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Arte y convivencia social

Buho Terco

 

“Tengo libertad de expresarme”, pasa a ser uno de los derechos inalienables de la persona a partir del siglo XX. ¿puedo expresar cualquier cosa?. Seguro que sí... pero un derecho no puede ser entendido si el mismo no implica la asunción de la responsabilidad por el ejercicio del mismo, lo que involucra hacerse cargo de las consecuencias. Alguien puede decir “maten a los negros” libremente, pero si alguna persona se siente dolida o tocada por lo que dice puede denunciarlo a la justicia por sentirse discriminado o injuriado. Todos recordamos que hace unos años en el país ocurrió algo parecido y que la justicia actuó sobre los dichos de un sujeto relacionado con los que para él no eran iguales y tuvo que responder por ello. ¿Por qué esto es así?. Porque no existe sociedad sin que funcionen los sistemas de control social, y en el caso de las sociedades democráticas dicho control se establece a partir de lo que se llama la Sociedad de Derecho. El Derecho sería como un pacto social que a través de conductas pautadas establecería cierto tipo de normas de convivencia social a las que todos estamos obligados a responder.

            En los últimos años hemos vivido un grado de desarticulación social progresivo que llevó al afianzamiento del pensamiento neoliberal. Como producto de un  intento de universalización, surge un pacto común entre los seres humanos que conocemos con el nombre de “Derechos Humanos”. Igualmente  podríamos ubicar dentro de los mismos los “Derechos derechos” que hacen hincapié sobre lo individual y los “Derechos izquierdos” que hacen hincapié sobre lo social. Esto es algo comúnmente demostrable en la discusión política cotidiana en la que los distintos sectores de poder, de acuerdo a su ideología (o conveniencia), hacen hincapié sobre unos u otros. La fragmentación de los derechos lleva incluso a que en determinadas circunstancias se produzca un conflicto entre los mismos, cosa que ha sido analizada por distintos especialistas. 

            Dentro de los nuevos desafíos de este nuevo siglo, nos encontramos con un mundo en donde el espacio de Lo Social se encuentra fragmentado, e incendiado continuamente porque para que ¿nuestra? “forma de vida” se sostenga la Sociedad (y el Estado) crea espacios en donde puedan sostenerse ficciones que nos hagan creer que gozamos de libertad. Gracias a que existen las cárceles tenemos la ficción de que somos libres y buenos ,mientras los que están encerrados son los malos. Gracias a que existen los manicomios tenemos la ficción de que somos normales, mientras los otros son los locos. Gracias a que existen los diarios y hay gente que opina, tenemos la ficción de que en realidad existe libertad de expresión. Gracias a que existen espacios públicos donde los artistas de la burguesía pueden exponer cualquier cosa sin importar si hiere o no la sensibilidad de parte de un  pueblo, creemos que ellos expresan el arte y el sentir del pueblo... 

Vivimos en un mundo de identidades aisladas en donde lo que aparece es la fragmentación de luchas, los piqueteros por un lado, las mujeres por otro, los niños por ahí, los religiosos dando vueltas, los antirreligiosos pintando las Iglesias... cada uno defiende su identidad particular porque no existe una visión de lo social que pueda trascenderlo, y este es nuestro gran problema  que hace que distintas identidades luchen entre sí mientras el Amo Neoliberal permanece incólume sentado en su silla generando cada vez más hambre y desocupación, más pobreza, mas exclusión... mientras nosotros nos conformamos con nuestras miserables luchas fraticidas y ficciones. 

El Arte no es impune... no puede serlo... es una falacia... ¿Qué diríamos si un fotógrafo realiza una muestra de pedofilia? ¿No sería arte? ¿No tiene libertad de expresarse? Es a partir de la modernidad en donde se dividen las aguas entre lo que Heidegger llamará el “Arte puro” y el “Arte Popular”, y esto es simplemente por una cuestión económica que podríamos ubicar a partir del nacimiento del pensamiento liberal y la manufactura... el “Arte Puro” surge junto con la burguesía, y apunta hacia ella... difícilmente es accesible al pueblo;  entre otras cosas porque desde su concepción le quita espacio a las expresiones populares y artísticas del pueblo, en sus formas comunes y simples de expresión... El “arte puro” nace en la misma época en que a los pobres para que no circulen por la ciudad se los encerraba a la fuerza en los hospitales, se los castigaba por el simple hecho de ser pobres... mientras tanto los grandes músicos y los grandes pintores eran admirados en las grandes salas por aquellos que preferían no mirar la realidad. 

Mientras leía las noticias que se sucedían a partir de la muestra de Ferrari recordaba los lugares en los que había visto las imágenes de María, de Jesús... y la mayoría de las veces no había sido en Iglesias... recuerdo las casas de los puesteros en el campo, la imagen de la virgen en peregrinación con los gauchos, las pequeñas capillitas que existen por cientos a los costados de la ruta en el sur argentino, las casas de muchas personas de las villas de emergencia cuando hacíamos trabajos de prevención con el hospital, la sala de terapia intensiva y la capillita interconfesional del Hospital Público en donde la gente pide por la salud de sus seres queridos, las personas que voy a escuchar en el hospital sabiendo que sólo le quedan unos días o quizás horas, y que encuentro rezando o simplemente dicen de su confianza en “la María” o “el Jesús”, teniendo la imagen muy al lado suyo. No está mal recordar la cantidad de luchadores por la libertad en toda América Latina que sufrieron persecuciones, muerte y desapariciones alentados de alguna manera por el compromiso con su Fe y acompañados por estas imágenes que consideraban sagradas. 

Claramente me parece que estas imágenes consideradas sagradas para una parte importante de nuestro pueblo van mucho más allá de las cuestiones eclesiales o jerárquicas que muchas veces se utilizan como referencia justificatoria respecto de la muestra en Recoleta. Mi sensación de indignación se relaciona con el sostenimiento de fragmentaciones sociales que no tienen sentido, con enfrentamientos de distintos sectores del campo popular a través de una muestra. Estas imágenes (que para Ferrari no son sagradas, ni tienen por qué serlo) aparecen allí en donde muchos católicos, defensores de la libre expresión, o el mismo Sr Ferrari NO se hacen presentes, en donde muchos prefieren mirar para el costado o a lo mejor discutir sobre otros temas de actualidad, de la misma manera que en el siglo XVII se admiraba a los artistas mientras los pobres estaban encerrados simplemente por ser pobres. Estas imágenes aparecen como señal de esperanza (o de alienación dirán algunos) en donde no hay nada para hacer o en donde la única garantía de existencia como ser humano es pensar que al menos son mirados y cuidados por alguien, porque si hay algo difícil de asumir es que no pueden contar con el otro, porque el otro no toca su puerta ni aparece, porque para el otro no existen,  porque el otro está preocupado por el último celular o la muestra de Ferrari o Ferrari preocupado por sí mismo y sus cuestiones para con la Iglesia Católica, eligiendo en su “arte” que las palomas defequen sobre imágenes sagradas y no sobre determinados personas o personajes dentro del Cristianismo que son abominables tanto para los no cristianos como para los cristianos. La Universalización hiere, lastima a aquellos creyentes que día a día desde distintas religiones hacen lo que el Estado ha renunciado a hacer, y lo que los partidos políticos no hacen (incluso los minoritarios supuestamente comprometidos con "el pueblo") constituyendo entre todos la red solidaria más importante de nuestro país. La Universalización también implica que las palomas defequen sobre las imágenes de quienes ya no tienen nada, más que la Fe y Esperanza que los sostiene para vivir. 

Hablamos de libertad de expresión citando a Stuart Mill... pero en realidad hablamos de la libertad de la burguesía... porque de eso se trata... del arte de la burguesía que define lo que es estéticamente bello o feo... de la opinión de los burgueses que pueden ir o no ir a la muestra... es interesante como nos conformamos con nuestra pequeña ficción de libertad. Después de todo... como siempre... los excluidos que tienen las imágenes de "el Jesús" o"La  María" en el aparador o en el cajón que usan de  mesita de luz no van a poder decir nada... no pueden ir a Recoleta.

 

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