CARTA DE LA VIDA
Hola! Me conoces. Me llamo Vida, sí, soy tu Vida. Soy muy hermosa. ¿Lo
sabías?
Observa la Naturaleza. Tiene un encanto especial para cada
momento.
De día puedes ver una gran antorcha que nunca se apaga para
darte luz clara y ves un azul que nunca se termina. Ves unas nubes
inquietas que te entretienen corriendo de aquí para allá. Ves las plantas
que en su sencilla manera de vivir te gritan a viva voz que aún en ellas
el Creador está presente y les da infinito valor pues te proveen oxígeno.
De noche ves miles de cucubanos en el firmamento, las estrellas, para que
recuerdes que aún estando en tus momentos oscuros, existe una esperanza
de Luz. Los días de lluvia también tienen su encanto.
Cada gotita de agua de Cielo lleva en sí grandes bendiciones que bajan directamente del Hogar
de Dios. Esos truenos que a veces te asustan, se asemejan y te recuerdan
a la voz de Dios. Así entiendes que El es Grande y Soberano. El arco
iris
seguro te parece bello y es aún más hermoso cuando entiendes que no es un
simple arco de colores, sino que es una promesa que quien la hizo, la ha
cumplido por millones de años y la seguirá cumpliendo. ¿Qué te parece el
mar? ¿Y la luna, las montañas? ¿Qué piensas de las flores? ¿Verdad que
son hermosas todas estas cosas?
Cada una de ellas tiene algo bello que
ofrecerte.
Ahora mírate a ti. Examínate.
¿No te parece grandioso que tu cuerpo
material posea un aliento de Vida? También es lindo el hecho de que tú
eres tú mismo y no la copia de otra persona.
Eres único en el Universo
entero, por eso eres tan inmensamente importante. Sólo tú eres tú.
Ninguno de los millones de millones de seres que han tenido Vida en toda
la historia y los que en el futuro la tendrán, es semejante a ti.
Impresionante, ¿verdad? Tienes hermosas cualidades y hasta hermosos defectos que te hacen ser tú y te hacen tan especial y distinto. Si
fueras perfecto, no existirías. Por eso es hermoso tener defectos. Es
cierto que puedes modificar tu manera de ser, pero nunca pretender ser
perfecto. Sólo hay un Ser Perfecto y es el Señor del Universo. Ahora
entiendes, ¡qué bueno que eres como eres! Observa además que todos los
órganos de tu cuerpo funcionan por sí solos sin necesidad de que tú los
fuerces o los motives. Cada órgano sabe, sin tener conocimiento, qué es
lo que tiene que hacer y cómo hacerlo.
¡Es maravilloso! Gracias a Dios
que El es el que hace esto por ti.
Soy hermosa también por los buenos sentimientos y las alegrías, pero
también por el sufrimiento y la desdicha. Si no hubiera dolor, la
felicidad no sería. Si no existiera el llanto, ¿qué encanto tendría el
sonreír? Además, tú sabes que cada cosa que te sucede es por algún propósito especial. Muchas veces te sucede algo que te hace sufrir y
pasado el tiempo, comprendes el motivo, aprendes algo nuevo para tu
beneficio y hasta agradeces que haya pasado. Todas las cosas te ayudan a
bien. Y es otra razón más para que veas que soy hermosa. Siempre mira
e lado positivo de las cosas, aún de las más difíciles de sobrellevar.
En cada una verás al Señor. El quiere lo mejor para ti. Si alguna vez
fracasas, ten la seguridad de que ésa no es la puerta por la que debes
entrar o tal vez no es el momento. Siempre encontrarás alguna puerta
abierta.
¡Qué hermosa es tu Vida que te da la oportunidad de aprender
hasta en los momentos más amargos! No lo olvides: siempre, después de la
lluvia, sale el sol para formar el prometido arco iris. Cada cosa que te
sucede, tiene su lado positivo.
Mira a tu alrededor. No estás solo. Cuentas con el aprecio y cariño de
otras personas. Eres de valor para ellos. Aprende a apreciar las cosas
tan simples que tienes a tu alrededor, pero que son tan grandes. Mira los
niños con esa inocencia tan pura y esas energías de Vida; los
adolescentes que luchan y se esfuerzan por aprender a ser adultos. Mira
las ilusiones y sueños de los jóvenes, los trabajos y esfuerzos de los
adultos, la sabiduría y serenidad de los ancianos. Mírate tú otra vez.
Has llegado hasta el día de hoy pasando por caminos anchos y otros
estrechos y sigues en pie. Mira el Cielo. En ese profundo azul hay Ángeles
que velan por ti. Más aún, allá arriba hay Amor, un Gran Amor. Lo más hermoso que hay en tu Vida, es que eres amado en sobremanera. Por eso
vives lo que vives, por eso eres quien eres. Tan inmenso es el Amor de
Dios, que su Único Hijo, Jesucristo, padeció por ti. Tan profundo es su
amor que El te está esperando en una Morada Celestial. ¿No crees que hay
infinitas razones para ver, comprender y sentir que la Vida que tienes es
Bella y de Incalculable Valor? Esta Vida tan maravillosa la vives porque
la Vida misma te dió el regalo de la Vida. Dios te da el regalo de Vida.
Ahora vive, pero vive feliz. Vive para El y en El. Aprende a ser
agradecido. Es lo menos que puedes hacer por todo lo que se te ha dado.
Sin El, entonces nada tendría sentido. Mírame a mí. Yo soy tu Vida y te
sonrío.
Sonríeme tú a mí.
¿Aún seguirás quejándote de mí por pequeñeces?
¡No!
Ahora puedes gritar con todo tu Aliento de Vida:
¡Qué bello es vivir!