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Hermanos scouts:
Les copio un artículo publicado en el diario "El Día" de la
Ciudad de La Plata, hoy domingo 1/9, en una habitual columna
titulada La Iglesia de hoy, en la cual escribe Mons. José Luis
Kaufmann. Leánlo, porque además de servirnos de reflexión personal
tiene una ¡sorpresita!.
Siempre Listo!
¿LA CULPA ES DE LOS DEMÁS?
Aunque Jesús afirma que "con el criterio con que ustedes
juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para
ustedes" (Mt. 7, 2), con demasiada frecuencia se señala a los
demás como culpables de los males que pululan. Es decir que no
existe la honestidad para reconocer con humildad la propia
responsabilidad en los acontecimientos. Por eso Jesús enseña:
"¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y
no adviertes la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a
tu hermano: "Deja que te saque la paja de tu ojo, si hay una
viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y
entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano"
(Mt. 7, 3-5).
¿En qué consiste sacar la viga del propio ojo, para estar en
condiciones de ayudar -no de culpar- a los demás?
Posiblemente podría haber varios tipos de proyecto, pero uno de
ellos podría consistir en asumir como norma, para vivirla en lo
personal, este principio: "La sociedad sería mejor si yo comenzara
por mejorar".
Esto sólo es posible para quienes tienen coraje y son veraces
consigo mismos. Es necesario llegar a la total convicción de que todos
podemos mejorar, con la ayuda de Dios y poniendo un pequeño
esfuerzo de nuestra parte.
Así, por ejemplo, si uno cambiara su manera negativa de juzgar a
los otros, llegaría a estar más sereno; si variara su modo de proceder
con los demás, tendría mayor tranquilidad; si aceptara a todos así
como son, sufriría menos; si uno se tolerara a sí mismo y se empeñara
en ir corrigiendo sus propios defectos, mejoraría el propio
ambiente.
Igualmente, si uno se diera cuenta que cada vez que lastima de
cualquier modo a alguien, el más herido es el agresor; si
reconociera sus propios errores sería más humilde; si admitiera
que los otros también tienen valores, todo sería más armonioso;
si criticara menos y amara más; tendría mayor paz interior. Es cierto
que la sociedad humana tiene que mejorar en mucho, pero es cuestión
de comenzar. Con teorizar no se logra ninguna transformación. Lo
que importa es tener conciencia de que - como
dijera el genial Robert Stephenson Baden-Powell -:
"cuando te llegue el momento de abandonar este mundo, tendrás
que dejarlo en mejores condiciones de cómo lo encontraste".
Si bien es innegable que existen personan que actúan mal y dañan a
la sociedad, también es verdad que no basta con evitar los
perjuicios sino que cada uno debe vivir en el esfuerzo consciente de
querer ser mejor.
"Sacar la viga del propio ojo" es igual a arrancar los defectos
de sí mismo, para "ver claro" y tener la capacidad de
ayudar a "sacar la paja del ojo de tu hermano" o del pequeño
error que cometió.
Conviene recordar siempre que todos pertenecemos a la gran familia
humana y que sólo Dios es perfecto, a quien debemos dar cuenta de
las incontables oportunidades que nos dio y nos da para ser mejores.
"El que no tenga pecado que arroje la primera piedra". (Jn.
8,7).
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