ðHwww.oocities.org/ar/Apuntad_Alto/Editoriales/editorial_1.htmwww.oocities.org/ar/Apuntad_Alto/Editoriales/editorial_1.htmdelayedx XÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ ‹!4OKtext/htmlàâÂÅK!4ÿÿÿÿb‰.HFri, 02 May 2003 18:39:29 GMTZ Mozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, * XÕJ!4 Editorial 1

Algunas reflexiones sobre la Etica

 

Creo que cuesta muchísimo poder simbolizar lo traumático de las últimas experiencias institucionales que nos están llevando por laberintos en los que a uno le cuesta poder ver las salidas, aunque las mismas parezcan mas o menos claras.

            Legalidad, legitimidad, mandato... distintas definiciones y puntos de vista como intentos de reconocernos como parte de la misma Institución y con idénticos modos de actuación. Cuestión complicada y difícil ya que los entrecruzamientos teóricos y las distintas subjetividades en juego nos han llevado a una relación en la que “para que Yo exista el Otro no debe-ser...”

            Cuestión básica de cómo tolerar lo diverso, lo distinto; encontrarnos en aquello que nos hermane... aunque sea imposible por definición que seamos UNO (lo universal anula lo diverso)... El surgimiento de la convención, del marco legal, es un intento de poner/nos un límite a lo que alguien en algún momento definió como la “picadora de carne” que es SdeA (y que son todas las instituciones humanas). A su vez como diría San Pablo la Ley se convierte, ella misma, en “fuente y origen del pecado”; ya que a partir de su conocimiento y de la transgresión nos lleva a un ciclo de condenas y castigos que pueden ser interminables.

            Para la Etica el mal es una de las grandes preguntas en virtud de la doble relación existente entre la libertad y la obligación. El mal tiene el significado de mal porque es obra de la libertad, yo soy el autor del mal... relación extraña pero con alto grado de verdad. No se escuchan muchas voces en SdeA que digan “yo me equivoqué”... de esta manera uno podría decir que ya no habría un mal-ser, solo quedaría un mal- hacer- por- mí. Pero claro... como poder escucharlo en un clima institucional donde la “culpa” es siempre del otro y donde se juegan cuestiones que Hegel denominaría de puro “prestigio”... y que llevan a la muerte.

            Todos deberíamos reflexionar si El mal-hacer-por-mí no es una ocasión privilegiada para tomar conciencia de la libertad. Significa el asumir las consecuencias, cargar con el error, reparar el daño... es ofrecernos y aceptar entrar en la dialéctica de la alabanza y la acusación. Declaro después del hecho, ser aquel que hubiera podido actuar de otro modo. El que toma sobre sí las consecuencias se declara libre y reconoce esta libertad como actuante, ya, en el acto realizado

            La conciencia de haber podido actuar de otro modo está relacionada de manera muy estrecha con la de haber debido actuar de otro modo: es porque me reconozco deberes que me reconozco poderes; un ser obligado es un ser que se supone capaz de lo que debe hacer; Kant decía “Tú debes, tú puedes... también decía que actuar según la representación de una ley (o aquello que considero ley para mí) no es lo mismo que actuar de acuerdo con las leyes; un ejemplo sencillo de esto es que muchas veces  actuamos en función de una Ley que nos habita (la scout, en el mejor de los casos) y esto quizás se contradiga con las “leyes” que constituyen nuestra asociación (desde el punto de vista legislativo); punto de tensión muy importante ya que la vivencia de la Ley es altamente subjetiva.

Este poder actuar según la representación de una ley es la voluntad...y este juego de palabras nos lleva a muchas cosas... porque el poder seguir la ley (que nos habita) implica descubrir el poder terrible de actuar en contra; si a esto le agregamos un contexto institucional con cierta una legalidad propia a seguir, la experiencia de la relación entre la libertad y la obligación en la que me reconozco un deber y un poder que corresponde con este deber es doble... con uno mismo y con la legalidad institucional; y muchas veces caemos en la transgresión de una de las dos.

           Kant decía “toda mala acción, cuando se busca su origen racional, debe ser considerada como si el hombre hubiera llegado a ella directamente desde su estado de inocencia”; hay un viejo dicho a su vez que dice “el camino al infierno está plagado de buenas intenciones”... prefiero pensar a la asociación como un grupo de voluntarios que intenta en ese marco general que es la legalidad institucional llevar adelante su tarea y su Misión participando de una doble legalidad: la Institucional y la Ley Scout... a su vez con distintos puntos de vista sobre esta última, con distintos acentos... lo que no está mal sino que no es ni mas ni menos la expresión de la libertad.

Debiéramos tener en cuenta el doble límite: límite de nuestro saber, límite de nuestro poder... límite de nuestro saber en tanto que la ignorancia forma parte esencial del acto mismo del reconocimiento y confesión de mi libertad... el no saber forma parte del reconocerme justamente allí  en donde me desconozco...

Esta contínua apelación a la Ley, la constitución, los artículos nro... falta la Convención de Ginebra... es el resultado de la intolerancia que caracteriza a nuestra Asociación... ( pero ojo... intolerancia que no tiene una única dirección... ) a nuestra dificultad como humanos de lograr un real encuentro con el otro, aceptándolo en la diversidad. Los “enemigos” son fantásticos para poner la falla “afuera”, y para justificar de distinta manera las acciones que se   llevan a cabo por tener los ojos tapados para darse cuenta de lo que desde el propio desconocimiento uno genera. Recuerdo del Agora III (fobia?) Las miradas suspicaces, las risas cuando el otro habla, la paranoia institucional de “grupos”, “complots”, “dobles intenciones” etc, etc... . Padecemos de la imposibilidad de autorreflexión para poder decir “podría haber actuado distinto”. Me asombra el grado de certezas que circulan en nuestra asociación, me asombra la inflexibilidad de los distintos sectores y la imposibilidad de decir “Me equivoqué”, “le erré en el camino”, de hacer antes que una reflexión “legal” una Etica que nos involucre a todos.

Desde que SdeA existe nos hemos ocupado bastante en no reconocernos como parte de algo que trasciende nuestros intereses personales...  “tradicionalistas”, “vanguardistas”, “progresistas”, son entre otros algunos de los nombres de la intolerancia: “lo que digo YO en contra de lo que dice el OTRO”. Particularmente me molestan mucho los chivos expiatorios provengan de donde provengan... Mas me molestan cuando son usados para no ver las dificultades que uno  tiene en su Distrito o Zona a la hora de implementar las políticas institucionales; para ese fin da lo mismo, Mauricio, José, Pedro, Juan, Pablo, Esteban, Patricia, Mónica, Carla...

 

 

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