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Gyula Kosice

 

Entreaguas, 1967.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.
Pintura Madí A-3, 1946.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.
Cosmogonía hidrocinética, 1980.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.
Pintura Madí marco recortado,
1946.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.
Agua-grafía lumínica-movimiento, 1978.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.
Semiesfera de aluminio y verbo hidroespacial, 1978.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.

Corazón planetario. 1990.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.

Júbilo, 1989.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.
Móvil de luz. 1988.
Kosice, obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes 1991.

Kosice, Gyula (1924- ), pintor, escultor y poeta argentino, uno de los miembros fundadores del grupo artístico MADÍ. Tras estudiar dibujo y escultura en las Academias Libres, en 1944 fundó la revista Arturo y realizó la primera escultura articulada, Röyi. Dos años más tarde inauguró junto con otros artistas argentinos, entre los que se encontraban Carmelo Arden Quin y Rod Rothfus, la primera exposición de arte MADÍ y publicó el manifiesto del movimiento en el que reivindicaba su independencia con respecto al arte concreto promulgado por Theo van Doesburg. En 1946, comenzó a realizar también esculturas luminosas utilizando gas neón. En 1948 participó en la exposición de arte MADÍ organizada en el Salon des Réalités Nouvelles de París y un año más tarde comenzó a utilizar el agua en sus obras para crear las llamadas esculturas hidráulicas. Sus trabajos se encuentran expuestos en las principales galerías y museos de arte contemporáneo de Europa y Latinoamérica.
MADÍ, grupo formado en 1946 en Buenos Aires por artistas plásticos argentinos y uruguayos escindido de la Asociación Arte Concreto Invención fundada en 1945. Sus miembros principales son Gyula Kosice, Carmelo Arden Quin, Rhod Rothfuss, Martín Blaszko y Diyi Laan. Sus producciones se enmarcan dentro de una tendencia abstracta constructivista, que recoge las influencias de los movimientos de la vanguardia histórica de este signo, como el neoplasticismo de De Stijl, el suprematismo, el constructivismo ruso y el dadá, pero sobre todo, de la abstracción constructivista del escultor uruguayo Torres García. En 1946 realizaron tres exposiciones y dieron a conocer su manifiesto, firmado por Kosice, donde se preconizaba la extensión de sus principios estéticos a todos los ámbitos de la creación: artes plásticas, música, arquitectura, teatro, poesía, con un trasfondo ético y social.
Sus obras destacan por su carácter innovador y experimental, y por la prioridad que en ellas se da a la invención. Investigan y crean diversas soluciones plásticas: el marco ortogonal, el marco como obra de arte en sí, que en ocasiones aparece como único objeto plástico; la pintura de planos de color articulados o coplanales, por ejemplo Coplanal (1945), de Arden Quin; la escultura con movimiento de rotación y articulación, por ejemplo Röyi, de Kosice (1944), o Escultura con movimiento rotativo (1947), de Rhod Rothfuss; esculturas hidrocinéticas, como Cosmogonía hidrocinética (1980), de Kosice; incorporación de nuevos materiales a la obra, como el luminoso de neón, metacrilato o plexiglás (Kosice). En 1947 se separó del grupo Arden Quin y se trasladó a París, donde continuó su producción madista creando, junto al poeta y artista uruguayo Volf Roitman, el Centre d´Études et des Recherches MADIstes. En 1946 se celebró en Buenos Aires la I Exposición de Arte MADÍ Internacional, extendiéndose el movimiento por América Latina y Francia, y posteriormente, en las décadas de 1980 y 1990, por diversos países europeos (Italia, Francia, Bélgica, Hungría, España) y por Estados Unidos.
Manifiesto Madí
Se reconocerá por arte Madí la organización de elementos propios de cada arte en su continuo. En ello está contenida la presencia, la ordenación dinámica móvil, el desarrollo del tema propio, la ludicidad y pluralidad como valores absolutos, quedando por lo tanto abolida toda injerencia de los fenómenos de expresión, representación y significación.
El dibujo Madí es una disposición de puntos y líneas sobre una superficie.
La pintura Madí, color y bidimensionalidad. Macro recortado e irregular, superficie plana y superficie curva o cóncava. Planos articulados, con movimiento lineal, rotativo y de traslación.
La escultura Madí, tridimensionalidad, no color. Forma total y sólidos con ámbito, con movimiento de articulación, rotación, traslación etc.
La arquitectura Madí, ambiente y formas móviles, desplazables.
La música Madí, inscripción de sonidos en la sección áurea.
La poesía Madí, proposición inventada, conceptos e imágenes no traducibles por otro medio que no sea el lenguaje. Suceder conceptual puro.
El teatro Madí, escenografía móvil, diálogo inventado.
La novela y cuento Madí, personajes y acción sin lugar ni tiempo localizados o en lugar y tiempo totalmente inventados.
La danza Madí, cuerpo y movimientos circunscriptos a un ambiente medido, sin música.
En los países que alcanzaron la etapa culminante de su desarrollo industrial, el viejo estado de cosas del realismo burgués desapareció casi totalmente, en ellos el naturalismo se bate en retirada y se defiende muy débilmente.
Es entonces, cuando la abstracción, esencialmente expresiva, romántica, ocupa su lugar. En este orden están involucradas las escuelas de arte figurativo desde el cubismo hasta el surrealismo. Tales escuelas han respondido a necesidades ideológicas de la época y sus realizaciones son aportes inestimables a la solución de los problemas planteados a la cultura de nuestros días. No obstante ello, su tiempo histórico debe darse por pasado. Por otro lado, su insistencia en el tema "exterior" a sus cualidades propias es un retroceso al servicio del naturalismo contra el verdadero espíritu constructivo que se extiende por todos los países y culturas, como es el caso del expresionismo, surrealismo, constructivismo, etc.
Con lo concreto -que, en realidad, es un gajo más joven de ese espíritu abstraccionista- se inicia el gran período del Arte No Figurativo, donde el artista, sirviéndose del elemento y su respectivo continuo, crea la obra en toda su pureza, sin hibridaciones y objetos extraídos a su esencia. Pero en "lo concreto" hubo falta de universalidad y concecuencia de organización.
Se cayó en hondas e insalvables contradicciones. Se conservaron los grandes vacíos y tabúes del arte antiguo, como ser en la pintura, escultura, poesía, etc., respectivamente la superposición, marco rectangular, atematismo plástico; lo estático, la interferencia entre volumen y ámbito; proposiciones e imágenes gnoseológicas y traducibles gráficamente. La consecuencia de ello fue que el arte concreto no pudo oponerse seriamente, por intermedio de una teoría orgánica y práctica disciplinaria, a los movimientos intuicionistas, que, como el surrealismo, han ganado para sí todo el universo. De ahí el triunfo a pesar de todas las condiciones en contrario, de los impulsos instintivos contra la reflexión, de la intuición contra la conciencia; de la revelación del subconciente contra el análisis frío, el estudio y la detención rigurosa del creador ante las leyes del objeto a construir; del simbolismo, de lo hermético, de la magia contra la realidad; de la metafísica contra la experiencia. En cuanto a la teoría y conocimiento del arte, campea en ellos la descripción subjetiva, idealista, reaccionaria.
Resumiendo, el arte antes de Madí: Un historicismo escolástico, idealista. Una concepción irracional. Una técnica académica. Una composición unilateral, estática, falsa. Una obra carente de verdadera esencialidad. Una conciencia paralizada por sus contradicciones sin solución; impermeabilizada a la renovación permanente de la técnica y del estilo. Contra todo ello se alza Madí, confirmando el deseo fijo, absorbente del hombre de inventar y construir objetos dentro de los valores absolutos de lo eterno, junto a la humanidad en su lucha por la construcción de una nueva sociedad sin clases, que libere la energía y domine el espacio y el tiempo en todos sus sentidos y la materia hasta sus últimas consecuencias. Sin descripciones fundamentales referentes a la totalidad de la organización no es posible construir el objeto ni hacerlo penetrar en el orden constante de la creación. Es así como el concepto de invención queda definido en el campo de la técnica y el de creación como una esencia definida totalmente.
Para el madismo, la invención es un "método" interno, superable, y la creación una totalidad incambiable. Madí, por lo tanto, Inventa y Crea.

Extraído de "Kosice" Obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires, Argentina. Abril/Mayo 1991.

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