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¿Verdad - consecuencia? Búho Terco |
A veces con Perdiz Apacible, motivados por el crecimiento y desarrollo de nuestros hijos, encontramos placentero y reconfortante recordar otras épocas; aquellas de los juegos de la infancia y la adolescencia. Quizás Uds. Recuerden el conocido “verdad – consecuencia” generalmente jugado por chicos y chicas en la pubertad y adolescencia. - ¿Verdad o consecuencia? – alguien decía. Si la persona elegía “verdad” inexorablemente al formulársele una pregunta debía contestar con la verdad. Si la persona elegía “consecuencia”, se pagaba con una “prenda” que uno nunca sabía bien de que se trataba. De esta forma parecía en esa época que la verdad no tenía consecuencias, y que las consecuencias ocultarían la verdad; una visión tan simple como suponer que porque en el juego se elija “verdad” uno no tiene que pagar nada. Hilando más fino en el juego, podemos darnos cuenta que la verdad siempre tiene consecuencias… porque cuando contestábamos que “X” piba nos gustaba sabíamos que ello no iba a ser gratuito, que algo iba a pasar con lo que decíamos, para bien o para mal; pero en tanto lo enunciábamos sólo restaba esperar cuáles serían las consecuencias de nuestros dichos. Es una ilusión pretender elegir “verdad” sin que esto traiga ningún tipo de consecuencias, una postura inocente que algunos socios alientan de forma que a esta altura no puede considerarse inocente, el tema es no caer en la trampa. Existen muchas personas presas aún hoy en esta ilusión, aquellas que suponen que la Asociación es una especie de “mundo fuera del mundo” en el que proyectan sus fantasías más extrañas, entre ellas encontramos las siguientes:
Lo peor de todo, es que estas cuestiones terminan conformando para un pequeño grupo de personas un conjunto de supuestas “verdades” institucionales que son gritadas y publicadas en los distintos medios oficiales y alternativos (listas y Blogs), generando “consecuencias” de las que nunca se harán cargo porque la culpa siempre es de los demás… apuntando a generar una especie de “profecía autocumplida” a partir de la tristeza e impotencia generada en los lectores que caen en la trampa. |
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