Jorge Eduardo RulliPOLÍTICAS Y DISCURSOS |
Días pasados conversé con un funcionario relativamente importante sobre la actualidad política y su versión del supuesto enfrentamiento con la Patria Ganadera me dejó bastante sorprendido. Lo que se estaría decidiendo en esta pulseada del Gobierno sería según él, sencillamente el futuro modelo de país. Nada menos. Se trata de definir si exportamos el 80% de la carne y dejamos el 20% para el mercado interno como ahora, o invertimos los términos para privilegiar a la gente y abandonar el modelo que nos impuso el colonialismo de la oligarquía vacuna. Quienes hayan escuchado sólo un par de programas de Horizonte Sur se darán cuenta inmediatamente de la extraordinaria inocencia del planteo que, entre otras cosas, se permite ignorar absolutamente las relaciones de fuerza y los modelos imperantes, a la vez que pareciera mirar a la Argentina con los ojos de los años cuarenta. En verdad, la oligarquía vacuna no existe más desde los años noventa, quedarán en todo caso solo algunos fantasmones exaltados que seguramente también hacen soja y probablemente turismo rural en sus estancias y que no viven en sus campos. Por otra parte, los pocos ganaderos que quedan no solo son sojeros, sino que en forma absolutamente irracional terminan a sus ganados en corrales de engorde, donde se los alimenta y engorda con maíces y con sojas transgénicas. Pero este funcionario no es el único que a fuerza de habituales dislates vulgariza la política, la convierte en una cháchara vacía de pasiones y carente de comprensión de los conceptos, situación extendida y en buena medida consecuencia de un hábito que se ha instalado de no hablar de política en la política sino apenas de emitir opiniones parciales, verdades aparentes o meras especulaciones de una medianía irreparable, siempre vinculadas con el ejercicio del poder o del consumo. Resulta tan difícil, me pregunto, comprender que la construcción de nuevos barrios en el Gran Buenos Aires donde ya no solo no hay seguridad sino que ni siquiera hay cloacas, agua, escuelas, hospitales, medios de locomoción o lugares de empleo, no es más que un disparate y una forma de malgastar recursos? O alguien tiene dudas de que la gran tarea del sentido común en este país, sería la de descentralizar la megalópolis en una operatoria concertada del gobierno y del pueblo en su conjunto, y llevar millones de argentinos a repoblar el campo en condiciones mejores de calidad de vida que las que tienen ahora en las zonas de indigencia?. Otro interrogante: podemos acaso continuar la pelea contra las grandes empresas de pasta de papel y por la vida del Río Uruguay con el país vecino y hermano, teniendo a un secretario de ambiente como Savino, cuya única experiencia son las empresas que trafican con el entierro de basura urbana y cuya única práctica es la de guardar silencio y cultivar el anonimato? Aún más todavía, cómo daremos esa pelea internacional que se avecina en La Haya, cuando no podemos pasar siquiera un examen elemental de preservación del medio ambiente, sencillamente porque la política, las obras de gobierno y la actividad empresarial y de explotación de los recursos, carentes de toda mirada amigable con el medio, han devenido en una sucesión de actos devastadores sobre la naturaleza? Que se elija continuar con el modelo agroexportador de los noventa ha sido una medida política, que se coloque en el Banco Central a Redrado que por años fue el máximo exponente de ese modelo resulta coherente con ello, las compras de dólares que el Central realiza mes a mes, permiten continuar con la expansión de los monocultivos y con las ganancias exorbitantes de los sojeros. Pero que la garantía última de ese modelo que sería de la certificación y del SENASA, se ponga en manos de alguien improvisado y que por empecinamiento no se escuchen las voces que alertan sobre los peligros de colapsos que acechan en los mercados internacionales, sorprende… También sorprende que se aprueben leyes de promoción a la Biotecnología y a la producción de Biodieseles como una apuesta política que refiere a políticas de Estado en absoluto alineamiento con los intereses de la Corporaciones, y que se hayan aprobado esas leyes sin un marco previo de Bioseguridad sobre la habilitación de transgénicos. Son en verdad, hechos sorprendentes que expresan el total desinterés de los legisladores por la salud de la población y los posibles riesgos de los Organismos Vivos Modificados Genéticamente sobre el medio ambiente. Pero, que sean las propias empresas las que ahora, después de diez años de las primeras habilitaciones, las que eleven al Poder Legislativo un proyecto para que la aprobación de nuevos eventos transgénicos se haga a través de una normativa que tenga estatus de Ley y no de nuevas resoluciones como hasta ahora, resulta mucho más que sorprendente y refiere a un vaciamiento mayor de la política del que a veces imaginamos… En otras épocas se podía acordar o disentir con las políticas y con los discursos porque resultaban comprensibles, guardaban su coherencia o se trataba de discursos que remitían a realidades diversas o a banderías que codificaban la realidad en forma diferente. Me temo que los discursos ahora ya no remiten a la realidad, sino que se anclan en reivindicaciones identitarias del pasado o refieren a situaciones históricas remotas como si el mundo cambiara pero algunos hubiesen decidido obstinadamente, continuar pensando igual, sin importar las circunstancias y respondiendo tan solo a la coyuntura y a la necesidad de improvisar. Cuando se dice desde cierta presunta izquierda oficialista que la expulsión de pequeños productores por los monocultivos de Soja sería algo positivo, porque hace avanzar el proceso social hacia un desenlace revolucionario… no es acaso otro gran disparate propio del reino de la No política? Y cuando se respalda desde un imaginario setentista la marcha actual hacia el socialismo… nos preguntamos: de qué están hablando estos enajenados? Se quedaron tan fuertemente en el pasado que no pueden ver a su alrededor cómo crece sin pausa el abismo entre los que tienen mucho y los que carecen de todo, hasta de lo más elemental: un lugar en el mundo? Que se intente recrear desde el Luna Park un Movimiento Evita que remeda al peronismo setentista pero lo trastoca de entrada nomás con una Evita diseñada para que se asemeje a estudiante de filosofía y con un Perón notoriamente ausente… más que un intento de falsificar la historia, se nos aparece como otro dislate más en el reino de la No Política. Y acaso no lo es también la presunta dirigencia universitaria en manos de tres partidos notorios de la paleo izquierda y con mandatos largamente vencidos. Que insisten en que son la representación del estudiantado universitario en la Argentina y que en el reino de la NO política, desfilan abiertamente con sus banderas partidarias y negocian los cargos de manera semejante al Senado de los radicales… En el caso del MERCOSUR y de la tendencia a reconstruir la unidad primigenia entre nuestros países, el imaginar una unión sobre el hecho material de un gasoducto trazado con tiralíneas no parece tener mucho sentido. Si acaso lo encontrara sería como negar toda la historia de luchas de nuestros países por rescatar la Patria Grande, una lucha que siempre estuvo plena de sentimientos y de gestos, de gestos cargados de significación, y puedo recordar como emblemático la devolución a Paraguay de los trofeos de la infame guerra de la triple Alianza. Serán estos desencuentros de la política de todos los días con la gran política que alguna vez supieron tener los Pueblos, el producto de las nuevas complejidades de la Globalización o acaso será ello propio de las vísperas de Crisis y de momentos decisivos que se avecinan no tan solo en la Argentina sino también, en el mundo, y que no podemos aun imaginar… Termina irremediablemente la era del petróleo y los pensamientos tanto de izquierda como de derecha que florecieron en este último siglo y medio hacen agua, sin embargo, muchos se aferran a ellos como si fuesen una tabla en medio del naufragio… y es comprensible que lo hagan, porque son débiles, lo que no es comprensible es que pretendan puestos de conducción… otros se obstinan en proponernos paliativos e intentan reemplazar el modelo del petróleo con el modelo de la Soja…. Es el último y mezquino negocio que han hallado para nuestro pobre país neocolonizado, la producción de forrajes y biodíseles para exportar al mundo globalizado… El grueso de la gente saturada de informaciones que no puede metabolizar, va a la deriva, aferrada al presente inmediato y tratando de sobrevivir como mejor puede. Necesitamos con urgencia Políticas con mayúsculas que nos saquen de la improvisación permanente y de la mera coyuntura, necesitamos volver a ejercitar el derecho a la planificación y a participar en la elaboración colectiva del propio porvenir, necesitamos políticas de Estado amigables con el medio ambiente, políticas que nazcan de nuestras propias necesidades y que podamos decidir como Pueblo soberano. Este es el Padrenuestro que nos debemos los argentinos cada mañana de nuestras vidas, y bastará que lo deseemos con fuerza y con algo de la pasión que pusiéramos en la política durante tanto tiempo, para que comience a hacerse realidad. 14 DE MAYO DE 2006 |
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