de un modo muy especial en su carta, pues en vez de empezar llamándose pariente cercano del Redentor del mundo, Cristo Jesús, y de María Reina de los cielos y de la tierra, se titula Judas Tadeo, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago; por eso cumpliéndose la sentencia del Salvador, de quien se humillare será exaltado, no es de maravillar que San Judas Tadeo brille en el Cielo como estrella de primera magnitud, junto con los demás apóstoles, y que en la tierra, por su profunda humildad, Dios le haya dado gran poder de socorrer pronto y eficazmente a los devotos que con confianza y humildad le invocan. ¿Nos consideramos como San Judas Tadeo, humildes siervos de Jesús? Entonces podemos acudir a la valiosa protección de San Judas Tadeo quien mirará nuestra pequeñez con ojos de misericordia y nos socorrerá en nuestras necesidades. Invocaciones y Oración Final. |