"El Rincón de los Trovadores"

¡A ti, Seño
Amaste desde niño la justicia
y cuando grande fuiste tan virtuoso
que a Lázaro le diste tu caricia;
también, al hombre ciego y al leproso.

Condenaste con sangre la avaricia
en un ritual de cruz ¡indecoroso!
y de tu amor nos diste la franquicia
ya siendo el hijo, tú, del poderoso.

Y fuiste al Sanedrín a dar sermones
enseñando que dios es dios ¡no es hombre!
y que la tierra heredarán los mansos...

y los de noble corazón, los dones
de la gracia divina; pues tu nombre
¡oh dios! torna los ríos en remansos.

Alí Al Haded

VOLVER