A letra limpia - 4 de junio de 2002 - Número 10

 

 

Luz de tu mirada

Dunetchka Cerpa / Séptimo grado

 

Tus ojos iluminan la calle en una noche de invierno. tus ojos me revelan lo que tus labios no dicen. Tus palabras me ensordecen porque lo único que hacen es mentir. Tus ojos están llenos de emociones que son un misterio para mí y con tus miradas haces que quiera recorrer el río negro de tu sangre día a día. Tus ojos son más que mi vida y la llenan de felicidad. Porque tus ojos son para mí lo que deseo más y sé que sin ellos no podría respirar.

 

 

Cabeza de fósforo

Rebecca Wood / Séptimo grado

 

Es roja y dura,

quema

cuando está prendida huele a perfume de paloma,

y pareciera un humano sin piernas ni brazos,

me gusta jugar con ellos, son buenos para maquetas

y para fumar, aunque fumar es malo.

 

 

Sales del baño

Rebecca Wood

Viéndote salir del

baño entre la niebla

que regala generosa

al aire el agua tibia

(Le plis, Rafael Castillo Zapata)

Sales del baño con la piel mojada, hueles bien y te ves tranquila, esa soy yo, me encanta bañarme. Cuando estás en la ducha se oye el agua como un río en la selva de las amazonas. Si sólo una vez podría ir a las amazonas estaría satisfecha en no ir a otro lado, es la belleza y el fruto de nuestro país. La belleza se encuentra allí.

 

 

Niebla

Andrés Núñez

 

Nunca te he visto pero te conozco. Has estado ahí al lado esperando salir. La oscuridad te rodea la mente. Es tu forma de vida. Pero yo aún te espero, no te puedo ver ni oír, pero te toco con mi mente. Tu vida te ha otorgado la misma belleza que al otoño. Te he buscado sin encontrarte, pienso lo que piensas que serás. Pero aún no sé quién eres ni dónde estás. Quiero hundirme en la soledad que habita en ti, pero sin callarme. Buscarte hasta encontrar tu esencia vital. ¿Frustración porque les da alas a las personas? No entiendo por qué no te he encontrado. Eres el tesoro más grande para un paleontólogo. Te miro y me miras. Pero no te veo.

 

 

Aquella noche lluviosa

Lucio Segovia

 

Caminé y caminé en una calle sola, triste con truenos y relámpagos encima de ella. Veía a los hombre con sus hermosas y caras pipas, con el humo elevándose a la lluvia. En un rincón oscuro había un cachorro comiendo. Lo vi y le di un trozo de galleta. Los hombres en camiseta se me quedaban observando. No me importa, seguí caminando con las gotas de la lluvia. Cayendo encima de mí, estaba un poco apurado porque quería llegar a mi casa y ponerme a ver televisión para ver qué pasaba de interesante en mi mundo, pero el rugido de un auto me aceleró el corazón cuando pasó a medio milímetro y me empapó de agua. Mi dedo se levantó contra el conductor aunque no me importó mucha, porque llevaba mi impermeable. Seguí caminando en esa calle. Me transporté a otra dimensión . Cuando llegué a casa me quedé atrapado. En ese momento no sé qué tendría esa calle, pero ahora todos los días paso por ella y no la veo igual que aquella noche lluviosa.

 

 

Cuatro años después

Oriana Serrano

 

Eran alrededor de las ocho de la noche cuando llegaron Natalia y Ernesto a mi fiesta y empezaron a discutir por algo que aún no entiendo y en realidad no me importa. Era la segunda vez que iban a mi casa, pero era como la quinta vez que yo los veía.

–Buenas noches, amigos. Hoy pasarán la mejor noche de su vida...

Pensé que podríamos irnos juntos de la fiesta. Pero al final de todo, Natalia se fue sola sin Ernesto y Ernesto se fue muy triste porque después de que le había dicho a Natalia que lo esperaba, ella se había ido sola. O sea "Qué clase de novia era ella", pensó, pero luego se sintió mejor.

Cuatro años después de esa noche, se encontró Ernesto en su luna de miel con Daniela.

¿Orgullo?

Angela Natalia Vivas

 

Tuve que ayudar a mi amiga a escapar de suc asa para poder irnos a la playa todos juntos y así ella poder estar al fin con su noviecito.

Al fin puede convencer a su madre que la dejara ir, mintiendo sobre quién era yo y sobre nuestro paradero.

Nos encontramos en la casa de Gabriela, una de las chamas que iba al viaje. Después nos fuimos a agarrar el autobús rumbo a Choroní.

Luego de este largo y fastidioso trayecto, llegamos y nos despertaron a todos. Entramos a la casa y era de muy mal aspecto. Tenía muchas fotografías y juguetes horroroso, pasamos el día ahí y estaba contenta con que mi amiga Mary pudiera estar con su novio Javier, ya que nunca pueden estar juntos.

Pasaron todo el fin de semana juntos y no se separaban ni un instante, pero Javier es muy perro, cualquier tipa que veía iba y se daba los besos con ellas. Mary estaba hecha nada, y yo como siempre tuve que acudir a ayudarlos porque si es por ellos nunca vuelven, siempre por su orgullo.

En el viaje, Javier lo que hizo fue utilizar a Mary.

Se terminó el fin de semana y no llegaron a nada. Tomamos el autobús de vuelta a Caracas.

Y cuando llegamos allá, todos nos fuimos por nuestro lado. Y hasta ahora ni se han vuelto a llamar.