Pág. 5 y ss.
... Marcharon dejando tras ellos Susa y Echebatana, y la fortaleza antigua de
Cisa, unos a caballo; los otros en naves; y a pie, los soldados de la
infantería, formando una masa compuesta de tropas de guerra.
Tales fueron Amistres, Artafrenes, Megabates y Astaspes, jefes persas, reyes
que son del Gran Rey vasallos, como capitanes de un ejército inmenso, al
mando de aquellos que vencen disparando flechas, de los caballeros que
difunden pavor sólo el verlos y que son en la lucha terribles por la fama
gloriosa de sus almas tenaces. Y Artembares, en su carro de guerra. Y
Masistres, y el arquero triunfante, el esforzado Imeo; y Farandaces; y
Sóstanes, que a la lucha se lanza a caballo. ... Los vecinos del sagrado
Timolo acarician la idea de echar sobre Grecia un yugo de esclavitud: Mardón
y Taribis, que resisten cual yunques la lanza enemiga. Los flecheros
misios. Y Babilonia, la que es rica en oro, envía abigarrada muchedumbre en
tropel a bordo de naves y confiados en su audacia de arqueros. Y de toda
Asia les sigue la gente armada de espada que el Rey ha hecho ir con orden
severa.
Estrofa 2°
Con la sombría mirada de un sanguinario dragón en sus ojos, al mando de
miles de brazos y miles de naves, corre presuroso en su carro de guerra de
Siria, y lleva, contra héroes famosos con lu lanza, un Ares que triunfa
con el arco.
(Notas al pie de Bernardo Perea Morales: Sinécdoque: un ejército que
se sirve del arco para lograr el triunfo)
Pág. 10
... Como le ira a Jerjes, al Rey que nació de Dario? Será vencedor el
disparo del arco? O ha prevalecido el vigor de la lanza de punta de
hierro?...
(Nota: Se destaca, nuevamente, la oposición arqueros (persas) /
lanceros (griegos)
Pág. 14
... Corifeo - Incluso siendo así, ha causado a los medos desgracias sin
cuento
Reina -Acaso sobresale en tirar con sus manos flechas sirviéndose del
arco?...
Pág 15
... Coro - Estrofa 2°
Mensajero - Como realmente estuve presente y no lo sé por haber oído
palabras de otros, puedo, persas, contaros qué crueles desgracias ocurrieron.
Ay, ay, ay, ay! En vano innúmeros dardos fueron en masa desde asiática
tierra - ay, ay! a Grecia, la tierra enemiga!
Coro - Antiestrofa 2°
Ay, ay, ay, ay! Me dices que los cuerpos de mis amigos, luego de morir,
hundidos en el mar son arrastrados por el oleaje que los voltea con sus
vigorosos mantos forrados
Mensajero -Si; no servían para nada los arcos y todo el ejército
sucumbió vencido por la embestida de los navíos.
Pág. 23
Mensajero - Ante la isla de Salamina hay un islote carente de puertos para
las naves, que Pan, el dios amante de los coros, protege con su presencia a la
orilla del mar. Allí los había enviado Jerjes con la intención de que,
cuando los enemigos derrotados salieran de las naves y procuraran ponerse a
salvo en la isla, dieran muerte al ejército griego caído en sus manos y
salvaran, en cambio, a los suyos de las corrientes del mar. Mal adivinaba el
futuro! Pues, cuando un dios hubo concedido a los griegos la gloria de la
victoria del combate naval, el mismo día, tras guarecer sus cuerpos de armas
defensivas de bronce excelente, fueron saltando desde las naves y rodeando
toda la isla, de tal modo que no le era posible a los persas hallar un lugar
al que dirigirse y eran golpeados por la lluvia de piedras tiradas a mano, y,
por los darlos que les caían impulsados por la cuerda del arco, fueron
pereciendo. Y al final, se lanzaron contra ellos con unánime gritería y
los golpearon, destrozaron los miembros de los infelices hasta que del todo
les quitaron a todos la vida.
Pág. 27
Estrofa 1°
... Por que Darío, jefe de arqueros que nunca hizo daño, no estuvo
entonces también al mando de los ciudadanos, el amado caudillo de Susa?...
Nota 81 sobre las palabras atribuidas a Darío en la Pág. 38: Darío
dice aquí estas palabras con un sentido muy distinto del que relata Heródoto
(V 105). Cuanta el historiador, que al enterarse Darío de que los atenienses
habían tomado parte en el incendio de Sardes, disparó hacia el cielo una
flecha impetrando de Zeus que le fuera dado vengarse de ellos y que, a
continuación, ordenó a uno de sus servidores que, al servirle la comida, le
dijera siempre tres veces: "Señor, acuérdate de los atenienses".
Pág. 43
... La tierra llora a la juventud que en ella nació, matada por Jerjes, el
que abastece de persas al Hades.
Numerosos varones Persas, la flor del país, acostumbrados a vencer con
el arco, una densa miríada de héroes, han perecido.
Pág. 46
Estrofa 5
... Jerjes - Como pensar que no lo es? Desgraciado de mí, que he recibido
un golpe fatal en un ejército tan numeroso!
Coro - Y qué es lo que no se perdió? Grandes eran las fuerzas de Persia!
Jerjes - Ves lo que queda de mi vestido?
Coro - Lo veo, lo veo.
Jerjes - Y esta caja en que guardo las flechas?
Coro - Que es eso que dices que ha sido salvado?
Jerjes - Una aljaba para mis dardos!
Coro - Poco, en comparación con los muchos recursos que había.
Jerjes - Nos hemos quedado sin defensores
Coro - El pueblo jónico no huye del dardo! ... |
Pág.61
Y tú, Cipris, primera de nuestra raza, protégenos, pues de tu sangre
hemos nacido! (Y) con las preces que a dioses se elevan nos acercamos a ti,
invocándote a gritos.
Y tú, señor Lobuno, sé realmente lobuno para el ejército enemigo
acudiendo al grito de mis gemidos!
Y tú, doncella hija de Leto, apresta bien tu arco!
(Nota: Artemis. Hermana gemela de Apolo. Hija de Zeus y Leto.
Nació la primera y asistió a su madre en el parto de Apolo. Es la
diosa virgen de la caza (nota del Webmaster: conocida también como Diana)
Pág. 77
Ahí está plantado con una mirada que infunde pavor. Y no se sitúa, por
cierto, carente de jactancia frente a la puerta. Un insulto para la ciudad hay
en su escudo forjado en bronce -redonda defensa para su cuerpo- que estaba
blandiendo: carnicera Esfinge sujeta con clavos, brillante figura en
relieve que entre sus garras lleva un guerrero, un hombre cadmeo, de modo que
sobre este hombre puedan caer lanzados muchísimos dardos.
(Nota: Cuando Partenopeo se cubra con el escudo de los dardos que le
dancen los defensores de Tebas.) |