Roberto BardiniBush mueve un alfil en Asia |
India se ha convertido en “un pivote en el esquema de Estados Unidos para Eurasia” Los avances científicos en el terreno nuclear no están necesariamente vinculados al armamentismo y la agresión. La energía atómica tiene muchas más aplicaciones civiles que militares. Aunque todavía permanece en una fase experimental, la denominada “fisión nuclear del uranio” se utiliza con fines pacíficos para generar electricidad a un costo bastante más barato y también se extiende a la la medicina y la agricultura. Su ventaja esencial es que no requiere de combustibles fósiles y, por tanto, no arroja a la atmósfera gases tóxicos o de “efecto invernadero” como el metano y el dióxido de carbono, principales agentes del fenómeno denominado “calentamiento global”. Actualmente existen más de 40 países con recursos económicos y capacidad tecnológica para producir armas nucleares, pero ese objetivo no figura entre sus prioridades. El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), firmado en 1968 y que entró en vigor en 1970, permite sólo a cinco potencias la posesión de bombas atómicas: Estados Unidos, la Federación Rusa, el Reino Unido, Francia y China. Las cinco son, además, integrantes permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Corea del Norte e Irán –integrantes del “eje del mal” desde la perspectiva de Estados Unidos– firmaron el Tratado de No Proliferación Nuclear, aunque no lo ratificaron posteriormente, y hoy están bajo la atenta mirada de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono. En cambio, India, Pakistán e Israel –aliados de Washington– poseen armas nucleares, pero no firmaron el TNP. Ninguno de los tres está bajo la lupa de Washington. Se cree que Israel dispone de alrededor de 200 cabezas atómicas, más que China, India y Corea del Norte juntas. El problema surge cuando los avances científicos se mezclan con la política y se utilizan como herramientas de presión. George W. Bush acaba de firmar una ley que permitirá enviar combustible nuclear y tecnología atómica a la India, pese a que el país asiático no ha suscrito el TNP. Estados Unidos, a la cabeza de otros países, no suministra material nuclear a India desde que realizó sus primeras pruebas atómicas en 1947. ¿Por qué ahora surge esta excepción –que los opositores a la ley considera un “premio” inmerecido– con una nación que posee 14 centrales nucleares civiles y ocho instalaciones atómicas militares y que durante más de 30 años permaneció fuera de las convenciones mundiales sin aceptar la supervisión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)? La respuesta está en la economía y en la geopolítica. Con mil cien millones de habitantes, India es la democracia más poblada del mundo y un gigantesco mercado para las inversiones de Estados Unidos, su primer socio comercial. Ambos países acordaron duplicar el volumen de su intercambio mercantil durante los próximos tres años, hasta superar los 40 mil millones de dólares anuales. Para ello reducirán barreras comerciales arancelarias e impulsarán la inversión tanto pública como privada. Estados Unidos absorbe el 16,5 por ciento de las exportaciones indias –sobre todo joyería, productos químicos y textiles– y es el origen del 6,3 por ciento de los bienes y servicios comprados por este país asiático en el exterior. Sin embargo, los principales nuevos acuerdos se refieren al ámbito militar. India se convierte en Asia en un contrapeso de China, a la que Washington considera una “amenaza nuclear potencial” junto con Irán y Corea del Norte, y al mismo tiempo neutraliza la creciente influencia de Rusia en esa vasta región. Achin Vanaik, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Delhi, Premio Internacional de la Paz 2000 del International Peace Bureau’s Sean McBride y autor de los libros Globalization And South Asia y New Nukes: India, Pakistan and Global Nuclear Disarmament, advirtió en marzo pasado acerca de esta “alianza bilateral emergente”. Según Vanaik, “Estados Unidos busca un imperio mundial. Para construirlo, necesita un elaborado sistema de alianzas que neutralicen a los rivales o impidan su surgimiento. India se ha convertido en un pivote en el esquema estadounidense para Eurasia”. |