Kosice, Gyula (1924- ), pintor, escultor
y poeta argentino, uno de los miembros fundadores del grupo artístico
MADÍ. Tras estudiar dibujo y escultura en las Academias Libres,
en 1944 fundó la revista Arturo y realizó la primera escultura
articulada, Röyi. Dos años más tarde inauguró
junto con otros artistas argentinos, entre los que se encontraban Carmelo
Arden Quin y Rod Rothfus, la primera exposición de arte MADÍ
y publicó el manifiesto del movimiento en el que reivindicaba
su independencia con respecto al arte concreto promulgado por Theo van
Doesburg. En 1946, comenzó a realizar también esculturas
luminosas utilizando gas neón. En 1948 participó en la
exposición de arte MADÍ organizada en el Salon des Réalités
Nouvelles de París y un año más tarde comenzó
a utilizar el agua en sus obras para crear las llamadas esculturas hidráulicas.
Sus trabajos se encuentran expuestos en las principales galerías
y museos de arte contemporáneo de Europa y Latinoamérica.
MADÍ, grupo formado en 1946 en Buenos Aires por artistas plásticos
argentinos y uruguayos escindido de la Asociación Arte Concreto
Invención fundada en 1945. Sus miembros principales son Gyula
Kosice, Carmelo Arden Quin, Rhod Rothfuss, Martín Blaszko y Diyi
Laan. Sus producciones se enmarcan dentro de una tendencia abstracta
constructivista, que recoge las influencias de los movimientos de la
vanguardia histórica de este signo, como el neoplasticismo de
De Stijl, el suprematismo, el constructivismo ruso y el dadá,
pero sobre todo, de la abstracción constructivista del escultor
uruguayo Torres García. En 1946 realizaron tres exposiciones
y dieron a conocer su manifiesto, firmado por Kosice, donde se preconizaba
la extensión de sus principios estéticos a todos los ámbitos
de la creación: artes plásticas, música, arquitectura,
teatro, poesía, con un trasfondo ético y social.
Sus obras destacan por su carácter innovador y experimental,
y por la prioridad que en ellas se da a la invención. Investigan
y crean diversas soluciones plásticas: el marco ortogonal, el
marco como obra de arte en sí, que en ocasiones aparece como
único objeto plástico; la pintura de planos de color articulados
o coplanales, por ejemplo Coplanal (1945), de Arden Quin; la escultura
con movimiento de rotación y articulación, por ejemplo
Röyi, de Kosice (1944), o Escultura con movimiento rotativo (1947),
de Rhod Rothfuss; esculturas hidrocinéticas, como Cosmogonía
hidrocinética (1980), de Kosice; incorporación de nuevos
materiales a la obra, como el luminoso de neón, metacrilato o
plexiglás (Kosice). En 1947 se separó del grupo Arden
Quin y se trasladó a París, donde continuó su producción
madista creando, junto al poeta y artista uruguayo Volf Roitman, el
Centre d´Études et des Recherches MADIstes. En 1946 se
celebró en Buenos Aires la I Exposición de Arte MADÍ
Internacional, extendiéndose el movimiento por América
Latina y Francia, y posteriormente, en las décadas de 1980 y
1990, por diversos países europeos (Italia, Francia, Bélgica,
Hungría, España) y por Estados Unidos.
Manifiesto Madí
Se reconocerá por arte Madí la organización de
elementos propios de cada arte en su continuo. En ello está contenida
la presencia, la ordenación dinámica móvil, el
desarrollo del tema propio, la ludicidad y pluralidad como valores absolutos,
quedando por lo tanto abolida toda injerencia de los fenómenos
de expresión, representación y significación.
El dibujo Madí es una disposición de puntos y líneas
sobre una superficie.
La pintura Madí, color y bidimensionalidad. Macro recortado e
irregular, superficie plana y superficie curva o cóncava. Planos
articulados, con movimiento lineal, rotativo y de traslación.
La escultura Madí, tridimensionalidad, no color. Forma total
y sólidos con ámbito, con movimiento de articulación,
rotación, traslación etc.
La arquitectura Madí, ambiente y formas móviles, desplazables.
La música Madí, inscripción de sonidos en la sección
áurea.
La poesía Madí, proposición inventada, conceptos
e imágenes no traducibles por otro medio que no sea el lenguaje.
Suceder conceptual puro.
El teatro Madí, escenografía móvil, diálogo
inventado.
La novela y cuento Madí, personajes y acción sin lugar
ni tiempo localizados o en lugar y tiempo totalmente inventados.
La danza Madí, cuerpo y movimientos circunscriptos a un ambiente
medido, sin música.
En los países que alcanzaron la etapa culminante de su desarrollo
industrial, el viejo estado de cosas del realismo burgués desapareció
casi totalmente, en ellos el naturalismo se bate en retirada y se defiende
muy débilmente.
Es entonces, cuando la abstracción, esencialmente expresiva,
romántica, ocupa su lugar. En este orden están involucradas
las escuelas de arte figurativo desde el cubismo hasta el surrealismo.
Tales escuelas han respondido a necesidades ideológicas de la
época y sus realizaciones son aportes inestimables a la solución
de los problemas planteados a la cultura de nuestros días. No
obstante ello, su tiempo histórico debe darse por pasado. Por
otro lado, su insistencia en el tema "exterior" a sus cualidades
propias es un retroceso al servicio del naturalismo contra el verdadero
espíritu constructivo que se extiende por todos los países
y culturas, como es el caso del expresionismo, surrealismo, constructivismo,
etc.
Con lo concreto -que, en realidad, es un gajo más joven de ese
espíritu abstraccionista- se inicia el gran período del
Arte No Figurativo, donde el artista, sirviéndose del elemento
y su respectivo continuo, crea la obra en toda su pureza, sin hibridaciones
y objetos extraídos a su esencia. Pero en "lo concreto"
hubo falta de universalidad y concecuencia de organización.
Se cayó en hondas e insalvables contradicciones. Se conservaron
los grandes vacíos y tabúes del arte antiguo, como ser
en la pintura, escultura, poesía, etc., respectivamente la superposición,
marco rectangular, atematismo plástico; lo estático, la
interferencia entre volumen y ámbito; proposiciones e imágenes
gnoseológicas y traducibles gráficamente. La consecuencia
de ello fue que el arte concreto no pudo oponerse seriamente, por intermedio
de una teoría orgánica y práctica disciplinaria,
a los movimientos intuicionistas, que, como el surrealismo, han ganado
para sí todo el universo. De ahí el triunfo a pesar de
todas las condiciones en contrario, de los impulsos instintivos contra
la reflexión, de la intuición contra la conciencia; de
la revelación del subconciente contra el análisis frío,
el estudio y la detención rigurosa del creador ante las leyes
del objeto a construir; del simbolismo, de lo hermético, de la
magia contra la realidad; de la metafísica contra la experiencia.
En cuanto a la teoría y conocimiento del arte, campea en ellos
la descripción subjetiva, idealista, reaccionaria.
Resumiendo, el arte antes de Madí: Un historicismo escolástico,
idealista. Una concepción irracional. Una técnica académica.
Una composición unilateral, estática, falsa. Una obra
carente de verdadera esencialidad. Una conciencia paralizada por sus
contradicciones sin solución; impermeabilizada a la renovación
permanente de la técnica y del estilo. Contra todo ello se alza
Madí, confirmando el deseo fijo, absorbente del hombre de inventar
y construir objetos dentro de los valores absolutos de lo eterno, junto
a la humanidad en su lucha por la construcción de una nueva sociedad
sin clases, que libere la energía y domine el espacio y el tiempo
en todos sus sentidos y la materia hasta sus últimas consecuencias.
Sin descripciones fundamentales referentes a la totalidad de la organización
no es posible construir el objeto ni hacerlo penetrar en el orden constante
de la creación. Es así como el concepto de invención
queda definido en el campo de la técnica y el de creación
como una esencia definida totalmente.
Para el madismo, la invención es un "método"
interno, superable, y la creación una totalidad incambiable.
Madí, por lo tanto, Inventa y Crea.
Extraído de "Kosice"
Obras 1944/1990.
Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires, Argentina. Abril/Mayo
1991.