Juan José Vieytes (Chichín Porteño)

 

 

 

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Pibe canillita

Talán, talán, talán pasa el tranvía por Tucumán.
PRENSA, NACION y ARGENTINA, gritan los pibes de esquina a esquina.
Un tango los inmortaliza, mientras la vida con su dureza,
margina y les dá paliza.
Otros tiempos.
El remate de los diarios a cinco guitas.
Chiquilines al fin, destino final de esos salvadores "cobres",
a veces era un chocolatin.
Vendían en los tranvías, omnibus, colectivos, de los que se
bajaban estando estos en movimiento, cruzando las piernas
haciendo freno.
Se colaban de la goma trasera de los colectivos, para que los
diarios Ilegaran pronto a la parada.
Eran fieles al "papel con tinta"; a su esquina, a sus clientes,
a los vecinos.
Soportó Iluvias, frios, nieblas, rocíos, calores.
Al igual que su amigo esquinero, el "botón", siempre firme y
cumplidor.
Ahora los quioscos, casi lujosos, son atendidos por un comerciante
vendedor. Sin pregón, concon diarios a la vista; de un solo relojeo
se adivina el contenido.
Me quedo con el "pibe canillita".
Sacrificado, bondadoso, simpático, de guiño y sonrisa para
las "siervas".
De amor y ayuda a sus padres, de estudiar y hacer deberes en la
"parada"; hasta de hacerse un hueco para un partido de "bolitas",
Otros tiempos... otras gentes... otros pibes.
Inmortales de un Buenos Aires que los hizo estatua, a través
de Florencio Sanchez, su inigualable mentor.
PRENSA, NACION y ARGENTINA, gritan los pibes, de esquina a esquina.
TALAN, TALAN, TALAN, pasó el tranvia por Tucumán.

 

Milenio y Milenia

¡Siglo veinte, cambalache!
dijo el gran Discepolín;
se raja en monopatín
con brillante azabache.
Me piantaste muchas cosas,
hasta los seres queridos,
barajas malas, olvidos,
barajas buenas, mimosas.
Rajada del siglo 20
mi pañuelo te saluda,
me pongo macho de ruda
por lo que dejé pendiente.
Nunca fui un insolente;
porteño, noble, cristiano,
hasta regalé mis manos
y mi sangre dulcemente.
Revoltijo, despelote,
por decir que el Milenio
no comienza en el 2000
sino en el primer palote.
Se rechiflan los marotes,
disloque de maquinitas,
computadoras loquitas,
gran montaña de cascotes.
Empilche de trompa nuevo,
llamativo, trascendente,
poderoso, omnipotente,
sin la cáscara del huevo.
¿Qué traerá el Centenario
de lindo, de novedoso?
Tal vez el primer mocoso
q´en la Luna, venda diarios.
Pilchas con perfume a rosas,
laburar sólo una hora,
todo el día sea aurora
en el techo habiten Diosas.
Apilar guita en rincones,
jubilado cobra toco,
es ley decir un piropo,
las minas no son varones.
En los OVNI, bodegones;
casa quinta en arrabal,
polleritas de metal,
ventanita en pantalones.
El tango copa el planeta,
Gardel toca el bandoneón,
Malena el escobillón,
el pelado usa peineta.
Que no falte nunca el pan,
que se unan los mortales,
que vivan todos iguales
hijos de Eva y Adán.
Moño en paquete gentil,
a la quema lo rotoso;
de nono paso a mocoso
y brindo por el 2001.

Extraído de la revista: «El parque» a modo
de pequeño homenaje para el director
de la misma que ha fallecido
en el mes de marzo de 2001.

 

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