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About me

Nombre real: María Belén



Nick: Parvati



Edad: 14 años



Cumple: 30 de Agosto



Nacionalidad: Argentina (Bs.As.)



Ocupación: Ociar *ejem* Estudiar. Actualmente curso noveno año.



Colores: Rojo, azul oscuro y negro.



Música: Uhm... variedad. Aunque usualmente me fijo más en las letras que en el género.



Cantante: Alex Ubago



Libros: Harry Potter, Artemis Fowl, ESDLA, Materia Oscura, Código Da Vinci, etc, etc...



Canciones: "Eyes on Me", "¿Sabes?", "No te rindas", "Puede Ser"



Género de ficts: Ficts darks/augst (Harry!Dark *__*!). HHr, aunque tolero otras parejas. Slash yaoi, pero solamente Harry/*insertar Slytherin*. Universos Alternos o ficts donde Voldie!Dad/Granddad!Harry (Tommy-pooh! *__*).



Anime: Naruto (I just love Sasuke ^.^!), FullMetal Alchemist, Bleach, Sailor Moon, Sakura Card Captor, Detective Conan, Ranma, X-1999, Pokémon (lo que era la infancia con esos animalitos tan simpáticos xD)



Videojuegos: Los Sims 2-PC, Naruto-PS2, todos los juegos de HP (PC y PS1 y 2), FMA-PS2..



Pelicula favorita: El Último Samurai (Me encanta esta película, sobre todo por el intenso sentimiento de honor que demuestra - Me sentí identificada absolutamente ^^)

 

Ambiciones

»Viajar a España



»Ver película de FullMetal Alchemist



»Poder darle un abrazo de osho a la Lonfi y a Romuko! ^O^ (posteriormente, matar a Rómulo)



»Leer HP6 en inglés



»Leer Artemis Fowl 4 ¬_¬*



»Ganar el Concurso de Creatividad de mi colegio



»Terminar el capi 7 de LE antes del fin de mis vacaciones de invierno



»Publicar el capi 14 de HPEFS antes de fin de Junio (depende de Romu, en verdad..)

My Productions

+ Ficts de Harry Potter



+ Fict Compartido con Rómulo



+ Fict Compartido con Arshy



+ Fict Compartido Con Kris



+ HA, Generación Tras Generación



+ Poemas



+ Consolación



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Citas

People will forget what you said.

People will forget what you did.

But people will never forget how you made them feel.



Porque una burbuja no es un lugar para vivir.

Porque el mundo es distinto, y es bueno romper esquemas.

Porque cuando algo se ama, se tiene que luchar.



Un sueño deja de ser lo que es cuando se hace realidad.

Pero el mismo sueño deja de ser realidad cuando te despiertas...

Prefiero abrir los ojos esta noche.



La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.



They condemn what they do not understand.



El corazón tiene razones que la razón ignora.



Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.



Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.



Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer a todos los que le siguen.



Tú puedes ser lo que desees, solamente existe un obstáculo: tú mismo.



Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil.



Hazme llorar lágrimas de sangre con tu verdad, antes que saciar mi sed con agua de tus mentiras.



Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino.



El vuelo no es tan solo flotar en los cielos, es también extender las alas y hacer cada vez un mayor esfuerzo por elevarse



El amor es como una bola de cristal, con el más frágil error, se hace añicos



Despiértate cada día sin pensar en los errores de ayer, sino pensando en lo que podrás mejorar hoy.



Exprésate con la verdad siempre por delante.



No le temas a la muerte, al fin y al cabo, deberás verle la cara.



If today was perfect, there would be no need for tomorrow.



Cuando aparentas ser lo que no eres, que serás cuando no puedas aparentar.



Y lo irónico es que el silencio aún no aprende a callar y sigue metiéndose en mis conversaciones.



¿Quién es amado? Aquel que da amor.



La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos



Si me dices que no sabes, te enseñaré hasta que sepas. Si me dices que sabes, te preguntaré hasta que no sepas.



Las palabras no siempre llevan mensajes vacíos, sólo hay que saber leer entre lineas.



Una buena discusión es aquella en la que se puede acordar estar en desacuerdo .



Las cosas que mejor se ven, son las que percibes con los ojos cerrados.



¿Es mas valiente el que hace lo que debe o el que hace lo que siente?



¿Quién es héroe? Aquel que conquista su instinto.



¿Quién es serio? Aquel que diferencia la risa de la seriedad, y distingue entre estos estados.



La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?



Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia.



Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala.



El querer lo es todo en la vida. Si queréis ser felices lo seréis. Es la voluntad la que transporta las montañas.



Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida.



Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir.



Piensa como piensan los sabios, mas habla como habla la gente sencilla.



La violencia es el último recurso del incompetente.



La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla.



El hombre es un experimento; el tiempo demostrará si valía la pena.



El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar.



Nadie se queja de tener lo que no se merece.



Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga.



En una discusión, lo difícil no es defender nuestra opinión, sino conocerla.



Ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió.font-family:



¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?



Nada tarda tanto como aquello que no se empieza.



Perdona a tus enemigos, pero jamás olvides su nombre.



Es intentando lo imposible como se realiza lo posible.



Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas.



Una vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja.



No hables mal del puente hasta haber cruzado el río.



Excava el pozo antes de que tengas sed.



Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón.



La duda es uno de los nombres de la inteligencia.



Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve.



Diez personas, diez colores.



El halcón virtuoso esconde sus uñas.



El que no sabe nada, de nada se preocupa



La paciencia todo lo alcanza.



La buena conciencia sirve de almohada.



Si quieres conocer el pasado mira el presente que es su resultado. Si quieres conocer el futuro, mira el presente que es su causa.



Si no es correcto, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas.



Quien habla siembra, quien escucha cosecha.



El clavo que sobresale, recibe un martillazo.



Please, give me, God

A calmness to accept whatever I cannot change

A courage to change whatever I can change

And a knowledge to distinguish between these two categories.



Dios no habría alcanzado nunca al gran público sin ayuda del diablo.



El verdadero problema del mundo es cómo impedir que salte por los aires.



El hombre a quien el no educó siempre será un niño.



Combatirse a sí mismo es la guerra más difícil; vencerse a sí mismo es la victoria más bella.



No progresas mejorando lo que ya esta hecho, sino esforzándote por lograr lo que aun queda por hacer.



Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.



Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.



Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.



Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.



El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir.



This, however, is a passing nightmare; in time when earth will become again incapable of supporting life, peace will return.



Oigo y olvido. Veo y recuerdo. Hago y comprendo



El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.



No hay malas hierbas ni hombres malos; sólo hay malos cultivadores.



La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres la temen tanto.



Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.



El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.



Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña.



Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz.



Un día llegará en que el valor de los hombres falle, pero hoy no es ese día, ¡hoy pelearemos!



Añorar el pasado es correr tras el viento.



La pluma es la lengua del alma. 

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oggi
giugno 2005

Copyright

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Song's Lyric

Tienes problemas, yo también,

no hay nada que yo no pueda hacer por ti,

y estando juntos, todo marcha bien,

pues yo soy tu amiga fiel.



Tal vez hay seres más inteligentes que yo,

más fuertes y grandes también, tal vez...

Ninguno de ellos te querrá como yo a ti,

mi fiel amiga.


¿Caminas conmigo?

Por Parvati (Me)





Es un día excesivamente lluvioso; un día triste, sin luz, casi repleto de escalofriantes sombras. Sombras que persiguen y acosan sin ser advertidas. Es uno de esos días en los que preferirías permanecer bajo la calidez de tu amado hogar, bajo las sábanas de tu cómoda cama, tan sólo admirando las llamas aprensivas de la chimenea; llamas que chispean con emoción abandonada. Son, entonces, tu única protección contra el monstruo del frío y de la angustia. También puedes escuchar, casi hipnotizada, como el viento aúlla en protesta a un capricho negado, como un pequeño niño que no es consciente de sus límites.



Pero tú no tienes la suerte de estar protegida contra la lluvia, y por lo tanto no tienes llamas que te calienten ni tampoco la suficiente tranquilidad como para detenerte a escuchar al viento. Suficientes problemas tienes ya caminando sin paraguas por una avenida considerablemente poblada, cargando en tus brazos gruesos libros de estudio y apuntes que han sido mojados inevitablemente. Así que mientras caminas, blasfemas con bastante color a las condiciones del día. Desde tu punto de vista, nada puede empeorar. Has desaprobado un examen de vital importancia para el trimestre, te habías olvidado en tu casa un trabajo que debías haber entregado hoy a la profesora y encima empiezas a mostrar signos de estar engripada. ¿Acaso podrías estar peor?



Doblas a la izquierda en la esquina y continúas caminando. Sí, siempre se puede estar peor. Siempre puede ocurrir algo que quizás sea más imperdonable e irreparable que lo ya acontecido. Suspiras con resignación mientras acomodas un poco mejor tu cabello azabache. No eres una persona pesimista, pero hoy no puedes evitarlo. Todo parece tan negro y desolado. Todo parece carecer su gracia y esperanza. Aunque bien sabes que siempre, en algún lugar, hay una luz que vence las tinieblas y que para alcanzarla, necesitas tener fe en tu realidad. Necesitas creer que todo puede mejorar para no rendirte y caer. Sin convicción no hay hechos.



Tampoco eres una persona que se rinda con facilidad. Tienes un orgullo que mantener y alimentar. Casi siempre, tras una caída, vuelves a levantarte. Hay un proverbio japonés que proclama: “Siete caídas, ocho alzadas.” Crees firmemente en su verdad. Después de todo, la voluntad mueve montañas.



Te paras en la esquina, aguardando por el semáforo para dar la señal de avance. En una de esas casualidades de la vida, fijas tu mirada en un costado de la vereda donde se encuentra un bulto retorcido bajo pobres cartones; un niño pobre sin techo. Instintivamente huyes de la imagen, queriendo ignorar aquella realidad lamentable. Pero no puedes. Tus ojos que simulan ser un par de zafiros regresan una y otra vez al niño, quien parece dormitar entre sacudidas.



De repente, sientes más frío. No obstante, no se trata del frío físico usual sino uno interno y más intenso. Uno que congela tu alma. ¿Cómo fuiste capaz de quejarte de tus condiciones cuando, en comparación al niño, eres una reina? ¿Cómo puedes permanecer allí parada, sin hacer nada, mientras aquella inocente criatura sufre sin remedio ni esperanza? ¿Cómo te atreves, siquiera, a intentar ignorar aquella realidad, quizás cruel y penosa, pero actual? Lo mínimo que puedes hacer es reconocerla. No quererla, sin embargo sí reconocerla. Es una realidad que debe cambiar. Una realidad que deje de ser, para pasar a ser tan sólo un mal sueño. Un mal pasado.



¿Pero quién lo cambiará? ¿Quién tiene el poder para llevar a cabo semejante labor? ¿Y por qué no lo ha hecho todavía? ¿Por qué deja que los segundos, que los minutos, que los días, que las semanas, que los meses... que los años, pasen y que aquel niño siga palpitando en su pobreza? ¿Por qué la sociedad decide permanecer callada ante la situación? ¿Por qué es ése el niño que tiembla... y no ? ¿Por qué la vida es tan injusta?



Entonces, mientras formulas preguntas que el viento no puede responder, te das cuenta que ya tienes las respuestas. Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas. Que cada mínimo gesto construye o destruye un mundo. Ilumina o ensombrece el camino.



La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa. Esas personas son indirectamente igual de culpables que la mano que ha efectuado el crimen. Son las personas que callan cuando hay que gritar. Son las que gritan cuando hay que callar. Son las personas que prefieren ignorar o que se viven quejando del mundo... pero no hacen nada para cambiarlo. Todos sabemos lo mal que está, ¿y? ¿Qué se puede hacer al respecto?



Un mínimo gesto es suficiente para cambiar una realidad. Una sonrisa. Una mano tendida. Una palabra. Pero deben ser Hechos, no sólo ideas. Las ideas conducen el mundo solamente si son llevadas a cabo. Si no, perduran aprisionadas en la mente, donde se pierden por los corredores oscuros del olvido.



Así pues te olvidas del semáforo y te diriges con paso lento hacia el niño. Sin titubear, te quitas la simple campera que llevas y te inclinas, para quedar medianamente a su altura. El chico se ha despertado; parece tener un sueño ligero. Te observa con aquellos luceros negros que tiene de ojos. En ellos admiras una hermosa inocencia, aunque ligeramente desvigorizada por el miedo. Pero le sonríes con cariño y él se relaja, sabiendo que no pretendes dañarle. Colocas tu campera sobre sus hombros y, en el trayecto, acaricias sus bucles castaños. Él te mira con asombro y pretende devolverte la prenda de vestir. Musita algo que no llegas a escuchar, mas sonó muy similar a un ‘no lo merezco.’



Por unos segundos te quedas rígida en tu lugar. ¿Cómo aquel niño tan guapo no va a merecer un simple abrigo? Todo niño tiene derecho a un hogar, a ser querido y cuidado. ¿Por qué él no? ¿Y quién tiene el derecho de juzgar algo así? Acaso... ¿la sociedad que lo abandonó? ¿Su familia? ¿La vida? Hasta Dios parece haberlo abandonado. No es justo. Nada en lo vida lo es, pero más esto que nada.



No puedes contenerte y una lágrima solitaria se escapa de tus ojos. Duele. Duele pensar en la realidad que le toca vivir a ese niño. Duele pensar que no puedes hacer nada más que ofrecerle tu comprensión, tu abrigo y una sonrisa; que no tienes el poder para hallar una familia digna de él y que lo quiera como realmente se lo merece. No tienes el poder para tomarlo bajo tu cuidado ni tampoco la suficiente certeza como para prometerle que todo estará bien, que no tendrá que sufrir así nunca más. Sería una mentira, y ese niño vale tu honestidad.







- Señorita, señorita, ¿por qué llora? – Pregunta él, mirándola con preocupación y urgencia. Sonríes amargamente.



- Porque no puedo hacer nada más.







En un impulso, lo abrazas fuertemente contra ti, dándole los mimos de los cuales ha sido privado. Lloras silenciosamente. Sin saberlo, no eres tú la que consuela, sino él. Él, que con sus ojos brillantes, demuestra tener más esperanza que tú en la vida. Y él es el que ha sido maltratado por ella. Él es el que ha aprendido de las lecciones más duras. Él es el que no tiene refugio. Él...



Y eres tú la que llora. La que se lamenta. ¿Acaso él no es conciente de su condición que no llora también? ¿O es que acaso él ha asumido la realidad y ya ha derramado demasiadas lágrimas en esa causa vana como para seguir haciéndolo?







- Cuando la vida le presente mil razones para llorar, señorita, demuéstrele que tiene mil y una razones por las cuales sonreír. – Recita el niño, sonriendo dulcemente. – Si quiere llorar, llore, pero sólo está consumiendo su tiempo. Podría hacer montones de cosas más útiles.



- ¿Cómo cuáles? – Preguntas, curiosa.



- Como seguir adelante. – Murmura él.







... ¿Y dejarlo a él atrás?







- Hay cosas que van más allá de uno, señorita. No vale la pena martirizarse sobre ellas. Usted no es todopoderosa; no puede hacerse cargo de lo que no depende de usted.



- Pero sí puedo intentar ayudar. Aportar todo de mí para mejorar la situación...



- Hay veces que lo que nosotros podemos llegar a dar no es suficiente, aunque tiene un enorme valor. La intención ya es algo. Sin embargo, no es todo.







¿Para qué existes si lo único que puedes hacer es contemplar como otros sufren? ¿Si no puedes ayudarlos? ¿Siquiera acompañarlos en su dolor? ¿Para qué existe el intento si no es un hecho? ¿Por qué lloras, si esas lágrimas están vacías? ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué no puedes ser alguien especial, que auxilie a este niño? ¿Por qué, si existe Dios, no lo ayuda? ¿Por qué?



¿Es acaso tan cruel como para desechar a aquel niño inocente a su suerte? ¿Acaso no escucha sus silenciosos gritos de soledad, de desesperación, de dolor... de angustia? ¿No escucha sus súplicas y sus pedidos? ¿Por qué le niega la paz y el amor? ¿Es que acaso el niño ha hecho algo para ser olvidado de aquella forma? ¿O quizás Dios lo acompaña desde las sombras? ¿Lo ayuda a cargar sus penas con ánimo? ¿Le da sus fuerzas para que no desista? ¿Para que mantenga la esperanza?



¿Sufrirá con él? ¿Se alegrará con él?



Si realmente siente cada uno de tus pesares y felicidades, y del resto del mundo... No puedes imaginarte la cantidad de lágrimas que habrá derramado por cada Hijo. Porque él debe sufrir por cada uno de ellos, ya que como Buen Padre no favorece a ninguno. No llegas a visualizar cuánto sufrimiento ha de sentir. Dudas que Dios se alegre de ver el mundo como está hoy, sin embargo... quizás quiere enseñarnos una lección. Quizás sólo busca que seamos capaces de amar y de ser amados, tal vez quiere que maduremos. Y eso sólo es posible viviendo y superando los obstáculos del Camino. Aprendiendo de cada uno de los errores y defectos.



Tal vez... hay una razón especial por la cual le tocó vivir esta realidad a este niño y no a otro. Quizás... él tiene la fuerza en su interior como para superar el conflicto. Quizás esta es la lección que le corresponde a él, y que le hará ser una mejor persona. Pero no podrá solo. Nadie puede llegar a la cima solo. Necesitará Amigos. Necesitará Enemigos. Necesitará... de la vida.



Tú también. Tú también vives una realidad llena de problemas, sólo que de diferente dimensión. Tú también vas madurando día a día en la búsqueda de ser una persona mejor y digna de sí misma y de aquellos con los que compartes tu vida. Tú también, quizás, estabas destinada a ser quien eres y a vivir lo que vives.



A lo mejor, al final, todos tenemos un destino en el mundo. Pero está en nosotros cumplirlo. Está en nosotros decidir qué es correcto hacer y que no. Está en nosotros decidir cómo actuar y qué pensar. Dios, por lo tanto, nos da la oportunidad de elegir quiénes somos. Y vela por nosotros, deseando nada más y nada menos que nuestra felicidad... a nuestro modo.







- No, te equivocas. La intención es todo. Sin intención, no hay acción. Si realmente quiero, podré hacerlo. Nada va más allá de mí, sólo lo que yo pienso es inalcanzable; los límites de mi mente humana. Pero si quiero, puedo traspasar océanos y montañas... y seguir. Y si no lo logro, siempre puedo continuar intentando. Hasta que no me quede aliento. Hasta que no tenga nada más que dar. Pero no acabaré allí. No importa si soy una muchacha corriente y vulgar. Aún así... tengo mucho para dar. Y lo daré.



- ¿Por qué? – Pregunta el niño, confundido. Y esta vez, no sonríes con amargura sino con alegría. Ya no sientes impotencia. Ahora te sientes capaz.



- Sobre todas las cosas, porque quiero hacerlo. Por ti, por mí, por Él. Por aquellos que me importan. Y por los que no; Porque es cuestión de Creer, de Poder creer y de Creer poder. Porque hoy es un gran día para empezar.



- ¿Empezar con qué? – Pregunta él, aún sin entender tu pequeño discurso.



- ¿Con qué más? ¡Empezar a trabajar para hacer de este mundo, un mundo mejor! De a poco, luchando, lo lograremos. Aunque sea, empecemos por nuestro mundo. No te abandonaré. Esta es mi razón mil y una para sonreír.







Por un momento viene a tu mente la imagen del Hijo de Dios, Jesucristo, quien pudiendo haberse resignado con la humanidad, prefirió sacrificarse por ella. Fue golpeado por nuestras iniquidades, herido por nuestras transgresiones y por sus heridas fuimos salvos. Su sacrificio te demuestra la conservación de su esperanza y su fe en la Bondad de la humanidad... Amándola, a pesar de sus enormes defectos, compensadas por sus simples virtudes. Nos perdona, aún luego de todo el daño que hemos hecho.



Si Él fue capaz de elegir y consumar ese sacrificio, ¿por qué tú no debes, por lo menos, intentarlo?



Mirando fijamente los ojos negros del niño, prometes en silencio. Le prometes a él, a tus seres queridos, pero sobre todo a Dios, que siempre harás todo lo que esté en ti por ayudar. Asumes que habrá ocasiones en las que no puedas cumplir tu promesa, donde deberás abandonar, porque eres humana y, como tal, tienes instintos; tienes tu propia opinión sobre lo que es correcto e incorrecto. Pero no desistirás.







- Dime, ¿qué puedo hacer para ayudarte? – Preguntas en tono insistente. El niño sonríe, demostrando agradecimiento.



- Ya lo ha hecho, señorita. Ya lo ha hecho cuando se acercó usted a mí; cuando me trató de ser humano y como un igual... cuando usted, aún sin conocerme, sin juzgar, me concedió su campera. Ha hecho más por ayudarme que nadie... – Él toma tus manos entre las suyas, y te observa con ilusión. – ¿Qué puede hacer? Sea mi amiga. – Se detiene y sonríe con algo más de confianza. – Sé mi amiga.







Las lágrimas de abandono que habías derramado al principio se transforman en una gloriosa sonrisa. Abrazas al niño y lo sostienes muy cerca de ti, como si temieras perderlo. Esta vez sí eres tú la que consuela, la que brinda su apoyo y comprensión. Esta vez tú sí puedes hacer algo. Y lo harás con placer. Con Amor.







- Dalo por hecho. – Susurras con cariño en su oído. No lo ves, pero él solloza en tu pecho. – Sin embargo, quiero hacer algo más que esto. Quiero ayudarte de otra manera. A lo que me refiero es... no quiero dejarte aquí, solo.



- ¿Qué sugiere hacer, señorita?



- Primero, corrijamos eso. Si voy a hacer tu amiga, tutéame. – Él asiente. – Segundo... todo depende de lo que tú quieras hacer. Es tu decisión. Lamentablemente no puedo llevarte a casa. Ni conozco a nadie de mi familia que pueda cuidar de ti. Sin embargo, está la posibilidad de... llevarte a un hogar de niños.



- ¿Qué es eso? – Cuestiona él, casi con miedo.



- Un lugar donde viven niños como tú; niños que... no tienen una familia biológica estable. No obstante, tendrás otra clase de familia. Una familia que no te rehuirá bajo ningún concepto, que siempre cuidará por ti y hará lo posible para que salgas adelante. Tendrás una buena educación. Tendrás amigos de tu edad. Y también está la posibilidad de que llegue el día en el cual... una familia amorosa te adopte. Una familia que te merezca.



- ¿Y tú? ¿Te... irás? – Pregunta con voz quebrada. Se siente traicionado.



- No. – Dices con seguridad. – Te prometo estar ahí. Visitarte, jugar contigo... Velaré por ti. ¿Qué dices? ¿Lo intentamos?







Le tiendes tu mano. Él no titubea en tomarla. Lo ayudas a ponerse en pie y le colocas bien el abrigo sobre los hombros. Es sólo entonces que te das cuenta que la lluvia sigue cayendo, aunque ya sin tanta intensidad. A lo lejos, el sol se asoma entre las grises nubes, y crea un arco iris perfectamente visible desde donde te encuentras. El pequeño y tú lo contemplan, admirados por sus brillantes colores y repletos de su paz.







- Nunca me mencionaste tu nombre. – Expones intrigada, elevando las cejas.



- Tú tampoco el tuyo. – Contesta él, imitando tu gesto. – Me llamo Lucas.



- Es un muy lindo nombre. Combina muy bien contigo. – Le elogias mientras cruzan la calle, en ningún momento soltando su pequeña mano.



- ¿Por qué lo dices? – Pregunta, curioso.



- Lucas significa ‘aquél que resplandece.’ Interesante, ¿verdad? – Le guiñas un ojo.



- ¡Es tu turno de decir tu nombre!



- ¿Por qué debería? – Bromeas, divertida.



- Yo te he dicho el mío, no es justo que no sepa el tuyo.



- Eres bueno para argumentar, pero no lo suficiente. Sigue participando. – Sonríes juguetonamente mientras desordenas el cabello de Lucas. Él finge enfadarse contigo y bufa. – Aww. Mira que hermano menor más rencoroso que tengo...



- ¿Hermano menor? – Lucas interroga, perplejo.



- No te molesta, ¿verdad? – Preguntas, temiendo haber dicho algo erróneo e hiriente.



- ¿Molestarme? ¡No! – Contesta él de inmediato. Quizás demasiado rápido. Mira el suelo y se muerde el labio inferior, un evidente gesto de inseguridad. – Al contrario... me alegra que me consideres alguien tan especial para ti. No sé si...



- Lo mereces. No lo dudes ni por un segundo. Lo que me perturba es que tal vez no llegue a ser la hermana mayor que necesitas...



- Nadie podrá ser jamás mejor hermana mayor que tú. – Determina Lucas, sonriendo ampliamente. – Por lo menos, tengo la certeza de que lo intentarás. – Feliz y entusiasmada, retornas la sonrisa.



 

<<Lo importante no es cuánto hacemos, sino cuánto amor,

cuánta honestidad y cuánta fe ponemos en lo que hacemos.
>>