
Introducción:
Verdaderas maravillas de la naturaleza los faisanes encantan por la belleza de
sus colas y apariencia en general.
Los faisanes originarios de Asia, especialmente de Borneo, Sumatra, Himalaya,
sur y oeste de China y montes de Formosa (Taiwán), fueron considerados en
muchas culturas antiguas y aún hoy como el plato de los reyes.
Fueron introducidos a partir del siglo XI por los romanos a Italia y luego a
todo el viejo continente adaptándose así a una diversidad de ambientes y
climas adquiriendo gran rusticidad.
Mientras que en América llegó a Estados Unidos el faisán de collar chino o
torquato (Phasianus torquatus) cerca de 1881, en nuestro país también se
difundió la cría en cautiverio de esta especie generalmente asociados a los
zoológicos y en criaderos en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y La
Pampa principalmente.
Una de las características de los faisanes es su marcado dimorfismo sexual, la
hembra es más pequeña que el macho y de coloración poco llamativa. Se
encuentran muy bien adaptados a diferente climas desde los duros inviernos
europeos hasta los climas cálidos del Brasil, presentando una gran rusticidad.
Son polígamos un macho y tres o cuatro hembras, no son agresivos con el hombre,
pero en el momento de apareamiento se producen peleas entre los machos
defendiendo el harén y el territorio.
Cría en cautiverio del Faisán de Collar
Instalaciones
Los recintos donde se alojan los reproductores pueden ser construidos utilizando
distintos tipos de materiales, que sean de fácil construcción, económicas y
fundamentalmente seguras para los faisanes.
La disposición de las mismas debe tener una orientación para aprovechar la
mayor luminosidad y tener resguardo con respecto a la dirección de los vientos
y lluvias más frecuentes para cada región. Para el nordeste la dirección de
las jaulas es la de norte - sur o sudeste - noroeste.
El lugar de elección debe ser un terreno alto de fácil drenaje y seco,
provisto de árboles que propicien una buena sombra a los animales. Las jaulas
pueden ser techadas en su totalidad o en parte, pero se debe disponer de una
zona cubierta para que los animales puedan protegerse del sol en las horas de
mayor intensidad y de la lluvia. Además deben tener tejido no mayor de 1,5
pulgadas incluyendo el techo para que no se escapen o ingresen predadores al
recinto.
La relación de machos y hembras es de uno cada tres o cinco que serán
colocados en corrales separados, formando los grupos antes del inicio de la
temporada reproductiva.
Es necesario observar el trabajo de "pisada" del macho sobre las
hembras y si no las lastima demasiado, en cuyo caso debemos separarla y
colocarla en otra jaula, sola. El espacio que necesitan es de uno a dos m2 por
ave en etapa de reproducción.
Alimentación
Los alimentos deben tener en su composición, hidratos de carbono, aminoácidos,
minerales y vitaminas y el agua de bebida debe ser de calidad y cantidad
necesarios para poder obtener máximos rendimientos productivos.
Estas exigencias varían según el sexo, edad y etapa del ciclo productivo en
que se encuentren. Los faisanes son granívoros e insectívoros pudiendo
alimentarse de toda clase granos, hojas, brotes, bayas, insectos y larvas.
El alimento balanceado comercial para gallinas y pavos constituye una
posibilidad para poder alimentar a los faisanes en las distintas etapas del
ciclo productivo.
Postura
La postura se produce en solo período del año en general es de comienzo de
primavera hasta mediados de verano.
Los huevos deben ser recogidos dos o tres veces por día, para que no queden
expuestos al sol y evitar la rotura por parte de los reproductores, luego deben
ser almacenados en bandejas o mapleteras de cartón o de plástico en un lugar
fresco y seguro a una temperatura de 13 a 18 ºC y 70 a 90 % de humedad
relativa.
Los huevos rotos o cascados o que presenten otras deformaciones no deben ser
incubados, y aquellos que estén muy sucios hay que descartarlos para no
propagar enfermedades en la incubadora. Los huevos de faisán tienen cáscara
con superficie sin rugosidades, de color uniforme variable entre el marrón al
verde grisáceo, con peso de promedio de 33 gramos y las medidas de 36 mm de
ancho y 46 mm de largo con índice de forma de 78,2.
Incubación
La incubación de los huevos debe comenzar antes que tengan 10 días de haber
sido puestos por la faisana ya que la fertilidad comienza a decaer a medida que
pasan más días.
Se puede realizar la ovoscopía luego de 7 días de incubados, mediante una lámpara
de prueba u ovoscopio para descartar los huevos no fértiles, que se lo puede
construir con una caja con foco en su interior de 150 a 200 wats y del lado
posterior un orificio que permita que el huevo quede parado, a manera de
interponerse entre el ojo del observador y la fuente de luz.
El manejo de los huevos debe optimizar el funcionamiento del criadero y
disminuir las pérdidas una vez almacenados, y al 7mo día se cargara la
incubadora con todos los huevos hasta esa fecha, de esa manera obtendremos
nacimientos estacionados cada 7 días. La incubación puede ser natural a través
de gallinas o artificial, la faisana madre no incuba en forma natural, cuando se
obtienen una buena producción de huevos se recomienda acceder a la incubación
artificial.
Los huevos de faisán tardan en promedio 24 días en nacer y requieren una
temperatura de 37,5 - 38,5 ºC con una humedad relativa entre 60 - 70 %. La
circulación del aire dentro de la incubadora es importante ya que la cáscara
presenta numerosos poros que permiten el intercambio gaseoso del embrión, a
medida que se desarrolla, consume oxigeno y libera dióxido de carbono.
Durante el almacenamiento y la incubación los huevos deben ser volteados dos a
tres veces al día, para mantener el desarrollo del embrión en el centro del
mismo. 48 a 24 horas antes del nacimiento no hay que voltearlos más y pasarlos
a una nacedora si la tuviese la incubadora. Verdaderas maravillas de la
naturaleza los faisanes encantan por la belleza de sus colas y apariencia en
general.
Cría
La cría propiamente dicha se divide en
tres etapas para su mejor manejo de acuerdo a sus requerimientos de espacio,
luz, temperatura y alimentación las cuales son cría, recría y terminación o
ultima etapa respectivamente.
La cría que abarca desde el nacimiento hasta el mes de vida aproximadamente,
constituye una etapa critica en el desarrollo de los animales, ya que no regulan
bien su temperatura corporal y deben aprender a comer.
Deben ser alojados en recintos protegidos con fuente de calor y bien
desinfectados. Una vez nacidos deben permanecer en la incubadora o en la
nacedora durante 24 a 48 horas sin comida ni agua, en este periodo se secan y
ellos se alimentan de la yema del huevo.
Luego son trasladados a sus recintos donde se les aporta alimento y agua, el
alimento debe tener una textura como harina para que puedan levantarlo con
facilidad y el agua debe ser cambiada dos veces por día y poseer un recipiente
donde no puedan ingresar los faisancitos para evitar muertes por ahogo.
Se calcula para esta etapa una superficie de 1 m2 por cada 35 a 40 aves, y se
debe mantener una temperatura ambiente entre 30 y 35 ºC disminuyendo 3 ºC por
semana.
Los primeros 5 a 15 días, con la asistencia de un foco de 75 wats que en esta
etapa debe estar todo el día prendido, obteniéndose dos objetivos como fuente
de calor y fuente luz para que puedan buscar el alimento y la bebida.
El alimento además de ser colocado en los comederos se lo distribuye de manera
uniforme en el piso para facilitar que lo consuman. En esta etapa son muy
delicados en el aspecto sanitario y es de esperar una mortandad que puede ir del
5 al 10 %.
Recría
Esta etapa va hasta los 60 a 80 días
de vida donde se le asignará un espacio de 3 a 4 aves por m2, estas jaulas
deben ser protegidas de las inclemencias climáticas y seguras de los
depredadores y de fugas.
Dentro de la jaula se le coloca un refugio que es una caja de cartón invertida
con un foco adentro para ofrecer calor y que los propios animales regulen su
temperatura saliendo y entrando de la misma.
En este periodo se puede dar el "picaje" lo que puede constituir
serias perdidas por la mortandad o demorar el crecimiento de los animales. El
picaje se da normalmente por factores de estrés principalmente que pueden estar
dados por la falta de espacio, falta de calor, comida insuficiente en calidad y
en cantidad o por otros factores que son muy importantes determinarlos con
tiempo para poder corregirlos con un manejo adecuado.
En esta etapa hay que mantener la uniformidad del lote ya que es otra causa de
peleas y "picaje", separando los más grandes de los más chicos. Una
vez que se pueda empezar a realizar el sexado ya se los pude separar entre
machos y hembras.
Terminación
Una vez superados los tres meses de
vida los requerimientos de espacio deben ser considerados como adultos y debe
ser destinado como mínimo de uno a dos m2 por ave, cuanto más espacio
dispongan mejor será el aspecto y su estado corporal. En este momento se
seleccionaran los animales destinados a ser los reproductores en el siguiente año,
para lo cual se pueden anillar los animales conociendo el origen. El criterio de
selección debe ser consecuente con el objetivo que adopte el criadero para lo
cual tenemos los siguientes parámetros: tamaño, color de las plumas,
precocidad, mansedumbre, peso, etc.
Se deberá evitar reproducir aquellos animales agresivos, comedores de huevos, o
con defectos de patas, picos o plumas, ya que estos caracteres son hereditarios
y no son deseables dentro del criadero.
El peso de faena se alcanza a las 20 semanas donde se pueden obtener un ejemplar
de 1,5 Kg.
Sanidad
Para determinar el aspecto sanitario
debe ser tomado al criadero como una población donde las medidas de prevención
y la disminución de los factores que predisponen a la aparición de las
enfermedades es la herramienta de trabajo de mayor importancia. La interacción
de un manejo adecuado, superficie por ave según su edad, requerimientos en
calidad y cantidad de alimento y bebida, exposición a las inclemencias climáticas,
uniformidad en los lotes, desinfección de los insumos utilizados, bebederos y
comederos, incubadoras, sala de incubación, y el ingreso de animales de otros
establecimientos, pueden ser algunos de los factores a tener en cuenta a la hora
de la prevención de las enfermedades en una población.
Los faisanes en general son muy rústicos cuando se les ofrece un manejo
adecuado, no obstante se pueden prevenir de las enfermedades infecciosas y
efectuar tratamientos a través de la utilización de vacunas y productos
utilizados comúnmente en avicultura.
Siempre que se presenten inconvenientes recurrir a la asistencia de un médico
veterinario para medicar cuando sea necesario y también tener la identificación
de los agentes patógenos que estén actuando en el criadero mediante la toma de
muestras y el posterior análisis coprológico.
Mercado
El destino de la carne en el mercado
interno está dirigido a los restaurantes y hoteles de alta cocina, casas de
comida, supermercados, carnicerías especializadas y en forma particular. También
está el atrayente mercado externo ávido de consumir productos de alta calidad,
pero determinado por la cantidad y continuidad en la producción que se necesita
para obtener grandes volúmenes que actualmente no se pueden cubrir.
Para cotos de caza, siempre la caza tiene sus detractores y sus defensores, pero
es imposible negar que es una actividad que acompaña a la historia del hombre y
que es un recurso que genera un importante ingreso de divisas.
Muchos productores han intentado diversificar la promoción de turismo aventura,
la caza y la pesca. También hay una demanda de plumas para la confección de
trajes utilizados en las comparsas de carnaval (Entre Ríos y Corrientes), así
como para trabajos de artesanías.
La venta de animales para ornamento es otra alternativa válida, en países como
Brasil, y Paraguay son cada vez mas los hoteles que incluyen en su diseño de
construcción jardines con faisanes y pavos reales sueltos para la admiración y
deleite de los huéspedes.
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