DNP: La metáfora del "choripán" Búho Terco |
Si
hay algo que no podemos negar es que en Argentina hay prácticas políticas
instaladas que muchos cuestionan pero utilizan sin ningún inconveniente a
la hora de lograr sus objetivos sectoriales, una de ellas es la que un
conocido personaje del mundo político nacional tituló “política del
choripán”. ¿A qué se hace referencia con ello?... a la vieja práctica
de los famosos “asados barriales” en donde se invitaba a la gente para
que crea que es parte de un movimiento determinado, generando la sensación
de que se participa de algo que los trasciende y será beneficioso para
todos, cuando lo que en realidad se persigue son intereses sectoriales y/o
personales manipulando los intereses de la comunidad ... esta práctica
genera entre otras cosas los famosos “punteros” de los partidos
quienes por tener una pequeña cuota de poder territorial, suelen
convertirse en los defensores más acérrimos del mismo y en los
principales “mecanismos de control” de la participación comunitaria.
Una de las variantes que muchas veces se incorpora sería el ofrecimiento
del “choripan Pericles” (haciendo referencia al famoso principio de
Pericles de “gobernar con el enemigo”, dándole un cargo al mismo) con
la que – si el invitado acepta – se enreda dentro de la estructura del
partido y de esa manera se elimina la disidencia haciéndolo parte.
A veces me parece que en SdeA ocurre algo parecido a la “política
del choripán”, en donde unos pocos se ubicarían a la manera de
“vanguardia” por sobre los intereses sentidos de la comunidad. Llama
poderosamente la atención de que, como en los partidos políticos,
algunas figuras cambien su lugar en la “lista sábana” pero SIEMPRE
están ¿será que no hay otros?. El ENP no escaparía al
“atornillamiento” ya que muchas de sus “personas destacadas”
vienen participando desde los equipos de programa de las dos ex
asociaciones. Como siempre, nos surgen preguntas, en especial a quienes
han logrado tener tanta continuidad en su función y se ha convertido en
la columna vertebral de Programa... ¿Cómo explicarían que a 8 años de
la unidad no tengamos completado el Programa Educativo ni desarrollada las
Herramientas adecuadas para el mismo? ¿qué se estuvo haciendo para ello?
¿Se habría privilegiado el afianzamiento del proyecto ideológico de la
“Renovación Pedagógica por sobre los intereses de los socios?...
Pareciera que se ha gastado más tiempo en imponer un programa que en
analizarlo... y cuando se intenta hacerlo podríamos considerar que las
herramientas elegidas no son
las adecuadas; esto ¿es casual?. Todos
sabemos que en la educación el factor “tiempo” importa mucho a la
hora de imponer una metodología determinada, más si pensamos en una
asociación como la nuestra con un alto grado de rotación en los
dirigentes; la postergación provocaría entre sus efectos que si en algún
momento se diera la discusión la mayoría no sepa de qué se trata porque
no conocería otras formas de hacer escultismo ¿otra casualidad?
El sistema de Conferencias y la Comisión Nacional de Programa
parecieran funcionar a la manera de la “política del choripan”... y
ahora nuestro amigo, el nuevo DNP, le habría agregado el “choripan
Pericles” invitando a los dirigentes a conformar equipos que en el fondo
no podrán decidir nada profundo, pero esto y otras estrategias generarían
la sensación de que se estaría trabajando en algo que la comunidad
necesita; seguramente quienes participen lo harán con la mejor voluntad,
y quizás algunos de ellos acuerden con no discutir sobre el Programa.
Tomando algunas ideas de un dirigente amigo y haciendo un “refritado”
de las mismas, podríamos decir que los dirigentes de Scouts de Argentina
habríamos dejado de ser “miembros de la asociación” para
convertirnos en “instrumentos de la misma”, “portadores del programa
educativo”. Y esta diferencia no es “moco de pavo”. No podríamos
afirmar que en esto no hay una visión educativa (mal que nos pese), lo
que sí podríamos aseverar es
que en ello no hay una visión ASOCIATIVA porque en éste viraje que se
habría producido se privilegiaría la “supervisión” y la
“capacitación”, por sobre la decisión de los SOCIOS de cuáles sería
los mejores procedimientos (metodología) para el Programa de Scouts de
Argentina. NO se permite discutir el cambio de
los mismos, su adecuación o no a la realidad de niños y jóvenes,
su necesidad o no de reformas. Todo se reduciría a problemas de
capacitación y de supervisión, culpabilizando a los formadores y a
quienes ocupan cargos de gestión.
Volviendo a la “metáfora del choripán”, en primer lugar
partimos de un Programa decidido por unos pocos. Se han diseñado las
“Conferencias” con un instrumento demasiado general, poco específico,
orientado a detectar problemas generales. El supuesto implícito sería
que el programa no tiene “errores”, por eso no se diseñan
herramientas que permitan discutir los procedimientos (método) por lo que
se reduciría la posibilidad de problematizar sobre el programa a dos
cuestiones que pasarían a ser fundamentales: la “capacitación”
(“no es que haya cosas del programa que no funcionen, lo que pasa es que
la gente no está capacitada”) y la supervisión (“debemos mejorar los
mecanismos de control para que la gente aplique el programa tal como fue
diseñado y no le haga innovaciones metodológicas”), queda por fuera la
posibilidad de plantearse los problemas inherentes al programa en sí.
Esta etapa la podríamos llamar “primer asado comunitario”en la
que participaron aproximadamente un 60% de los grupos (incluyendo aquellos
que cuestionan el programa y que deciden cumplir con las directivas) y un
40% es indiferente. Posteriormente y con la direccionalidad de las
herramientas diseñadas los Distritos elaboraron sus “conclusiones”. Una
segunda Etapa la llamaremos “asado territorial”, en la que se
elaboraron los “emergentes zonales” para que posteriormente el ENP
pudiese detectar las “desviaciones” y operar en consecuencia con el
diseño, problematizando el control y la formación. Finalmente en una
tercera etapa, que llamaremos “asado nacional” se habría invitado a
los AZP para trabajar sobre los “emergentes” y bajarles línea sobre
la “Observación, Supervisión y Animación” descargado todo el
problema en los voluntarios, a esta
altura reducidos a meros Instrumentos portadores del Programa impuesto y
no Socios con la capacidad de discutir sobre su diseño. Pareciera que la decisión fundamental que debemos tomar los dirigentes de Scouts de Argentina es si nos conformamos con ser “OBJETOS” de los procesos de diseño y control asociativos que nos ubican como meros portadores del Programa y de la ideología que del mismo se desprende; o finalmente decidimos ser SUJETOS asociativos con la capacidad de poder tomar entre todos las decisiones que consideramos más adecuadas haciendo una apuesta ETICA para ocupar nuestro lugar como SOCIOS de una Institución. Me parece que esta última opción incluye la firmeza en no aceptar “choripanes”.
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