Tanto en las mitocondrias, como en el citosol y en el retículo endoplasmático, las reacciones de oxidación producen radicales oxidantes, como los aniones superóxidos (O2-). Estos radicales son degradados por la enzima superóxido dismutasa, formando agua oxigenada, que pasa a los peroxisomas y es reducida por la catalasa.

El anión superóxido produce mutaciones génicas y altera la bicapa lipídica de las membranas celulares lo que contribuiría al envejecimiento de los tejidos. Para contrarrestar la acción de estos radicales, actualmente se aconseja la administración de fármacos antioxidantes, que impiden el envejecimiento prematuro .