Desde que tiene uso de razón, Ernesto solo ha hecho una cosa en la
vida, engañar. Conoce los entresijos del timo de la mano de un viejo
timador llamado el Manco. Las víctimas son incautos de clase media o
baja y los botines no superan las doscientas mil pesetas. Al cabo de
un tiempo, el Manco pone a Ernesto en contacto con quien él considera
el mejor timador que ha existido, Federico, un timador elegante,
astuto y metódico. Mientras la mayoría de los ciudadanos se hiptecan
en los bancos y son exprimidos por los impuerstos, Ernesto tima a
banqueros, políticos, generales... y jamás paga una letra, y mucho
menos a Hacienda. La vida no puede ser más perfecta, hasta que irrumpe
Pilar, la antigua amante y socia de Federico, a quien dejó plantado
hace años llevándose el dinero de una estafa. Pilar ofrece a Federico
lo que entre los timadores es conocido como un "Mirlo Blanco", el gran
golpe para retirarse: un Incauto confiado, avaricioso y podrido de
dinero. Ernesto se ve inmerso en el centro de un peligroso triángulo
formado por la codicia, la traición y la venganza. Todos se ganan la
vida mintiendo, cualquiera podría ser el traidor, incluso el mismo
Ernesto.