Dr.
RONALD JOSE LAREZ ROMERO (2)
- El
papel del docente universitario en el contexto de la crisis sociocultural
de América Latina
EL
PLANTEAMIENTO de la misión del profesor universitario dentro
del entorno nacional e internacional ha sido una práctica constante
en los últimos treinta años. Consideramos que es un ejercicio necesario
planteamos esta discusión como problema, porque permite la renovación
de las estructuras universitarias con sus docentes, con sus estudiantes
y con los factores sociales que ellas envuelven, las que tienen
que producir el conocimiento en ese entramado muy concreto y a veces
no exento de riesgos.
De
tal manera que deben considerarse tres partes para fundamentar este
discurso. Una parte un poco para situar el marco estructural de
la crisis latinoamericana; en segundo lugar observar como se desenvuelve
el sujeto histórico latinoamericano de acuerdo a las etapas políticas
y luego analizar el rol del docente universitario en esta verdad
tan compleja como es la realidad latinoamericana.
Latinoamérica
es una región en plena búsqueda de una configuración mancomunada,
incluso como objetivo desde el inicio de su independencia de España
y en una perspectiva hay quienes pretenden señalar que América Latina
está configurada por países auténticamente hermanos unidos por lazos
históricos, geográficos y políticos. Sin embargo, esa perspectiva
a veces en la práctica aparece contradictoria porque las mayorías
empobrecidas, humilladas y deprimidas de esta región caminan por
senderos distintos, porque esa solidaridad que se reclama, cuando
se dice que somos países hermanos, no se hace presente en casos
donde acontecen realidades contradictorias. Un ejemplo de este último
planteamiento, podríamos encontrarlo en casos inmediatos como los
de El Salvador y Panamá, donde la intervención extranjera es determinante.
En
lo económico América Latina está caracterizada por la presencia
de un capital transnacionalizado que imprime cierta vinculación
económica y que subrepticiamente apoyan nuestros países latinoamericanos.
Se trata de un sistema liberal ortodoxo que tiene una fe ciega en
el mercado como una de sus virtudes fundamentales. Allí reside,
la fuente de su racionalidad económica y su preocupación central
está en los procesos de privatización. Este modelo de economía de
mercado, que concede un privilegio a la producción de los bienes
y servicios soslayando la presencia de los creadores y los usuarios
de los mismos, tiene un impacto en la misión y la praxis de la universidad.
En
el caso de la situación política es importante subrayar la presencia
de un proyecto interamericano que se está tratando de implantarse
en los países del área, a base de democracias restringidas, de economías
subsidiadas y de esquemas que no pueden solventar las necesidades
básicas de esas mayorías empobrecidas, humilladas y oprimidas. Realmente
este proyecto no puede caber en el corazón, en el estomago, del
nuevo sujeto histórico latinoamericano.
En
el aspecto cultural se está desarrollando la presencia de una conciencia
de lo intolerable que es la capacidad de resistencia y de movilización
de los sectores mayoritarios, de los sectores oprimidos, que con
raigambre histórica están reivindicando el derecho a la independencia
y a la soberanía política. Esta conciencia de lo intolerable está
basándose en procesos revolucionarios que han tenido lugar en el
marco de la evolución histórica de la región. La Revolución Mexicana,
la Revolución Cubana, la Revolución Sandinista, los procesos fracturados
y fragmentados de Chile, están convirtiendo la conciencia de lo
intolerable en la conciencia de lo necesario.
En
el aspecto social estamos en presencia de graves contradicciones
sociales, de desigualdades que se manifiestan en niveles extremos
de pobreza crítica, cuyo porcentaje ya se ubica en un 85%. En los
altos índices de mortalidad infantil, de mortalidad escolar y en
una deuda externa cada vez más creciente. Frente a esta realidad
que brevemente esbozamos: ¿cuál es la respuesta de los sectores
comprometidos? ¿Cuál es la respuesta de la universidad latinoamericana'?
Si
analizamos el marco de la misión y de la praxis de la universidad
latinoamericana, vamos a encontrar a una universidad de espaldas
a su región, a sus procesos históricos y a sus procesos sociales.
Indudablemente que esa situación que ha sido condicionada por un
sistema político-económico, presenta también algunas características
significativas. Se está notando, por otra parte, que se les hacen
reclamos a los educadores, se les está exigiendo que sean protagonistas
de un proceso de renovación moral, de un proceso de renovación ética
y de un proceso de renovación social que se está requiriendo con
urgencia. Se nos está solicitando además que seamos dirigentes de
nuestro proceso de emancipación.
Se
nos está reclamando que redimensionemos el papel de la cultura como
saber, de la comunicación como saber, de tal manera de crear proyectos
alternativos que se orienten en nuestras tradiciones. Dentro de
este espacio también se nos está exigiendo a nosotros como educadores,
como cultivadores de la cultura y de la educación en América Latina
y el Caribe, que reivindiquemos el papel del diálogo del que habla
Paulo Freire, cuando señala que no hay diálogo posible si no creemos
en el hombre, si no creemos en esa fe del hombre por saber más;
el derecho al diálogo no es privilegio de unos elegidos sino el
derecho de todos los hombres.
Esa
posibilidad de comunicación constante es una vía alterna que se
nos está exigiendo como educadores en estos momentos tan complejos
que vive nuestra región. Frente a esta situación se ha venido desarrollando
un amplio movimiento que trata de solicitar con urgencia la necesidad
de la investigación, del debate y del encuentro para la conformación
de una postura insurgente específica. Esa situación y ese movimiento
se está dando en los países de la subregión andina, entre otros,
en Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, países que están
vinculados por lazos geográficos y por lazos históricos y que de
alguna forma están planteando la necesidad de la recuperación de
nuestra memoria histórica-cultural, el planteamiento de un pensamiento
propio que se oponga a la tutela y al colonialismo intelectual de
óptica eurocéntrica. Este movimiento que se está generando tiene
grandes horizontes. El primero está conformado por una teología
de la liberación; es bien conocido que en nuestro continente y en
algunos países del área se está desarrollando una corriente teológica
al interior del cristianismo que pasa por superar esos enfoques
tradicionales de considerar al mundo trascendente del más allá,
es decir, desdeñando y despreciando lo terrenal y la temporalidad
del hombre. Esa teología de la liberación que se apoya en el amor
concreto y en una praxis comprometida que cuestiona esa teoría contemplativa
de la iglesia tradicional. Otro
gran horizonte es precisamente la posibilidad de reivindicar el
marxismo crítico latinoamericano. Si bien es cierto estuvimos en
presencia de un dogmatismo y un empirismo en relación con ese proceso
tan importante, tenemos evidencias por los estudios teóricos y por
las prácticas de que es posible un marxismo historizado que se siente
en los aportes de Juan Carlos Mariátegui y los de Ernesto Che Guevara
quienes han perfilado una línea de trabajo y están allí sus creaciones.
Por otra parte hay la necesidad de reivindicar en estos horizontes,
para una tercera posibilidad, lo afroamericano. Es decir, los aportes
de la cultura negra; en este sentido se están dando evidencias concretas
en La Esmeralda, en Ecuador, en Palenque, en Colombia, en Barlovento,
en Venezuela; se oye sonar un lamento que es precisamente la música
de un pueblo que expresa y que goza a Africa porque es la capacidad
de resistencia de un pueblo negro que se niega a la opresión etnorracial
y que está recuperando para esos pueblos la matriz de nuestra nacionalidad
en cuanto a la posibilidad de potenciar una identidad cultural.
El
otro gran horizonte es la gesta bolivariana; quizás esa herencia
es la más comprometida porque se ha manipulado y sus aportes han
sido recapturados por la ideología dominante. Sin embargo, sin sacralizar
el aporte de esta gesta bolivariana, es importante destacar el alcance
de su proyecto histórico, la visión antiimperialista y además la
utopía de la Gran Colombia que son tres lineamientos para el proceso
de liberación y de emancipación de nuestros pueblos.
Otro
gran horizonte es el hecho que en América Latina existen colectivos
indígenas con una memoria colectiva, con una cosmovisión, con unas
prácticas culturales que llevó a Juan Carlos Mariátegui a proponer
el socialismo incaico que es precisamente la posibilidad de rescatar
esas culturas y de reconocer su espacio dentro de nuestras matrices
de nacionalidades latinoamericanas y caribeñas. (3)
Las
ideas martianas, representan otra plataforma para la asunción de
una postura integracionista, nacionalista, antiimperialista, y de
liberación nacional. Es la necesidad insoslayable de conformar un
movimiento latinoamericano, multinacional, multirracial y multiclasista,
lo cual constituye un singular ejemplo de constancia revolucionaria.
Dentro
de esos horizontes que venimos exponiendo es importante destacar
los aportes de Simón Rodríguez, venezolano ejemplar, quien construye
su paradigma educativo, referencia única para una educación liberadora,
transformadora. Su cosmovisión educativa es la integración de la
escuela con la praxis social y con el trabajo creador, la cual se
debe entender como la necesidad de romper con un modelo identificado
con los intereses hegemónicos que buscan consenso valorativo y cognoscitivo
a través de mensajes ideologizantes. Ello requiere de un educador
que formativamente ayude al desarrollo del alumno en sus dimensiones
sociales, intelectual y afectiva; y que oriente la formación de
un profesional vinculado estrechamente a su contexto, ya que la
relación profesional-entorno social será una manera de entender,
de explicar y asumir su compromiso con el país.
1)
Ponencia presentada en la Primera Conferencia Anfictiónica Bolivariana
de América Latina y el Caribe. Fragmentos.
2) Investigador y catedrático, autor de numerosos textos sobre el
tema.
3) Documento Político del Movimiento Pedagógico Nacional. Valencia,
s/f.
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