Los hechos se precipitan a la velocidad de la luz y no alcanza todo el tiempo del mundo para analizarlos debidamente y aportar algo de información que pueda –o no– revelar algunos misterios que se dan por revelados.
Siempre, más de 150 conflictos se encuentran prontos a dar a luz, los cuales, debidamente promocionados, pueden llenar, como el fútbol, los grandes ratos de ocio de una multitud calculada en 40 millones de almas. Atrás ha quedado la lucha contra el FMI, la destitución del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Cromagnón, supermercadistas, consignatarios y productores de hacienda y tantos otros que, en su momento, acapararon la atención con mayúsculas de la ciudadanía. Es imposible, nos dice un lector, prestar atención a tantos acontecimientos a la vez. Coincidimos. Pero hay que recordar que esto es Argentina: tómelo, déjelo o, como la mayoría silenciosa, séale indiferente.
Inexplicablemente el Gobierno nacional reprimió la protesta de los trabajadores de subterráneos que apenas si habían inmovilizado a casi un millón de personas. No se entiende el porqué del asunto debido a que la voz presidencial y las del séquito ministerial que la acompañan, manifestaron en más de una oportunidad que las protestas sociales iban a permitirse. El caso presenta una injusticia manifiesta debido a que si encapuchados con garrotes pueden “manifestarse” todos los días por las calles de esta ciudad y agredir violentamente a quienes se les antoje, no se ve con claridad cómo otros, a cara descubierta, se ven impedidos de pararse sobre la vías del subterráneo. Es un intríngulis. Tanto como operativo policial que impidió que trabajadores del Mercado de Hacienda se trasladaran en sus caballos hasta la Plaza de Mayo para entregar en la Casa Rosada un petitorio que contenía propuestas para solucionar el normal abastecimiento de carne. A unos sí y a otros no.
También los desocupados de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), pertenecientes a organizaciones tales como PO, PST, PTS, PTR, DDT, pero que de obreros y trabajadores nada tienen (y mucho menos de estudiantes), manifestaron e impidieron que sea elegido el rector de la Universidad de Buenos Aires. Y las mismas organizaciones juveniles, con apoyo de otras de similar rango militante pero algo más maduras en edad, y bastantes pasadas en cuanto a ideología, hicieron público su desagrado porque el posible próximo rector podría ser alguien que se desempeñó como juez comercial durante el último gobierno militar. Son las mismas entidades que apoyaron a raja tabla la propuesta presidencial de Raúl Zaffaroni como juez de la Corte Suprema de Justicia, a pesar de que éste juró en su momento la aceptación del cargo sobre los estatutos del Proceso de Reorganización Nacional.
Mientras tanto, con la venia del gobierno nacional y entrerriano, los piqueteros continúan con los cortes de puentes internacionales que unen Argentina y Uruguay, acentuando un conflicto que está creando serios problemas económicos y políticos y que puede desbordarse hacia lo regional. Por supuesto que el ministro Aníbal Fernández negará que hay piqueteros operando en el territorio nacional; que nunca avaló los cortes ("Quién le puede decir a la gente de Entre Ríos que no corte, cuando tiene la preocupación, luego que las partes pusieron todo para que se destrabe la situación y aparece una propuesta destemplada con la original". 5/04/2006), que no existe inseguridad en esta ciudad o que la inflación está controlada. Acostumbrado a tratar con toda clase de punteros políticos es decir, con gente que uno no se animaría a sentar en su mesa, el ministro cree que puede decir cualquier cosa en el convencimiento que los demás aceptarán a rajatabla sus órdenes. Puede fallar.
Como lo vemos, el corte de rutas desembocará en un conflicto armado entre Argentina y Uruguay. Los bomberos de Fray Bentos harán retroceder a las fuerzas desarmadas argentinas y tomarán Gualeguaychú. En ese momento, activistas de Greenpeace S.A., disfrazados de árboles, le harán entrega a Néstor Kirchner, que se encuentra descansando en El Calafate, una propuesta de mediación a cargo de la iglesia anglicana que lógicamente no será aceptará. Como contrapartida, Kirchner invitará telefónicamente a Castro, Lula, Bachelet, Morales, Chávez, Hebe de Bonafini, Raúl Castells, Enzo Fanchescoli y Víctor Hugo Morales a integrar una comisión arbitral que se expida sobre el tema en el término de 30 días y cuyo veredicto será inapelable por las partes en disputa. El fallo determinará que Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe y toda la provincia de Buenos Aires (menos Pilar y Pinamar) pasarán a ser territorio uruguayo y que Argentina deberá pagar una indemnización de 3.000 millones de dólares a la empresa Botnia por lucro cesante.
14/04/2006
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