RESCATEMOS A LA SALUD CUANDO ENFERMAMOS
AREAS de APLICACIÓN del ENFOQUE PSICOSOMÁTICO
Estamos en el año 2001,
y rescatando concepciones de diferentes épocas y países, desde hace muchas
décadas en la Argentina se ha venido aplicando -en forma sistemática- un
minucioso abordaje teórico-clínico para intentar comprender la manera orgánica
de enfermar de los seres humanos. Este texto carece de la especificación de su
bibliografía de base. En parte porque sería muy extenso abarcar más de 20 años
de trabajo e interrelación profesional; pero también porque -luego de exponer
este tema en una disertación (X
Jornada de Educación para la Salud. Terapéuticas del siglo XXI. UNICENTER:
20/4/2000), mi
objetivo en este medio solo es sintetizar la esencia.
INTRODUCCIÓN:
Existen muchas líneas de
abordar el sufrimiento del ser humano. Están quienes lo hacen cotidianamente
desde una especialidad médica determinada, sea alopática u homeopática, como
también desde la psicología clínica.
A su vez, desde este último
ámbito existen muchas corrientes. Nos limitaremos a aclarar que para algunas
líneas 'lo orgánico' no pertenece al terreno de la psicología. Mientras que
para otras líneas sí. Sin embargo, dentro de estas últimas, también se
presentan diferencias sustanciales. Pues, para algunas ramas de la línea
psicosomática, algunas personas lo son y otras no, no pudiendo precisar -sin
embargo- porqué o cómo, quien hoy es categorizado como psicosomático, ayer no
lo era o mañana dejará de serlo.
Dentro de la línea que
relataremos coloquialmente, y careciendo de un término más preciso que no
implique la misma disociación que tenemos intención de negar, partimos de la
base de que todos somos una unidad psico-orgánica, todos somos
psicosomáticos. En este sentido, hasta acá, frente a quienes dicen 'lo
orgánico del paciente está fuera de mi consultorio', la experiencia nos muestra
que toda enfermedad posee un sentido en la vida de quien la está padeciendo; y
que, en lo que dependa de cada uno de nosotros, el problema es si logramos
comprender -o no- tal significación lo antes posible.
Pensamos, entonces, que
-dejando a un lado influencias sociales o dde otro tipo- todo ser humano tiene
oportunidad de intentar 'rescatar' el significado de su trastorno orgánico para
intentar re-equilibrarse psicoorgánicamente, como también para 'co-laborar' en
la eficacia de otro tipo de terapéuticas constatadas como imprescindibles.
TEMAS
1.
ENFOQUE
PSICOSOMÁTICO.
2.
AREAS
de la vida cotidiana donde podemos ENCARAR la comprensión de la enfermedad
orgánica:
·
Para reflexión
personal.
·
Consultas y
tratamientos a diferentes profesionales de la salud.
·
Orientación vocacional.
·
Selección de Personal.
1.
ENFOQUE PSICOSOMÁTICO:
Si todos somos una unidad
psico-corpórea, más que enfermedades existen enfermos. Si Ud. se imagina
en el centro de una habitación, rodeado de especialistas de todas las áreas,
cada uno de ellos describirá -con sus herramientas teórico-clínicas- qué
transcurre en Ud. en ese instante, pudiendo añadir un probable antes y después.
Pero Ud. es el mismo, no está disociado en múltiples compartimentos. Visto
desde Ud., dentro suyo están transcurriendo -por ejemplo- su miedo y su
taquicardia y pérdida de control esfinteriano. Visto desde los especialistas,
metodológicamente, cada uno describirá el proceso que percibe desde su ángulo
laboral. Hasta acá, entonces, un profesional hablará de lo cardíaco, otro de la
relajación del músculo esfinteriano, otro enfatizará el miedo, para finalmente,
otro integrar las dos vertientes en una sola, sugiriendo que más bien, el miedo
'es' esa sintomatología; agregando incluso que, en los casos que nos
encontramos con tales síntomas, deberíamos intentar comprender a qué le tiene
miedo el paciente.
Dicho de otra manera, más
allá del ejemplo muy genérico que hemos dado, el concepto central es que,
cuando nos encontramos con 'órganos o sistemas trastornados', para comprender
el afecto específico que está en juego e impedido de manifestarse como tal,
desde nuestro ángulo de trabajo necesitamos interiorizarnos de la fisiología
habitual, pues ésta nos permitirá comprender la fisiopatología específica, y a
su vez, esta última posibilita encarar el tipo de crisis afectiva inherente a
tal trastorno. Simultáneamente, esta perspectiva posibilita que en situaciones
afectivas límites y conflictivas, de no mediar consciencia por parte del
interesado, intentemos prever qué órgano o sistema está alterándose -en menor o
mayor grado- o con posibilidad de verse comprometido.
De todo lo anterior surge
que es necesario precisar que sí ha sido mérito de nuestro medio argentino la
investigación teórico-clínica acerca de los conflictos específicos e
inherentes a cada órgano o sistema. Esto es, que -más allá de que algunas
patologías están más acabadamente comprendidas y otras menos- así como cada
órgano o sistema posee una función específica, a su trastorno específico
también le deben corresponder sentimientos específicos que, de darnos cuenta o
ser conscientes, no necesitaríamos expresarlos de manera 'orgánicamente
trastocada'. Más bien, los exteriorizaríamos como tales, y encararíamos los
simultáneos afectos en conflicto.
Vemos, entonces, que este
tipo de abordaje tiene que considerar dos cuestiones:
a.
que cada
órgano puede verse alterado de múltiples maneras denominadas 'enfermedades'
(por ej. en intestinos pueden manifestarse divertículos, constipación-diarrea,
tumores).
b.
que el
órgano (senos) que posee una "función-interioridad psíquica"
específica puede expresar en sí mismo una patología que se 'entrama' con
la expresión de un trastorno (tumor en una mama) que, según varíe la historia,
hubiera podido expresarse en otra área (por ej. en intestino).
c.
que quienes
sufren una misma patología, aunque presentan diferentes historias, estarían
hermanados por una conflictiva en común. A su vez, el desenvolvimiento de
las historias personales también gravita, pues en términos de virus, bacterias
o incluso alimentos, muchos de ellos son condiciones necesarias pero no
suficientes para explicar el desencadenamiento de la enfermedad.
Hasta acá, entonces,
podemos sintetizar que es importante considerar:
a.
el
funcionamiento habitual o normal del órgano o sistema;
b.
comprender
su fisiopatología (dónde y cómo se expresa la enfermedad);
c.
profundizar
en la biografía, contexto familiar, social, historia de enfermedades orgánicas
familiares y propias, etc.(cuándo enferma y antecedentes, maneras de encarar,
etc.).
d.
todo
lo cual nos iluminará la contracara afectiva, esto es, el 'sentido' de la
propia enfermedad, 'qué más me está pasando'.
La importancia de este
enfoque radica en que -de ser conscientes- en algunos casos puede el propio
organismo ir activando la reversión del proceso que él mismo contribuyó
a gestar; mientras que en aquellos casos irreversibles, el proceso
terminal puede transcurrir de manera menos dolorosa.
En este sentido, todos
tenemos una 'manera de enfermar', y eso que denominamos 'enfermedad'
re-presenta conflictos afectivos en juego en una época en particular, siendo el
órgano afectado quien mejor se arroga la representación de exhibir los afectos
intentados de silenciar en la vida cotidiana. Así, la enfermedad oculta y
muestra, expresa sentidos humanos, habla de cómo transitamos nuestra vida, de
cómo participamos en aquello que abstractamente denominamos 'salud' o
'cordura'.
Así, ahora se comprende
porqué -desde nuestro ángulo laboral- titulamos esta exposición como 'Rescatar
a la salud cuando enfermamos'. Queremos decir que es saludable intentar
comprender qué nos pasa en todo sentido (orgánico y psíquico), porque aspiramos
a re-equilibrarnos y a contrarrestar los procesos psicoorgánicos anormales. Por
el contrario, si echáramos de nuestro ámbito de vida a la manera 'orgánica' del
enfermar, sin habernos interrogado lo suficiente, estaríamos catalogándola como
carente de sentido en la propia vida, en la de otras personas, constituyendo
tal posición un prejuicio emparentado con dejar todo como está, resignarse o
someterse, y en más de un caso, contribuir a una muerte apresurada.
Ahora bien, hay un tema en
particular que, en los tiempos que corren, está siendo muy nombrado. Se trata
del 'stress'. Si Ud. sufre cólicos menstruales, si padece de jaquecas,
si tiene alteraciones cardíacas, si sufre de cálculos renales, si tiene
diarreas o constipaciones, si es insomne, si padece de eyaculación precoz, etc.
Ud. está estresado. Desde el enfoque que hemos sintetizado, explicar todo
por 'stress' es equivalente a rasgar de una sola vez todas las cuerdas de una
guitarra. Stress es tensión, y su presencia es necesaria en cada situación
de nuestra vida. Es más, gracias a un 'tono de tensión' nos levantamos a la
mañana, estudiamos, intentamos pensar en encontrar otras salidas, tratamos de
mejorar en el trabajo que tenemos, nos replanteamos porqué fracasamos con las
parejas o los hijos, etc. Por el contrario, cuando no nos replanteamos nada,
cuando pretendemos zafar, estamos evitando el stress saludable que lleva a que
nos ocupemos de todo lo que tenemos entre manos. Con lo cual, más allá de las
situaciones, que seguramente todas implican tensión, fundamentalmente es la
propia modalidad la que incrementa el stress.
En este sentido, frente a
cualquiera de las patologías mencionadas, parece ser más eficaz intentar
comprender la sintomatología que se sufre de acuerdo a la propia historia,
circunscribiéndola a los momentos en que se la padece, encarando -incluso- a
dónde conduce con sus efectos. Este enfoque, entonces, es equivalente a intentar
comprender qué cuerda de la guitarra está desafinada e intentar afinarla.
Ahora bien, todos sabemos
que tendremos un límite final en esta vida. Pero de todos modos, seguramente en
cada uno de Uds. resurge el angustiante interrogante de si se puede prever
la enfermedad.
A mi entender, por un lado
eso poco importa, y por otro importa mucho. Importa poco porque lo realmente
importante es que -mientras tanto- vivamos, tengamos proyectos y hagamos
todo lo posible para llevarlos a cabo, nos relacionemos y luchemos por mejorar
como personas, amemos y lo demostremos, nos enojemos para mejorar relaciones en
vez de para romperlas, hablemos para intentar entendernos en vez de
monologar.... en fin, tantas cosas más.
En cuanto al aspecto en que
sí es importante la prevención, ésta dependería:
a.
de la
formación del profesional (clínica, selección de personal, orientación
vocacional)
b.
de
cada persona, paciente, postulante o adolescente. Para esto, se requiere
que cada persona 'rescate' su derecho a vivir más en forma, que 'rescate' su
derecho a preguntar acerca de lo que ignora, que combata su resignación, que se
resista contra su tendencia a vivir en ruina, que 'recupere' su capacidad de
cambio en cada momento de su vida.
Podemos sintetizar con que
este enfoque es un estilo de vida, porque implica cuestionarse qué más
me está sucediendo en las cosas que me pertenecen, incluso mi organismo, de
manera que -si soy más consciente de los conflictos pasados y presentes en
juego- es probable que no lo sufra tan reiteradamente, o pueda sobrellevarlo de
manera diferente o que, incluso, transcurra de manera menos dolorosa un proceso
ya irreversible.
1.
ÁREAS dónde aplicar este enfoque:
Ahora bien, todo lo
expuesto es sumamente obvio para la reflexión personal, como para encarar su
inclusión en cualquier tipo de tratamiento con los profesionales de la salud.
Sin embargo, como si no hubiera de por medio seres humanos, existe el prejuicio
consensual acerca de que este enfoque lejos está del ámbito de la SELECCIÓN
DE PERSONAL y de la ORIENTACIÓN VOCACIONAL.
En primer lugar, hablemos
un momento del consenso. Sabemos que actúa tanto a favor como en contra.
Por ejemplo, al existir múltiples medicamentos de venta libre, suele
presuponerse que es normal sufrir de cólicos menstruales, trastornos hepáticos,
constipaciones, jaquecas, etc. En este sentido, el consenso, incluidos algunos
profesionales, suele avalar la resistencia del común de la gente a cuestionarse
acerca de trastornos tan cotidianos. Cuestión que, tratándose de profesionales
del ámbito de la psicología, lleva a que muchos pacientes se queden sin
interlocutor para preguntar y resolver padecimientos orgánicos que podrían
acompañarlos durante toda la vida.
En segundo lugar, el
consenso de profesionales relacionados con Recursos Humanos u Orientación
Vocacional, salvo notorias excepciones, también suele presuponer que los
trastornos orgánicos de los postulantes o adolescentes y sus familiares
pertenecen al ámbito de los consultorios médicos, y, como describimos
anteriormente, erradican preguntas al respecto.
Para ser más precisa, el
bagaje de formación de los profesionales afines a la psicología influye en cómo
se interpretan los datos biográficos de cualquier persona, sea un postulante
para un cargo, o un adolescente que consulta por el comienzo de su camino
laboral, esto es, la Orientación Vocacional. En este sentido, la práctica del
enfoque denominado 'psicosomático' en los ámbitos de Selección de Personal y
Orientación Vocacional, lleva necesariamente a incluir la historia de
enfermedades orgánicas familiares y propias. Pues, desde la especialidad
psicosomática sabemos que reiteradas sintomatologías, simultáneas a momentos
claves de la vida, expresan específicos sismos de la Personalidad, y por ende,
maneras de encarar o eludir el trabajo o estudio cotidiano. En este sentido, preguntar
acerca de patologías reiteradas, tiene que estar al servicio de relacionarlas
por simultaneidad con reacciones ante el estudio, los exámenes, las labores
actuales o futuras, relaciones con subalternos, con ansias de liderazgo, con
conflictos de expectativa laboral propia y de los padres, con ambiciones
personales o en función de una empresa, con el tipo de conflicto entre la vida
personal y laboral, con el tipo de competencia o rivalidad en grupos, etc. Es
más, así como un postulante o un joven se presenta en la manera de escribir
y detallar los diferentes ámbitos sobre los cuales se le solicita información,
también se está expresando en los momentos decisivos de su vida con ninguno,
uno u otro trastorno orgánico.
Podemos concluir, entonces
que, pese a que el consenso actúa en contra por presuponer que tantas
patologías orgánicas son ajenas al común de la gente, paradojalmente,
para quienes aplicamos este enfoque en el área de Recursos Humanos y
Orientación Vocacional, ello constituye una ventaja. Se trata de que
el postulante o el joven disimulen menos algunos de los trastornos orgánicos
simultáneos a los momentos claves de su vida. Con lo cual, podremos interpretar
posibles interferencias caracterológicas, conflictos de intereses, grado de
ambiciones, etc. Y, por último, naturalmente, también en éstas áreas, tenemos
que considerar preventivamente la posibilidad de que, ante tareas o
roles específicos, el postulante o el joven que nos pide una Orientación
reitere sus enfermedades. Así, el paralelo que hagamos entre trastornos
orgánicos y estudios, progresos o fracasos laborales, ese paralelo nos hablará
del tipo o del grado de inhibiciones, la manera de eludir responsabilidades,
conflictos con autoridades, si dichos trastornos interfieren -o no- en el
desarrollo de su carrera o, incluso si pueden gravitar seriamente tanto en el
propio rol empresarial como en la participación o rumbo de la empresa para la
cual alguien se postula. Del mismo modo, la ausencia de enfermedades
significativas por sus consecuencias en los momentos de decisión o
de mayor responsabilidad, hablan de familias, adultos y jovenes que pueden
encarar tales situaciones con lo mejor de sí mismos.
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Sistema de Cuestionarios (en CD) Para Orientación Vocacional, Crisis Personales y Executive Search. ISBN-10: 987-99707-1-3 ISBN-13: 978-987-99707-1-3 Ó febrero 2006, Editorial Martha Mayorano