IDENTIDAD NACIONAL: UN DOBLE MENSAJE
Existe un generalizado doble mensaje. Un mensaje es doble en la medida que, al Ud. expresar uno, simultáneamente expresa otro que es contradictorio. Un sencillo ejemplo es que un padre o madre reiteradamente le diga al hijo que lo adora mientras al mismo tiempo sostiene una postura fría, dura o su abrazo es rígido. Y que, cuando su vástago le responde de manera distante, el progenitor le pregunte porqué es tan frío o no es más cariñoso. La otra posibilidad sería que, cuando el hijo responde afectuosamente, el padre o madre -como quien no quiere la cosa- lo separe. En esencia, un hijo o interlocutor quedarían desconcertados porque respondan como respondan al mensaje recibido, se les reprochará el contrario, pues generará la incomodidad de quien siente que le descubren el sentimiento que pretendía mantener oculto.
Ahora bien, mensajes equivalentes ocurren social y políticamente. Y, parece suceder cada vez más frecuentemente en determinados ámbitos y a nivel periodístico. A modo de ejemplo, tomemos un viejo artículo 'x', en el cual se aludían a las problemáticas emergentes en tiempos de campaña electoral. Y entre algunos de los varios males de nuestra sociedad, puntualizaban la pérdida de la identidad cultural y, por ende, la venta fácil de promesas "que se saben incumplibles". En realidad, el problema no solo estáría constituído por los partidos políticos. Pues, sin auditorio difícilmente durarían los actores. De modo que, el par necesario de políticos vendedores de ilusiones debe ser el constituído por una buena parte de la sociedad. Es más, cuando se afirma nuestra sociedad se encuentra "al borde de una fractura", difícilmente puede perderse de vista que la sensatez indica que para que algo se fracture previamente se requiere que haya estado unido. Dicho de otro modo, para sufrir "la pérdida de identidad cultural", se requiere haberla tenido sólida alguna vez. Y, lamentablemente, de acuerdo a la historia, parecería que en general la convicción por la "Madre Patria" suele ir de la mano de invasiones que recuerdan la propia cédula de identidad nacional. Todo ello entraría en cortocicuito simultáneo con el hecho de que, como muchos pueden constatarlo en su árbol genealógico, una gran mayoría de nuestros ancestros más cercanos provienen de diversas partes del mundo. De manera que, ello bien puede influir en la facilidad con que, en los últimos años, a la par de propagandas acerca de rescatar la importancia de lo nacional, simultáneamente nos vamos haciendo más 'english' o 'american people for sale' para referirnos a tantas cuestiones del diario vivir. En realidad, quienes pertenecen o han pertenecido al ambiente "Psi" conocen de estas cuestiones. Pues, hace bastantes años se fue infiltrando en el ambiente una jerga diferente para hablar de cuestiones semejantes. Para algunos, el hablar en difícil sonaba como más importante; mientras que para otros, lindando con la ignorancia profesional y desconociendo versiones originales o previas, presuponían que la posterior conocida era única.
Algo semejante está sucediendo con la infiltración de otras "Patrias", manifestado ello en tantas palabras en inglés. Estarán aquellos para quienes les resulta 'paquete' o 'de snob' o de 'viajado'. Mientras que a otros, haciendo caso omiso de las raíces donde están plantados, les interesará ir virando a la tonalidad importada. Es más, Uds. mismos pueden constatarlo en su revista. Incluso, en algunos casos pasando por alto la correcta sintaxis gramatical ('los players'; 'research de acciones'; 'el how fit'; 'sus deals más difíciles'; networks, trouble shooter, contingency, flat fee, fixed fee,outplacement, world classmarket share; trouble shooter; turnaround, etc).
Todo esto trasciende las delicias de un idioma pues, doy fe, con años de hacer investigación, que es indudable que dicha lengua es necesaria a la hora de intercambios científicos o de interrelación cultural y personal. Pero el problema radica, en esencia, en dos cuestiones que están en colisión simultánea a la manera del doble mensaje mencionado. Pues, mientras se pregona la defensa de la frágil tradición al mismo tiempo se acepta, o se protagoniza, la compra en cómodas cuotas al mejor postor extranjero. De modo que, o auténticamente nos olvidamos de la Patria o adoptamos final y genuinamente 'like 'our' 'the american language'. De lo contrario, todo es tan esquizofrénico como afirmar que "Gardel cada día canta mejor", o escribir hojas acerca de "qué haría Perón hoy en día".
Es más, lo bizarro a lo que conduce todo doble mensaje se expresa a nivel empresarial, al menos en algunas partes del número de la Revista mencionada. Por ejemplo, cuando comparan la "cultura cívica de las comunidades más evolucionadas", y de las "más primitivas". En las primeras, fruto de la exigencia a sus gobernantes, la "población tiene una visión más madura acerca de las condiciones que exige una organización social para garantizar un crecimiento duradero". En las segunas, prevalecería "el sálvese quién pueda", y aunque el sistema se "caiga a pedazos" los individuos tienden a su pronto beneficio" (p.16,17). Es obvio, pues detrás del sálvese quien pueda no hay consciencia nacional. Lo cual, en otro ámbito, también se evidencia a nivel empresarial. Por ejemplo cuando se habla de las "conductas inapropiadas" de "ejecutivos top" y, en consecuencia, de la escasa credibilidad y desamparo que todo ello genera en "profesionales noveles".
En pocas palabras, en diferentes ámbitos se hacen trizas tradición, espíritu de empresa y ética. Esto último se nota claramente cuando se afirmaba que "el profesional se incorpora a una organización descentralizada...(pero) debe tomar decisiones éticas por sí mismo... presión dilémica (sic) a la que se enfrentan a diario los jóvenes... (hay que) vencer el dilema de la actitud para con el trabajo: ser cínicos o apasionados.....la tentación...de creer que no hay nada valioso en que creer. Es como empezar a jubilarse, sin haber empezado a trabajar. Son semillas que nunca germinarán"(p.25). Podemos agregar que, las semillas no germinan, o duran poco, cuando en un país o en una empresa el ciudadano o el profesional novel captan la falsedad, la omnipotencia (chapa) que encubre la inseguridad de tantos gobernantes o ejecutivos líderes. Cuando perciben que detrás de tantas seducciones hay escasa potencia; cuando descubren que detrás de aparentes intereses grupales o empresariales se esconden los intereses individualistas que, de ser evidenciados por ellos, ciudadanos o profesionales que recién empiezan, lejos de ser reconocidos favorablemente por percibir adecuadamente, como en el doble mensaje, corren el riesgo de perder el puesto, cargo o lugar logrado. En este sentido, la indigencia de base pertenece a los mayores, a los 'head' o gobernantes. Pues, en el fondo, ellos saben que hoy están, y mañana, por la fragilidad del sistema, así como subieron, pueden caer .
De manera que, hasta acá, el doble mensaje se evidencia entre padres e hijos, a nivel empresarial, entre ciudadanos-gobernantes, cultura propia-ajena. Para que ello no ocurriera, se requiere de lo equivalente a una comunidad madura, que acepte su cultura cívica o consciencia nacional. Porque esta última, aunque necesitara ajustes en aras del progreso, es la que llevaría -naturalmente- a tirar para un solo lado. De modo que, no alcanza con considerar tan sólo "primitiva" a una "comunidad" en la cual "el fin justifica los medios" (p.16). Más bien, es 'perversa'. Sobre todo, si tenemos en cuenta que, efectivamente, ya se ha manifestado la pretensión de "jubilarse sin haber empezado a trabajar". Esta patología, por cierto muy grave, está a un paso de "presionar" a "productores, muy castigados por la caída de los precios" (p.35). Y a dos pasos de que "todos" quieran "tocar todo, y así lo único que logran es reventar el precio..... semejante mixtura hace que la convivencia no sea pacífica ni sencilla....(p.37). Y como sensatamente se agregó, "aunque no lo dicen abiertamente, pertenecer a una network o ser socia de firmas internacionales permite también tener otra chapa" (p.38). Claro está que, al lado de la 'chapa' se pone a la ética que, como la tradición, es difícil de sostener en múltiples ámbitos. Sobre todo cuando tiende a ser más un recuerdo que vivencia presente.
Otra 'mixtura' es la relacionada con un tema que, sorprende que requiera explicitárselo como una excepción, cuando además se le nota una velada protesta. Se trata de que para ser "proveedor" se requiere que " seas útil y le des soluciones a los procesos del día a día" (p.39). Pero acaso, ¿no es lo natural en cualquier ámbito? ¿No es lo que todos pedimos, sea al personal doméstico, al colegio donde estudian los hijos, a otras empresas, o a los políticos?. Es obvio que, parafraseando, "el éxito no viene del Norte"(p.92). No solo porque los contratos y manuales de operaciones están redactados con legislación y costumbres extranjeras, asesorados por un abogado estadounidense al que habría que 'pagarle un fee muy alto'. Sino porque, fundamentalmente, hay "mentalidades" que, al estar hechas carne las llamamos creencias o costumbres, y son eficaces al estar consustanciado con ellas. Mientras que las ideas prestadas, la mímica de las 'importadas' conducen, efectivamente, al fracaso de muchos, entre ellos de tantos 'franchises'.
Todo lo anterior puede generar cierto conflicto, cuando no, tristeza. La misma que genera leer la traducción de un artículo americano acerca de la probable expiración de la patente de Prozac. No se trata de que las ventas de la 'taquillera droga antidepresiva' hayan caído porque a nivel mundial la gente esté menos melancólica o esquizofrénica por la disminución de dobles mensajes familiares o políticos. No, más bien se trata de que algún pez grande se está deglutiendo al pequeño, manifestándose ello de diferentes maneras. Por ejemplo, inyectando en el mercado otros 'medicamentos taquilleros', y por ende 'aumentando las visitas' de los laboratorios a los profesionales, produciendo una 'ola de muestras gratis para los médicos' (p.163). Como también, obviamente, mayores comisiones por recetas.Pero también, sencillamente recomendando -mediante otro artículo traducido- el fármaco como 'píldora' para combatir fobias o ansiedades (p.188). Pasando por alto un pequeño detalle que está constituyendo un gran flagelo. En nuestro medio, en la Argentina, existe el serio problema de la automedicación. Lo cual lleva al acostumbramiento paulatino, a la necesidad de mayores dosis, y por lo tanto, a exponerse a severos trastornos colaterales, entre ellos a probables alteraciones del sistema inmunitario. Sistema que, volviendo a lo central de este artículo, casualmente tiene por función patrullar la "identidad del organismo".
En otras palabras, hablemos el idioma que hablemos, seamos 'novel' o 'top', seamos 'cínicos o apasionados' laborales, consumamos lo que consumamos, todo indica que subsiste el problema de la fragilidad de la Identidad que constituímos. Es más, mientras escribía esta nota, el 11 de julio encontré la esencia de mi cuestionamiento en un "chiste" de Fontanarrosa publicado en el suplemento Zona de Clarín. Bajo el título de "Ay, Patria mía", el personaje Inodoro Pereyra le dice a su perro Mendieta: "No me diga que hay un regreso a la cosa patrótica, Mendieta! Justo ahora que remodelé la peña y le puse: 'Ethnic Music Resort'". Habiéndose agregado como subtítulo "En la era global hay un retorno a lo patriótico... ¿Qué significa esta súbita pasión argentina por reafirmar la identidad nacional?" Agregándose: "... hay un súbito reverdecer del patriotismo en canciones, escuelas, merchandising (sic), en momentos en que queda poca Patria patrimonial..."
Entiendo que tomar consciencia de la seriedad de todo esto, es la única manera de comenzar a revertir la Identidad. Equivalente a escribir todo en Castellano o todo en Inglés. Porque, en cualquier ámbito, los dobles mensajes impiden vivir auténticamente las elecciones que se hacen y los roles que se protagonizan.
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