SIETE
PALABRAS
¡Padre, perdóname, yo te
lo ruego!
Jesús, perdona mi
desaliento.
Perdón a mis quejas y
lamentos,
pues mi vida, no es vida
que es vivir siempre
muriendo,
siempre en el corazón el
sufrimiento,
esperando aquel segundo,
esperando aquel momento...
pero al pensar en ti Señor,
siempre contesto: ¡Es que
Él lo quiso!
y espero, cual buen ladrón,
tu palabra de perdón:
"¡Hoy estarás conmigo
en el Paraíso!"
Pero como soy madre, Señor,
siento angustia y desazón
por mis hijitas
temo dejar al mundo ese
tesoro,
que yo ya no podré guardar
como a mi vida
te suplico Señor, que las
protejas,
y digas a tu madre cual
dijiste:
"¡He ahí a tus
hijas!"
Hay veces Señor, que
desespero,
y pienso: ¿Escuchará mis
ruegos?
y soy débil Señor y tengo
miedo,
me espanta el dolor y soy
cobarde
y digo cual dijiste en la
Cruz:
"¡Dios mío, Dios mío!
¡No me desampares!"
Hay que ser fiel a tu
voluntad
y pensar: "¡Es lo que
me convenía!"
y bendecir tu nombre con
lealtad,
diciendo aun en trance de
agonía,
¡Jesús, sedienta estoy de
ti!
y si el morir es ir contigo,
quítame la vida. ¡Señor
qué gran merced!
pues de tu amor y de ti yo
¡tengo sed!
Concluyendo están mis
horas,
el fin de mi vida ya está
cerca,
quisiera que en mi último
suspiro,
con tu nombre mi vida se
extinguiera
con tu ayuda Jesús, feliz
muriera,
y feliz será mi muerte, si
es a tu lado
podré decir: "Señor,
yo como Vos,
¡Todo está
consumado!"
Me resigno a mi suerte,
si he de ir al cielo, ¡venga
la muerte!
en tu corazón confío y no
es mentira,
pues aunque soy de barro y
amo la vida
más amo los designios que tú
me envías
y te adoro Jesús, te adoro
tanto,
que cargada de cruces o si
me das la muerte
te adoro y te seguiré
adorando.
En tus manos, Señor, está
mi suerte,
lo que quieras darme, ¡Bienvenido!
No
abandones Señor a quien con
tanto amor y fe, a ti clama
y cuando vaya a salir de
este destierro.
¡Padre,
en tus manos acoge mi alma!
Autora:
Conchita
Melo CMD
¡¡
Hermoso poema !!
gracias
amiga.
Bety.


