AGRADEZCO
AL
al compañero Cuauhtémoc Amezcua Dromundo y a los demás organizadores
de este evento haberme invitado a lo que realmente es muy sugerente,
este Movimiento Juarista-Bolivariano por la soberanía y la unidad
de los pueblos de América Latina y el Caribe.
El
neoliberalismo económico. Ya ven que primero decían que tal cosa
no existía, el propio Presidente de la República dijo, yo no sé
lo que es el neoliberalismo ni por qué están hablando de esto; no
existe. Pero afortunadamente hubo una publicación de Washington,
una revista que circula mucho, en donde, ni más ni menos, se publicó
un artículo que se llamó El consenso de Washington, y ahí estaban
todas las reglas del neoliberalismo. Ahora ya no nos pueden decir
que no saben de que se trata.
Es
cierto que muchos dicen, bueno, lo que pasa es que no es exactamente
el neoliberalismo, es una modernización que es necesaria porque
hay que adecuar las economías emergentes a la globalización. Además,
advierten los neoliberales que ya resulta estéril la lucha contra
esa corriente porque incluso su más notorio impulsor en México,
Carlos Salinas de Gortari, en mancuerna con Roberto Mangabeira,
profesor de leyes de la Universidad de Harvard, reconocen que la
globalización del capital, elemento clave de los neoliberales, no
es la solución. Por lo tanto, sólo resta contrarrestar sus excesos
para poder disfrutar plenamente de las libertades del mercado.
Buena
parte del debate tiene como origen una lamentable confusión de términos,
sobre todo cuando uno se tropieza con estadounidenses, porque para
ellos los liberales son los progresistas, los buenos. Y entonces
cuando uno dice neoliberalismo, como que se sienten mal.
La
actual connotación de neoliberalismo nada tiene que ver con el liberalismo
político expresado en los propósitos de libertad, igualdad y fraternidad
de la Revolución Francesa; nada tiene que ver con la división de
poderes, con la vigilancia, fiscalización y estricta rendición de
cuentas de los gastos públicos que deben dar los gobernantes; nada
tiene que ver con el liberalismo social de los precursores ideológicos
de la Revolución Mexicana; con la vigencia de las garantías individuales
y los derechos humanos y sociales de los que gozan todos, con el
consenso universal sobre una moderna democracia.
El
neoliberalismo, denostado por los pueblos, los grupos políticos,
la academia y hasta la Iglesia, se circunscribe al área de la economía,
y retoma las viejas ideas de dejar hacer, dejar pasar; de la mano
invisible del mercado, del siglo pasado, y nos habla de libre comercio,
libre movimiento de capital, libre convertibilidad de las monedas,
reducción de la participación del Estado en la economía, y su confinamiento
al área social y de los topes. Es decir, estos términos de libertad
económica, en muchos casos, el neoliberalismo los quiere elevar
hasta la categoría de derechos humanos, y declararlos sagrados.
Fue
mucho lo que se avanzó en el siglo que está terminando en materia
de responsabilidades del Estado democrático en la economía. El desarrollo
de una nueva disciplina denominada economía pública fue la respuesta
del capitalismo a los efectos de sus crisis recurrentes, en especial
a la gran crisis de 1929 y a la depresión de los treintas que caracterizó
a la economía internacional. La idea de que el libre comercio y
el irrestricto movimiento de capitales optimiza la producción y
el mutuo beneficio de los países está en flagrante contradicción
con las crisis recurrentes de los mercados financieros y con el
daño desigual que provocan entre países del centro y de la periferia.
Al
término de la Segunda Guerra Mundial, el Estado adquirió enormes
responsabilidades relacionadas con el pleno empleo y lo que se llamó
Estado benefactor, en las modernas democracias. El área tradicional
de las finanzas públicas, gasto gubernamental, impuesto y deuda
pública se amplió para abarcar no sólo los órganos de la administración
gubernamental, sino un sector paraestatal de organismos y empresas
necesarios para cumplir con las nuevas tareas asignadas al Estado
moderno. Aquí el sector paraestatal creció muchísimo y, al final
de esta etapa, o sea al final del período del presidente López Portillo,
teníamos como 1,480 empresas y organismos descentralizados que formaban
este sector público.
La
historia económica de México revela que la decisión adoptada en
los treintas, de asignarle al Estado la función de promotor del
desarrollo e involucrarlo en la reforma agraria, en el fomento agropecuario;
en la construcción de la infraestructura básica, presas, carreteras;
en la propiedad de los energéticos; y en instituciones de intermediación
financiera, los bancos de desarrollo, fue una medida acertada y
necesaria para salir del atraso al que nos condenaba la división
internacional del trabajo, como productores primarios, en especial
de minerales y petróleo. Eso nos suena, ¿no? Exportadores de productos
primarios, petróleo y productos agropecuarios, ahora café, tomate,
etc. México fue pionero al adoptar el sistema de economía mixta
y la promoción del desarrollo industrial. Es necesario reafirmar
que la política económica de la posrevolución giró alrededor de
crear y proteger una empresa privada nacional que contribuyera al
desarrollo de un sistema de economía productiva, con objeto de satisfacer
los mayores niveles de consumo, inversión, empleo e ingreso de divisas
necesario para mejorar el nivel de vida de una creciente población.
Jamás
prevaleció en los círculos gubernamentales la idea de crear una
economía socialista centralmente planificada ni autárquica. Es decir,
el comunismo duro jamás fue idea de los gobernantes, ni siquiera
de los comunistas mexicanos. La economía pública en su función productiva
trataba de fortalecer al sector privado de empresas grandes, medianas
y pequeñas, y participar crecientemente en el mercado internacional
y en el cumplimiento de su función redistributiva. Trataba de proteger
al sector rural, al empleo y al salario real para aminorar la concentración
del ingreso.
Durante
la Segunda Guerra Mundial, padeció mucho la población por la falta
de artículos; no había importaciones, no había nada. Pero después
empezó a mejorar su situación paulatinamente hasta que en el año
de 1976 alcanzó el récord, el mayor salario real de nuestra historia.
A partir de 76, disminuye ligeramente hasta 82, cuando López Portillo
dijo, sí, me doy cuenta de que el salario real ha disminuido, pero
esto es necesario para poder tener una nueva plataforma de exportación
que nos la va a dar el petróleo, pero eso lo voy a corregir al final.
Ya no le alcanzó el tiempo. Pero de 82 en adelante es un desplome
de los salarios reales.
Muchas
de las fallas de la política económica desarrollista deben atribuirse
a la falta de democracia, producto del autoritarismo presidencial;
a la subordinación del Poder Legislativo y a la existencia de un
partido de Estado monolítico. El advenimiento del neoliberalismo
en México, en 1982, equivalió a un silencioso golpe de Estado, y
fue posible debido a que el presidente López Portillo transmitió
voluntariamente el poder al grupo financiero, seguramente impactado
por el problema de la deuda externa que hizo crisis en agosto de
ese año. Fue el autoritarismo del régimen presidencial y del partido
de Estado, y la ausencia de organizaciones y prácticas democráticas,
más que los errores del desarrollismo, los factores que hicieron
posible el cambio de rumbo.
Cuando
a nosotros nos venden la idea, yo nunca la compré, de que se había
agotado el modelo de desarrollo, y que era necesario cambiarlo,
hay que decir que eso es falso. Lo que se agotó fue el régimen autoritario
del presidencialismo, que dio sus primeras muestras de reacción
popular cuando el conflicto del 68 y que ya traía precedentes.
Entonces
lo que se agotó, lo que ya no se soporta es el régimen autocrático
del presidencialismo, de que lo que pasa por la cabecita del presidente
y algunos de sus más cercanos asesores, es lo que se hace. Entonces,
como ustedes ven, las dos cosas van juntas, tienen que ir juntas
la democracia y el cambio de este régimen, que es lo que ha venido
ocurriendo con muchos trabajos aquí en México; la democratización,
la transición hacia la democracia y al mismo tiempo un sistema donde
el Estado tenga responsabilidades, un Estado democrático, un Estado
responsable que también asuma las cuestiones de la economía. Así
sucede con todas las economías industrializadas de ahora. Quizá
la que menos siga este modelo, este sistema, sea la de Estados Unidos,
que tiene un desarrollo sui géneris, muy especial, con bastísimo
territorio y con amplias posibilidades de desarrollo, y con esa
palabra clave que juega mucho, que es la "competencia". La competencia
es para ellos, que se medio maten y hagan miles de cosas; ésta es
la competencia y dicen también que la competencia es la democracia.
Nosotros
no, nuestro concepto de democracia es diferente, el concepto de
democracia mexicana está fuertemente teñido de los conceptos de
restitución y dotación. Se trataba, e hizo presencia muy fuerte
hasta la Constitución de 17, de un país donde la mayoría de la población
había sido despojada de su tierra agraria, había sido despojada
de su riqueza fundamental que era la tierra y eso se reconoce y
por eso se da el derecho, en esta democracia, a pedir tierra a todos
aquellos que se dedicaran a cultivarla, o bien a restituirles la
tierra de la que habían sido despojados, o bien a dotarlos con tierras
porque esa era su manera básica de producción.
Pero
no nada más llegó ahí, sino que también se protegieron todos los
derechos laborales, los derechos de todos aquellos que no tienen
otra manera de ganarse la vida más que vendiendo su fuerza de trabajo.
Entonces, también toda la protección al trabajo que contiene la
Constitución, que se ha deformado estoy de acuerdo, por la interferencia
de un Estado que muchas veces ha dado bandazos, pero, en fin, de
todas maneras, esos son los fundamentos de la democracia mexicana.
Además,
está también toda la cuestión de un régimen en donde se reconoce
la igualdad de derechos y todos los mexicanos tienen acceso, tienen
derecho, así lo dice el artículo 3º, a la educación, a la salud,
no nada más los más pobres; ahora esta versión neoliberal modifica
las cosas y dice que sólo hay que atender a los pobres. Y ahí tienen
todos los programas, actualmente, el Progresa, el Fidelis, todos
los programas que son focalizados a la pobreza. Tienen listadas
las comunidades más pobres, van a ellas y ahí, en esas comunidades
más pobres escogen a los más pobres de los pobres, y nada más para
esos hay; y todos los otros pobres que no alcanzaron, pues se quedan
igual.
Por
eso la educación pública, gratuita, según el artículo 3º, todos
tienen derecho a ella. Aquellos que quieran pagar también pueden
ir a una escuela privada, eso no tiene nada que ver ni es incompatible
con este concepto. Pero todos aquellos que no puedan tienen derecho
a recibirla. Lo mismo la cuestión de la salud. Todo esto es lo que
normó la política social siempre. En la Constitución y en la práctica
de los gobiernos estuvo esto de los derechos generales.
Por
eso se puede afirmar que el neoliberalismo en México ha sido muy
perjudicial, no sólo porque ha cambiado los criterios en la práctica
y ha tratado de cambiar los conceptos en la Constitución. Eso de
privatizar parte de la energía eléctrica y parte del petróleo, la
petroquímica, se les ocurrió que es lo más avanzado; todo esto es
parte del mismo esquema. Prácticamente el único sector que queda
en la Constitución, en donde la responsabilidad de la propiedad
es del Estado, es el sector energético. Por eso ven ustedes tanto
empeño y se insiste en privatizar parte del sector energético, porque
si Zedillo lo logra, ya la hizo, y pasará a la historia como el
que le dio en la torre a todo este concepto que teníamos nosotros
de economía. Entonces ven ustedes que todo esto hay que tenerlo
en cuenta porque de lo que se trata es de hacer un desarrollo donde
haya también una responsabilidad del Estado.
Y volviendo
a lo que les había dicho un poco antes, que en los países, en las
modernas democracias industriales, del 40 al 50% del Producto Interno
Bruto no se maneja conforme a las reglas del mercado. Es la parte
de economía social, es la parte del presupuesto social, es la que
va a seguridad social, a desempleo, a educación, a vivienda, cuando
hay necesidad de fortalecer la vivienda. Y el otro 60% es el que
se va a esa economía de mercado, es el que sigue las leyes de mercado
en donde la evolución tecnológica ha hecho que haya grandes empresas,
incluso hay monopolios naturales, llamados así porque tienen que
producirse tecnológicamente, la tecnología implica que tienen que
ser grandes unidades productoras. Eso es por ejemplo la telefonía
o muchos de los transportes, los ferrocarriles tienen que producirse
por grandes unidades, las fábricas de automóviles también.
Entonces
aparecen las corporaciones transnacionales, no les basta su mercado
y tienen que ir a otras fronteras a buscar nuevos mercados. Toda
esta globalización tiene por detrás el facilitarles el poder a estas
corporaciones transnacionales, y darles todas las facilidades para
controlar el mercado mundial. Aquí lo importante y que yo quiero
destacar es que incluso en estos países un 40% del Producto Interno
Bruto, el 50% en Alemania, en Francia están muy cerca del 50% y
a veces se pasan, la mitad de la producción no va al mercado. Incluso
en Inglaterra, que la Tatcher trató y de hecho privatizó algunas
grandes empresas, incluso en Inglaterra no pudo, de manera que en
Inglaterra el 42% del Producto Interno Bruto es para fines sociales.
Pero
qué ha pasado con México. Ya íbamos como en el 33% de producción
asignada a propósitos públicos. Resulta que vienen los neoliberales
con las privatizaciones, las fusiones, las liquidaciones; y ahorita,
en dónde estamos; estamos en un 22, 20, 19% de la renta; cómo es
posible que eso alcance para todos los fines públicos que tiene
que hacer el país y, además, para una población que sigue creciendo;
pues no, no alcanza.
Este
Estado neoliberal lo ha hecho muy mal, cómo tienen a petróleos,
cómo tienen la Comisión Federal y Petróleos Mexicanos sobre todo,
que es un gran productor-generador de renta económica, por eso hay
tanto pleito a nivel internacional, y por eso la historia negra
del petróleo, todos los crímenes y todo lo demás que se ha cometido
para apoderarse de este recurso. Porque este recurso tiene como
característica que genera una enorme utilidad, se le puede llamar
utilidad, se le puede llamar renta petrolera, excedente petrolero,
por qué, porque no cuesta, nada más el valor de extraerlo, pero
no se paga la riqueza que se extrae y que además es no renovable.
Por
eso es que Lázaro Cárdenas en forma muy visionaria y después con
la creación de PEMEX que fue con Avila Camacho, dijo, esa riqueza
es de la Nación, o sea que es un bien, que tiene un precio mundial,
es como si fuera oro. Tiene un precio mundial y toda la diferencia
entre el precio mundial y lo que cuesta la extracción, es la renta
petrolera. Esta renta petrolera en México, que dio lugar a la expropiación
petrolera pero que ya venía declinando porque se habían descubierto
campos más productivos en Venezuela, la toma el Estado y la lleva
a producir y pudo satisfacer las necesidades totales del país, pero
no éramos exportadores de petróleo, ya no fuimos exportadores de
petróleo porque todo lo utilizamos para industrializar el país y
para consumo interno.
Hasta
1976 las reservas petroleras aumentan muchísimo pero esa información
se tenía en secreto por la codicia de los Estados Unidos. Finalmente
en el año de 76, 77 se tomó la decisión de para qué queremos ese
petróleo ahí enterrado cuando nos está haciendo tanta falta el dinero
que produce; se incrementa la plataforma petrolera y México se convierte
en exportador de petróleo hasta 1978-79; hasta entonces nos convertimos
en exportadores de petróleo. Quiere decir que antes de eso el gobierno
no contaba con la renta petrolera; entonces esos gobiernos pudieron
financiar los gastos corrientes del gobierno, los sueldos, salarios,
la burocracia, todo lo que hace el gobierno. Y a partir de ese entonces
empezaron a apoderarse de la renta petrolera, de manera que la Secretaría
de Hacienda se ha apoderado de la renta petrolera, le ha tomado
todo ese ingreso excedente a Petróleos, casi no le deja fondos ni
para modernizar, ni para financiar toda la petroquímica, lo más
elaborado.
Y argumentan
los neoliberales en contra de PEMEX, y dicen que Petróleos Mexicanos
es un monopolio; no, no es un monopolio, es un monoproductor, porque
es del Estado; y no es monopolio, porque los monopolios son los
que están en la esfera del mercado, esos se mueven y determinan
su política por tratar de obtener la máxima utilidad. En cambio
se supone que una empresa del Estado tiene otros fines, puede tener
los fines de acumulación, o sea utilizar el excedente para invertir,
para ampliar la infraestructura productiva, puede utilizar los precios
más bajos para subsidiar a la industria si es un insumo industrial,
como se ha hecho a veces con las tarifas eléctricas. Lo puede utilizar
para aumentar el consumo, para diferenciar los mercados. En fin,
para una serie de propósitos que no tienen nada que ver con la maximización
de la utilidad de los particulares.
Entonces,
el neoliberalismo económico como vemos nosotros sí existe, ha sido
nefasto para las grandes mayorías y obedece fundamentalmente al
hecho de que hay corporaciones transnacionales que quieren que el
Estado no se meta en la producción, que quieren tener movimiento
absoluto de los bienes, o sea el famoso libre comercio, quieren
libertad para moverse de un lado a otro sin aranceles. Y ahora para
colmo, aquí también quieren tener una sola moneda, por eso andan
con el cuento de la dolarización, dicen, ya de una vez vamos a adoptar
el dólar como la moneda, o vamos a establecer la paridad un peso
igual a un dólar, y vamos a comprometernos a mantenerla, y nada
más vamos a poder manejar la política crediticia de acuerdo con
los dólares que entren al país. O sea, vamos a renunciar a la soberanía
monetaria y vamos a adoptar el dólar. Y quiénes son los que andan
ahorita detrás de eso, pues todos los empresarios de las grandes
empresas mexicanas que ya se dolarizaron, ya tienen todas las reservas
en dólares, pero para ellos es mucho más cómodo estarse evitando,
que ahorita está el tipo de cambio flotante, que aumenta unos centavos,
que baja unos centavos, pues todas éstas son para ellos pérdidas
y además, que lata.
Como
ustedes ven, de lo que se trata con todo este esquema es de minar
la bases soberanas de la economía de un país para poder engancharlo
en esta internacionalización del capital.
Vamos
a hablar un poco sobre globalización. Y por qué estamos diciendo
que la globalización es inevitable, no se puede hablar en contra
de ella, lo mejor es adaptarse. Bueno, efectivamente nadie puede
negar que el siglo XX está terminando con avances, pero también
con tremendos desafíos y problemas que ahora deben verse en un contexto
mundial, ya que el avance tecnológico y la concientización de un
destino común han adquirido una dimensión que abarca todos los países.
El
saldo positivo de los conflictos bélicos y de las luchas sociales
del siglo que termina, incluyendo los de nuestro país, es el reconocimiento
de una pauta de valores de aceptación universal, la vigencia de
los derechos humanos, la sustentabilidad del planeta y la extensión
de la democracia como forma de gobierno y de convivencia social
en sus múltiples y plurales acepciones. Ya dijimos que la democracia
no tiene el mismo sentido en Estados Unidos que aquí. También debemos
mencionar como avance el repudio a cualquier forma de discriminación
y el avance cívico, social y político de la mujer.
Los
problemas intolerables de fin de siglo, son las crecientes desigualdades
entre los continentes; los que se han quedado rezagados en todo
esto de la globalización son América Latina y Africa, los demás
han avanzado. Y de hechom en un mismo país, en un entorno de preocupante
y creciente presión demográfica, por un lado, y del predominio y
movilidad de crecientes flujos financieros, por el otro.
Nuestro
país ha estado inmerso en la anterior problemática y ha dado respuestas
que en algunos casos fueron precursoras de nuevas estructuras, como
la combinación de garantías individuales y derechos sociales en
la Constitución de 1917 ó la formación de un sistema de economía
mixta que integró a la propiedad pública en áreas estratégicas del
desarrollo con la propiedad privada y social en sectores de un acelerado
crecimiento. El desarrollo económico, o sea la ampliación de la
base productiva del país se convirtió en un objetivo generacional
que se cumplió con las fallas y limitaciones de una estructura de
dependencia desde 1934 hasta 1982, casi medio siglo, cuando estalló
el problema de la deuda externa.
A partir
de entonces México se inserta en una creciente dependencia mediante
una política de cumplimiento cabal de los compromisos financieros
y de estabilización que sin un proyecto propio ha resultado totalmente
incompatible con la elevada tasa de desarrollo que exige la dinámica
demográfica del país, por lo cual el resultado lógico ha sido el
creciente número de familias en situación de pobreza, la falta de
oportunidades de empleo y mejores salarios para la población asalariada,
la situación depauperada y sin perspectivas de la clase campesina
y en paralelo el fortalecimiento de grupos minoritarios que disponen
de una parte creciente de la producción nacional. Ya hemos dicho
que este proyecto ha sido una fábrica de pobres.
Cuando
un país o cuando un gobierno entrega cuentas, especialmente los
nuestros, nunca se refieren a qué tanto aumentaron los salarios
reales, pero ese debería ser un índice tan importante como el de
que ya la inflación va a bajar al 10% ó como que el déficit fiscal
fue de menos del 5%, y deberíamos de preguntar cuál fue el aumento
de los salarios reales, o sea, si fue mayor que el de los precios
o fue menor; en cuánto aumentaron y en qué rama, esto debería ser
uno de los objetivos básicos de cualquier política económica, que
entreguen cuentas, en cuánto aumentaron los salarios.
Para
Pablo González Casanova la globalización es un proceso de dominación
y apropiación del mundo, de Estados y mercados, que utiliza la apertura,
las privatizaciones, la desnacionalización y desregulación de los
mercados y provoca exclusiones y depauperaciones en procesos macro
sociales de explotación del trabajo. En México la creciente exportación
de mercancías, intereses y ganancias coexiste con salarios cada
vez más bajos en términos reales.
El
Tratado de Libre Comercio ha tenido como efecto un aumento brutal
de las exportaciones, imagínense ustedes las exportaciones eran
de 60 mil millones de dólares cuando empieza el Tratado, ya habían
aumentado mucho con la apertura, de 60 mil millones de dólares pasan
a 170 mil millones de dólares que están previstos para este año
en las exportaciones. Entonces, ¿por qué no hay prosperidad en el
país?, pues porque las importaciones aumentan todavía más; quiere
decir que nosotros tenemos que importar para exportar; importamos
todos los insumos, la tecnología, todo el conocimiento para producir;
y aquí qué añadimos, nada más el valor del trabajo, a unos salarios
que son la catorceava parte de lo que se paga en Estados Unidos;
entonces, muchos capitalistas cierran sus fábricas en Estados Unidos
y se cambian para México para pagar salarios mucho más bajos, pero
importan todos los bienes.
¿De
qué nos sirve todo esto? Es que el empleo ha aumentado, sí efectivamente
hay empleo en las maquiladoras, ha aumentado, pero han cerrado fábricas
de juguetes y otras cosas que antes se producían en el país que
ahora ya no se producen porque se importan. Hay quienes han calculado
que el valor agregado que producían estas fábricas es mayor que
el valor agregado que producen las maquiladoras con más empleo,
porque lo único que dejan son salarios mal pagados.
Las
exportaciones en sí no ayudan, pues estamos convertidos en una colonia,
la riqueza nos viene nada más de las exportaciones y se vuelve a
ir porque lo que exportamos está fabricado con productos importados;
ahí está lo de los automóviles, por ejemplo, los motores importados,
todo.
Y ahora,
el presidente está muy contento porque dice que por primera vez
va a entregar un país que no va a tener una crisis de pago, hay
estabilidad financiera; pues sí, hay estabilidad financiera pero
al precio de qué, a precio de qué, de haber mantenido la economía
congelada. Se mete a una persona en un congelador, o una carne en
un congelador, bueno pues ahí se le mantiene. No hay problema de
que vaya a haber una gran demanda, de que se agoten las reservas
del Banco de México y tenga el gobierno que devaluar. Ese es el
precio.
Pero
eso no resuelve el problema de la pobreza, eso no resuelve el problema
de dar mayores empleos con mejores salarios. Esto quiere decir que
estamos en una situación en donde el verdadero factor que va a determinar
qué tan estable es el país, es el factor político de si la gente
se aguanta, si la gente se sigue aguantando, ya ven ustedes lo de
la Universidad que no se puede resolver porque detrás de esto está
una irritación tremenda de la población, lo mismo que en el 68;
hay irritación de que las cosas no están caminando bien, la economía
no está marchando bien aun cuando no haya devaluación. Además esto
que paso en México se repite en casi todos los países de América
Latina, hasta en Argentina que es un país que está potencial y materialmente
dotado para tener una enorme prosperidad, hasta ahí estamos viendo
problemas de desnutrición, de pobreza, de falta de empleo, de muchachos
que terminan la universidad con grados hasta de doctorado y no encuentran
trabajos si no es en las transnacionales.
Entonces
todo esto nos indica que debemos de cambiar de modelo, tener otro
gobierno, integrarnos y fortalecernos.
|