Miedo

No podía dejar escapar esa oportunidad. Después de unos cuantos meses de absoluta sequía sentimental, conocerla fue una revelación. La vi al salir de la tienda de repuestos. Iba con unos colegas de su estilo, todos vestidos de negro, alguna unidad visual virtual, y unos sospechosos bultos en las chaquetas. Se diferenciaban claramente del resto. Los típicos usuarios de las tiendas de repuestos buscan módulos de acción, alguna aventura virtual o algún implante para trepar por las paredes, pero estos iban a otro rollo, más parecido al mío. Yo, como siempre, era especial en el grupo en el que me movía, no todos los usuarios se aficionan también al cyber-hacking, y , sobretodo, a las aventuras en el mundo de los sueños. Eso ha sido siempre mi gran pasión. El mundo virtual creado por N.G. Dick me apasionó desde que entré por primera vez en una demo de la red. Me conocía al dedillo cada pasaje escondido para llegar al castillo, la historia de cada personaje vista a través de él y de sus colaboradores más cercanos, el significado oculto de la familia y de cualquier trama argumental interactiva. Efectivamente, la primera impresión fue acertada, como siempre. Era la convención de módulos del año, con todos los fabricantes haciéndonos creer que su equipo era el mejor para tal aventura, que sus conexiones eran a "tiempo real", sus novedades eran las mejores, etc., Pero en Ciudad B lo importante no son las convenciones, sino la charla posterior en el bar de la esquina, acompañada de algún punto de mezcal y de los licores especiales creados para el acontecimiento. Ella intentaba mantenerse apartada, con sus colegas, charlando tímidamente con alguno de mi grupo de vez en cuando, pero no pudo aguantar mucho, tras un par de discretos acercamientos, nos pusimos a charlar apasionadamente sobre lo que sabíamos que a ambos nos gustaba. Nuestros símbolos marcados claramente en el cuello, nos acercaban peligrosamente. Su piel era pálida como la luna, y su pelo negro como la noche, como su ropa, que se ceñía apretada a su delgado cuerpo, con tiras de cuero cayéndole de la cintura a modo de falda. El maquillaje le cubría los ojos de una manera sensual, remarcando el blanco de su piel. Era la figura de mis sueños, las formas que había estado buscando durante tanto tiempo, la estética perfecta para mi. Jamás pensé que encontraría a nadie tan cercano mis ilusiones. Nuestros colegas pronto se hartaron de nuestra continua conversación sobre el mundo de los sueños y empezaron a largarse, además tampoco era gente de la que se queda hasta tan tarde, prefieren volver a su casa a conectarse lo antes posible. Nuestros cuerpos se acercaban cada vez más, encajándose con una naturalidad asombrosa. Nos besamos y nos acariciamos y nos besamos y nos exploramos mutuamente hasta que el dueño del bar nos llamó la atención, y nos fuimos a otro local, esta vez algo más de nuestro estilo, oscuro, con música tétrica a veces ruidosa, gente imperceptible, discreta, y algún que otro elemento peligroso camuflado entre las sombras. No teníamos nada que temer, probablemente no había nadie más peligroso que nosotros. Seguimos besándonos y acariciándonos y explorándonos a niveles cada vez más íntimos, intercalando nuestras opiniones sobre la música, el virtual video y nuestra admiración por el mundo de los sueños de vez en cuando. Lo mejor vino cuando conectamos nuestros interfaces mediante un programa zip a zip. Fue fantástico, nos fundimos en una experiencia que no había alcanzado antes con nadie. Nos entregamos a fondo, compartiendo nuestros sentidos y nuestra piel a un nivel total. Pero algo fallaba. Algo sentía que no estaba bien, no en su lugar, un extraño miedo al que no encontraba explicación en ese momento. Después de la intensa vivencia, poco más nos quedaba por sentir, así que continuamos charlando y charlando hasta las doce del mediodía, cuando empezaba la primera conferencia de la convención. Aguantamos fácilmente sin dormir toda la noche. En mí es normal, mi trabajo me lo suele obligar varios días a la semana, y no me pareció raro que ella aguantara. Nos lo pasamos de miedo, cerrando los bares, los garitos y las discotecas, charlando y bebiendo sin parar y compartiendo nuestros más íntimos pensamientos. Esa noche fue magnífica, me sirvió para olvidar mis últimos desastres sentimentales, cosa que tenia que haber echo yo solo hacia mucho tiempo, pero, ya sabes, los recuerdos siempre van por delante tuya. Nos despedimos quedando para unos días después. Entonces vi lo que fallaba. Aquella tarde fue distinta, el ambiente en Ciudad B estaba raro, la convención había terminado y los trabajitos de los últimos días me habían afectado más de lo normal, el día soleado y el polvo contaminante creaban un extraño velo sobre la Ciudad. El sol no me sienta nada bien. Ella se mantuvo distante toda la tarde y llegada la noche se agenció un colega para pegarse a nosotros y no tener que acercarse a mi. Solo nos besamos un par de veces, cuando yo esperaba pasar una apasionada noche con conexiones de todo tipo, no solo cibernéticas. Entonces se me desveló parte del problema. Las sustancias que ella y sus amigos insertaban en sus conexiones servían para parar un camión, y las consumían con la naturalidad de tomarse una tableta de peyote. Se mantenían de pie artificialmente, cebándose en las captaciones que habían hecho para su grupo creando adictos por donde pasaban y forzando cyber-implantes no deseados. No hubieran creado mayores problemas si no fuera por la actitud de ella. De vez en cuando me observaba con una extraña mirada. En vista de la extraña situacion decidi usar esa clase de aparatos que siempre llevo en la gabardina sin saber para que; buscando en ella encontre un medidor de espectros que analizaba las radiaciones emitidas por los cuerpos calientes y detectaba su naturaleza, carne, maquinas, componentes incluidos, el espectro te lo mostraba todo. El aburrimiento hacia presa en mi, asi que decidi probarlo sobre mi a ver que decia: entidad sentiente de compuestos del carbono datos relevantes: entidad aparentemente humanoide 0.7 de alcohol en sangre niveles de anticuerpos fuera de escala multitud de componentes desconocidos en el sistema 15 % de partes anatomicas ciberneticas 23 % de partes anatomicas desconocidas. Gracioso el bicho. Ahora lo probaria en ella y sus amigos; eae ….ccc..c.c. 99% ¿Pero bueno? La jodida maquina no encontraba una mierda en la gente a la que la dirigía. Solo pillaba una suerte de componentes altamente alucinógenos en el aire, como si solo existieran las drogas que se hubieran metido; No me gustaba aquel rollo. He visto todo tipo de cosas en la Ciudad, cosas que reptan por los callejones y por las vastas alcantarillas, presencias difícilmente confundibles con humanas en lo alto de las torres o en la misma calle, paseando como si tal cosa, y mas de una ha llegado a formar parte de mi colección. Pero aquello era extraño, necesitaba aclarar un poco la cabeza para ver donde me había metido. Me encaminaba a la salida del local cuando ella se acerco y nos pusimos a hablar. Tranquilamente. Ahora realmente no se de qué hablábamos; el tiempo empezó a p