UNA NOCHE DE BAR
Con todos charlaba pero en nadie en especial miraba, imaginaba muchas voces hablando a la vez como en un bar donde el murmullo apaga las voces para transformarlas en un sonido compacto, cuantas frases únicas se perderán cuantos pensamientos profundos se volatilizaran en el ruido general de gente hablando platos y copas chocando y música de fondo intentando hacer el clima mas ameno.
Pero una cosa rara me comenzó a suceder sin mirar los rostros ni ver los labios, comencé a escucharlos a todos y a cada uno, mis oídos poco acostumbrados no daban créditos, escuchaba saludos, risas, comentarios llamadas, invitaciones, chistes, complicidades, quejas y sin fin de expresiones que siempre pasaron desapercibidas.Pude oír voces roncas, otras suaves, algunas inclusive sensuales otras tímidas como suaves susurros pero lo más impresionante las escuchaba a todas. Sabia que decía Juan, a quien retaba Maria, con quien reía Juliana, a quien enamoraba Carlos, de quien pedía él numero Pedro y con quienes compartía su feliz encuentro Lucia. ¿Cómo era posible? Reflexionaba conmigo mismo, si jamas nos escuchamos ni nos tomamos tiempo para escuchar a quien tenemos al lado. Sabemos que todos tenemos esa naturaleza curiosa de querer saciar nuestra intriga de que dice el vecino o con quien habla el aledaño o que siente o opina nuestro prójimo casual. Pero tratamos siempre de disimularlo para no pasar vergüenza por chismosos o metidos.
Mientras pensaba en ello me maravillaba mientras seguía tantas conversaciones. ¿Cuantos éramos hablando a la vez? 15, 20, 30. no! Éramos 40 hablando y compartiendo experiencias cotidianas, terrenales pero de gran sentido para quien las pronunciaba. Algunos de repente sé despedían y se levantaban otros que recien entraban saludaban y trataban de interiorizarse de las charlas, pero me seguía llamando la atención, tantas palabras juntas? Permitían a todas escucharlas, enterderlas, comprenderlas y hasta disfrutarlas?.Bebí mi segundo capuccino antes de que se enfriara por completo ya que como siempre en el entusiasmo de charlar siempre termina dormido y frío dentro de la taza en espera de ser consumido. Pero hoy entre tantos pensamientos del también me acorde y lo bebí despacio saboreándolo.Pero los pensamientos seguían floreciendo en mi mente escuchaba y pensaba y hablaba, hablaba y escuchaba, que grandes dones tenemos y pocas veces somos conscientes de cuanto podemos comunicarnos con ellos. Me quede pensando al leer a la hermosa chica llorar por su enamorado que no llegaba, o escuchaba la risa de quien había llegado hace un breve instante triste pero comenzaba a reírse hasta las lagrimas, olvidando por un instante su triste llegada.Podía ser que con simples frases, oraciones desgranadas, exclamaciones o un simple si puede ser, nos estuviéramos entendiendo con tanta claridad.La magia de la palabra recordaba textos leídos en época de estudiante, que siempre pensaba para que me servirían en el futuro si jamas serian aplicados.Hoy entiendo que con solo leerlos y haberlos asimilados su tarea habían cumplido.
Me maravillaba el ver a mis vecinos decirse Te QUIERO, te Extraño, hasta llegar a decirte te amo y te odio, encerrando en ello tanto sentimiento.Que lastima que al salir de este cuarto no sigamos prodigándonos tantos afectos como lo estamos haciendo acá. El recibir un beso de alguien lejano, el decir hola cuando recién entro y me siento. Él despedirme con un te quiero y que descanses cuando parto. Cuanto encierran esas palabras. Veo en una mesa cercana que una pareja se prodiga amor eterno, a ellos no los escucho porque están encerrados en su mundo privado, y los respeto, yo haría lo mismo en su lugar. Miro hacia la barra y veo a varios simplemente observando, no hablan beben pausadamente pero siempre están atentos a todos el salon, en una mesa continua varios han agrupado mesas, agrandando el centro como un gran corazón donde reunir a tantos amigos.Bueno mi capuccino se terminó, apago mi ultimo cigarrillo de la noche, no pido la cuenta porque se como siempre que invita la casa.
Así que me despido de todos deseándoles un buen día y esperando verlos pronto.
Y así sin mas me marcho del bar, como siempre contento de haber compartido una noches mas en este tan lindo recinto, mágico por momentos. Y con la rutina de siempre cierro el navegador. Me alejo hacia el menú inicio y apago mi PC. Otra noche donde el chat me ha hecho sentirme bien, me ha despejado y me ha hecho sentir mas humano aunque a muchos les cuente entenderlos.
Matrix