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José Petrosino

El Atentado a la Embajada de Israel

El dolor y la mentira

Desafortunado el artículo publicado en Nueva Sión (ver vínculo al pie) del Sr. Susevich, padre de una de las víctimas del atentado a la Embajada de Israel, en aparente representación de otros "familiares" del luctuoso hecho y a propósito de la conmemoración de su aniversario la semana que viene..

El inconsolable dolor de padre, el cual es merecedor de las mayores comprensiones y acompañamientos, no puede justificar sin embargo gruesas distorsiones de la realidad y una falta de imparcialidad prejuiciosa y facciosa que justamente contribuyen a alejar más las posibilidades de esclarecimiento.

El Sr. Susevich, se ha ensañado en particular con la dos pericias confeccionadas por los ingenieros estructuralistas Puppo, Danesi y Bignoli designados en 1995 por la Academia Nacional de Ingeniería por solicitud expresa de la Corte Suprema, para determinar científicamente el epicentro de la explosión, aspecto crucial e inicial de la investigación, hasta ahi controvertido.

El Sr. Susevich llama a los ingenieros "pseudos peritos". Esto es un exabrupto, ellos eran los más connotados estructuralistas del país a la época (por eso los eligió la Academia Nacional de Ingeniería) y las dos pericias fueron confeccionadas utilizando la mejor y más actualizada tecnología disponible.

Los resultados de las pericias fueron entregados a la Corte en 1996, coincidiendo ambas en que el epicentro de la explosión había sido interior, con lo que la Corte dio por zanjada la controversia e intentó orientar la pesquisa en función de esa determinación.

A esto se opuso tenazmente el gobierno de Israel con argumentos similares a los del Sr. Susevich ahora, presionando desembozadamene a la Corte para que abandonara la instrucción en manos de un único juez que su embajador (Aviran) pretendía que fuera Galeano!!!.

Antes estas presiones ostensibles y alevosas, la Corte dispuso que se realizara una Audiencia Pública de Compatibilización de Pericias que zanjara definitivamente la controversia, en donde todos los peritos que habían opinado sobre el tema tuvieran la oportunidad de exponer sus propios argumentos y rebatir los de los otros. La tal crucial audiencia ser realizó el 14/5/92, pero nuevas presiones del gobierno de Israel, hicieron que esta en lugar de pública fuese secreta, manteniéndose sus resultados ocultos a la población hasta ahora.

Pero filtraciones de las actas de las 12 horas de debate, no descalificadas nunca, han permitido conocer sus pormenores. Los peritos israelíes y norteamericanos expresamente invitados no se presentaron, y los ingenieros peritos de la Academia de Ingeniería, además de explícitar minuciosamente sus pericias, demolieron los argumentos del Comandante de Gendarmería Laborda y el Comisario Bombero López que sostenían la explosión exterior y demostraron que el hoyo que se pretendía hacer pasar por el "cráter" de la explosión no existía hasta varios días después de la voladura.

Esta Audiencia fue, sugestivamente, el fin de la investigación. Poco después la instrucción fue delegada en una "Secretaría Especial" que la acomodó estrictamente a los "criterios" del gobierno de Israel, y en 1999, ignorando los resultados de la Audiencia Especial, la Corte dio por cierta en sendas acordadas la explosión exterior asumiendo que se había empleado un coche-bomba y acusó con indicios lábiles y/o falsos a la agrupación político militar libanesa Hezbollah, pidiendo la captura internacional de un presunto miembro de esta, Imad Moughniyah.

Como era de esperar a partir de ahí (hace 6 años largos) la causa entró en una vía muerta total.

De estas reveladoras alternativas el Sr. Susevich parece no haber registrado nada.

Pero si se pregunta ahora: "...quienes son los siniestros integrantes de la época del gobierno menemista que se confabularon y procuraron, por todos los medios, dificultar las tareas de investigación certera y concreta que permitiera llegar a la verdad...".

Estos siniestros personajes tienen nombre conocido, se llaman Corach, Beraja y Aviran, ellos fueron los que controlaron estrechamente la marcha de la causa y provocaron el congelamiento total de esta de más de 6 años.

La explosión interior por lo tanto, no es "...un argumento utilizado para desligar la responsabilidad del Estado argentino..." como temerariamente sostiene el Sr. Susevich, sino que es fácil probar que por el contrario fue lo que realmente ocurrió, y ha sido, justamente el ocultamiento de esa verdad incómoda lo que ha esterilizado cualquier intento de investigación en serio.

Las "... decisiones políticas que permitan investigar a fondo y seriamente ...", que el Sr. Susevich reclama (para mi hipócritamente) de los funcionarios del actual gobierno, son muy simples y de muy fácil implementación, consisten primero de todo, en exhumar del mismo expediente la Audiencia Especial de Compatibilización de Pericias y re-iniciar la investigación a partir de lo probado en ésta: la explosión interior.

El Sr. Susevich dice que busca "justicia". Pero la justicia es de naturaleza divina. Los humanos debemos contentarnos con la aplicación de la imperfecta Ley y resignarnos a que una investigación penal puede no arribar a la verdad total o pueda tener demoras en hacerlo. Pero de ninguna manera deberíamos permitir que las imperfecciones intrínsecas del sistema jurídico se utilicen para instalar la mentira más escandalosa, como lo es en este caso específico un coche-bomba que jamás pudo existir.

Fuente
Correo Electrónico
Ref. http://www.nuevasion.com.ar/sitio/nuevasion/MostrarNoticia.asp?edicion=54&seccion=22&noticia=2969

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