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Algunas reflexiones sobre la Etica |
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Creo
que cuesta muchísimo poder simbolizar lo traumático de las últimas
experiencias institucionales que nos están llevando por laberintos en los
que a uno le cuesta poder ver las salidas, aunque las mismas parezcan mas
o menos claras.
Legalidad,
legitimidad, mandato... distintas definiciones y puntos de vista como
intentos de reconocernos como parte de la misma Institución y con idénticos
modos de actuación. Cuestión complicada y difícil ya que los
entrecruzamientos teóricos y las distintas subjetividades en juego nos
han llevado a una relación en la que “para que Yo exista el Otro no
debe-ser...”
Cuestión
básica de cómo tolerar lo diverso, lo distinto; encontrarnos en aquello
que nos hermane... aunque sea imposible por definición que seamos UNO (lo
universal anula lo diverso)... El surgimiento de la convención, del marco
legal, es un intento de poner/nos un límite a lo que alguien en algún
momento definió como la “picadora de carne” que es SdeA (y que son
todas las instituciones humanas). A su vez como diría San Pablo la Ley se
convierte, ella misma, en “fuente y origen del pecado”; ya que a
partir de su conocimiento y de la transgresión nos lleva a un ciclo de
condenas y castigos que pueden ser interminables.
Para
la Etica el mal es una de las grandes preguntas en virtud de la doble
relación existente entre la libertad y la obligación. El mal tiene el
significado de mal porque es obra de la libertad, yo soy el autor del
mal... relación extraña pero con alto grado de verdad. No se escuchan
muchas voces en SdeA que digan “yo me equivoqué”... de esta manera
uno podría decir que ya no habría un mal-ser, solo quedaría un mal-
hacer- por- mí. Pero claro... como poder escucharlo en un clima
institucional donde la “culpa” es siempre del otro y donde se juegan
cuestiones que Hegel denominaría de puro “prestigio”... y que llevan
a la muerte.
Todos
deberíamos reflexionar si El mal-hacer-por-mí no es una ocasión
privilegiada para tomar conciencia de la libertad. Significa el asumir las
consecuencias, cargar con el error, reparar el daño... es ofrecernos y
aceptar entrar en la dialéctica de la alabanza y la acusación. Declaro
después del hecho, ser aquel que hubiera podido actuar de otro modo. El
que toma sobre sí las consecuencias se declara libre y reconoce esta
libertad como actuante, ya, en el acto realizado
La
conciencia de haber podido actuar de otro modo está relacionada de manera
muy estrecha con la de haber debido actuar de otro modo: es porque me
reconozco deberes que me reconozco poderes; un ser obligado es un ser que
se supone capaz de lo que debe hacer; Kant decía “Tú debes, tú
puedes... también decía que actuar según la representación de una ley
(o aquello que considero ley para mí) no es lo mismo que actuar de
acuerdo con las leyes; un ejemplo sencillo de esto es que muchas veces
actuamos en función de una Ley que nos habita (la scout, en el
mejor de los casos) y esto quizás se contradiga con las “leyes” que
constituyen nuestra asociación (desde el punto de vista legislativo);
punto de tensión muy importante ya que la vivencia de la Ley es altamente
subjetiva. Este
poder actuar según la representación de una ley es la voluntad...y este
juego de palabras nos lleva a muchas cosas... porque el poder seguir la
ley (que nos habita) implica descubrir el poder terrible de actuar en
contra; si a esto le agregamos un contexto institucional con cierta una
legalidad propia a seguir, la experiencia de la relación entre la
libertad y la obligación en la que me reconozco un deber y un poder que
corresponde con este deber es doble... con uno mismo y con la legalidad
institucional; y muchas veces caemos en la transgresión de una de las
dos.
Kant decía “toda mala acción, cuando se busca su origen racional, debe
ser considerada como si el hombre hubiera llegado a ella directamente
desde su estado de inocencia”; hay un viejo dicho a su vez que dice
“el camino al infierno está plagado de buenas intenciones”...
prefiero pensar a la asociación como un grupo de voluntarios que intenta
en ese marco general que es la legalidad institucional llevar adelante su
tarea y su Misión participando de una doble legalidad: la Institucional y
la Ley Scout... a su vez con distintos puntos de vista sobre esta última,
con distintos acentos... lo que no está mal sino que no es ni mas ni
menos la expresión de la libertad. Debiéramos
tener en cuenta el doble límite: límite de nuestro saber, límite de
nuestro poder... límite de nuestro saber en tanto que la ignorancia forma
parte esencial del acto mismo del reconocimiento y confesión de mi
libertad... el no saber forma parte del reconocerme justamente allí
en donde me desconozco... Esta
contínua apelación a la Ley, la constitución, los artículos nro...
falta la Convención de Ginebra... es el resultado de la intolerancia que
caracteriza a nuestra Asociación... ( pero ojo... intolerancia que no
tiene una única dirección... ) a nuestra dificultad como humanos de
lograr un real encuentro con el otro, aceptándolo en la diversidad. Los
“enemigos” son fantásticos para poner la falla “afuera”, y para
justificar de distinta manera las acciones que se
llevan a cabo por tener los ojos tapados para darse cuenta de lo
que desde el propio desconocimiento uno genera. Recuerdo del Agora III
(fobia?) Las miradas suspicaces, las risas cuando el otro habla, la
paranoia institucional de “grupos”, “complots”, “dobles
intenciones” etc, etc... . Padecemos de la imposibilidad de autorreflexión
para poder decir “podría haber actuado distinto”. Me asombra el grado
de certezas que circulan en nuestra asociación, me asombra la
inflexibilidad de los distintos sectores y la imposibilidad de decir “Me
equivoqué”, “le erré en el camino”, de hacer antes que una reflexión
“legal” una Etica que nos involucre a todos. Desde
que SdeA existe nos hemos ocupado bastante en no reconocernos como parte
de algo que trasciende nuestros intereses personales...
“tradicionalistas”, “vanguardistas”, “progresistas”,
son entre otros algunos de los nombres de la intolerancia: “lo que digo
YO en contra de lo que dice el OTRO”. Particularmente me molestan mucho
los chivos expiatorios provengan de donde provengan... Mas me molestan
cuando son usados para no ver las dificultades que uno
tiene en su Distrito o Zona a la hora de implementar las políticas
institucionales; para ese fin da lo mismo, Mauricio, José, Pedro, Juan,
Pablo, Esteban, Patricia, Mónica, Carla...
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