ediciones
V – 014 – Ideas Tormentosas
–
Graciela Kiriadre – abril de
2004
"Una
lágrima
partiendo
del corazón
suaviza
el dolor.
"
Graciela
Kiriadre
Edición
digital por: Marxelo
Todos
los derechos pertenecen a Graciela
Kiriadre –
graciki2003@yahoo.com.ar
http://lanuevaflor.cjb.net
nvfnet@yahoo.com.ar
Indice
Dedicatoria
y Agradecimientos
Dedicado
especialmente a Nicolás, sin su ayuda incondicional no habría decidido
nunca compartir con todos ustedes mis textos. Y al amor de él a un
amigo que ha partido, por y para “Nego”.
Dedicado
a Marcelo Neyra, escritor argentino, locutor y productor de radio, editor.
Trabajando sin cesar en el
proyecto lanueVaflor, un espacio cultural brindado sin censuras permitiendo
voz a las ideas y pensamientos.
A
Mendoza, por ser el anfitrión, tal vez sin saberlo, del proyecto lanueVaflor.
Además, por haber sido la tierra que vio nacer a mi esposo, un enamorado de
esa provincia, diciendo siempre: “¿Argentino? No...., Mendocino”
Dedicado
a mis padres, Gloria y Mario, y familia quienes a lo largo de mis años fueron
los que compartieron cada logro en mi vida.
Dedicado
a la familia de mi marido, quienes día a día deben soportar mis humores, mis
rebeldías y solo poder disfrutar
algunos pocos días de sociabilidad.
A
mis más queridos amigos, elegidos con el alma, y
el corazón, recorriendo juntos a lo largo de los años todas nuestras
vivencias, les dedico con todo mi
amor.
Dedicado
muy especialmente a las tantas personas que diariamente me escriben y me dan
fuerzas para seguir adelante, intentando crear un nuevo texto desde el amor.
Personas muy valiosas para mí, sin ellas, no hubiese, logrado que un editor
confiara en mi trabajo. Amigos que desde su lugar, me han empujado sin
saberlo, a trabajar más de 12
horas por día, escribiendo. Amigos de todos los rincones, fomentando la
cultura y el arte, apoyándome algunos con palabras y otros otorgándome un
espacio para publicar mis textos.
A
mis más queridos Amigos, conocidos la
mayoría por intermedio de éste nuevo mundo llamado Internet
A
todos, y a cada uno gracias, muchas gracias por creer en mí, por sus palabras
de aliento y a los que me brindaron un espacio, por trabajar en el hermoso
camino de promocionar la palabra y las ideas de distintos pueblos.
Gracias,
Graciela
Kiriadre.
Introducción
Es
“Ideas Tormentosas” un resultado de vivencias particulares, experiencias y
pensamientos, intentando no ser una obra pesimista ni depresiva.
Es
más bien un grito, una rebeldía antes que un llanto lastimero sin sentido.
Su
objetivo en los primeros poemas es transitar por esa bronca nacida de una
muerte cruel.
¿Cuántas
veces hemos visto u oído sobre un accidente fatal, una enfermedad mortal en
personas jóvenes?
Para
escribir desde y por la muerte, lamentablemente tuve que vivirla de cerca y
sintiendo desde el corazón lastimado del otro nacieron los versos.
La
persona a la cual me refiero es Rey Celestino Acosta, conocido como
“Nego”. El amigo, el maestro de mi marido y de muchos hombres que aún hoy
siguen llorando su muerte cerca de mi calle.
Notarás
que hablo de una persona en particular, pero no es así. Los sentimientos
pueden compartirse cuando cada uno piensa en su propia historia.
Leyendo
recorrerás tus recuerdos y podrás gritar a través de éstos versos.
Con
“Ideas Tormentosas” no sólo te enojarás con la muerte. “Ideas
Tormentosas” te permitirá alzar la voz por las injusticias sociales, políticas,
por la mala sangre contenida, por los reclamos apagados.
“Ideas
Tormentosas” te invitará a levantarte de tu silla dándole sonidos,
aullidos, gritos a la lectura.
Disfrútala
y siente el placer de expresarte libremente.
Kiriadre
Graciela
Me
Quedo Con Los Recuerdos
Y
reía por unos cuantos
mirando
el día
desde
su sonrisa
altanero,
fortaleza
de trabajo.
Y
reía por unos cuantos
contando
las anécdotas
agrupadas
por experiencias
extendiendo
sus secretos
compartiendo
sabiduría,
conocimiento.
Conocimiento
puro
publicaba
en
labios de rostro inmaduro
sin
querer en su vida
un
crecimiento guardado,
enterrado.
Y
reía por unos cuantos
y
reía con unos cuantos
comiendo
asado
reunido
con colegas
parloteando
proyectos
payaseando
muecas,
gestos.
Gestos
amistosos
regalaba
en
abrazos con viejos compinches
sin
correr en el tiempo
de
un reloj presuntuoso.
Y
porque el tiempo
se equivocó
porque
el destino
se equivocó
y
los nuevos dioses
se equivocaron
y
los doctores
se equivocaron,
sin
quirófano,
sin
remedio,
apresurados
lo abrieron
delicadamente
cortaron,
lo
cocieron
¡Hay!
¡Cirujanos equivocados!
Ellos
se lo llevaron.
Cirujano
que opera cuerpos,
tarde
con
luz última,
casi
suspiro,
con
horas largas prestadas,
camilla
de metal frío,
latidos
con debilidad de despedida,
ángeles
risueños esperanzados
abriendo
un camino eterno,
alejado.
O
simplemente,
cortaron
oportunidades,
almanaque
terminado
que
quiso ese día
un
himno sonara.
Y
reía para unos cuantos
y
reía con unos cuantos
despidiendo
un amigo
despidiendo
un padre
todos
nosotros nos encontramos
llorando
sin reír
recordando.
¿En
qué cielo
real
o ficticio
pero
apenas ilusionado?
¿En
qué nube
suave
o tormentosa
pero
jamás evaporada
está
su alma
sin cuerpo
su piel sin escamas?
El
grueso bigote
aún
no olvidado en recuerdos
y
el cemento
cubriendo
su
cuerpo acicalado.
Deseo
entre la realidad y el olvido
ignorando
la verdad
casi
a punto de escaparse la lágrima
de
la noticia.
El
cementerio esquivado por dolor
en
el corazón
en
donde se guarda el sueño de la negación.
Una
muerte absurda
y
un adiós casi difuso.
Mecánico
amigo
murió
en su taller
el
maestro
el
amigo
muchos
recuerdos deja él.
Concluida
la mateada
entre
pinzas
motores
pistones
y tenazas
un
karting en su banco
desarmado;
herramientas,
menos,
quería
que fuese la guadaña.
Cierra
ojos a la ilusión
a
la vida
a
la esperanza
a
proyectos
a
palabras
a
observar el día después
a
la carrera lograda.
Estruendo
de motores
vida
obra
y pasión
triunfo
de gloria sin presencia;
todo,
menos
su cuerpo.
Cierra
un cajón los latidos
la
madera
la
tierra colorada
a
la luz perdida
a
los ojos cegados del amigo.
Sus
conocimientos
sabios
grandiosos
secretos;
el
tiempo intentará borrar,
menos,
al
amor nuestro.
Mucho
sentimiento en tanto trabajo
que
la carrera aún no termina
la
bandera del final
y
los cuadros blancos
y
negros
quieren
una despedida.
Corona
de laurel mágica
aplausos
trofeos
que
todo el recuerdo
todo
es amor y más.
Mecánico
amigo,
muchos
recuerdos deja él.
Las
fotos de la memoria dicta susurrantemente
los
pasados de la competencia
el
amigo observa
su
mano me saluda
inmóvil
suave.
Recreo
la imagen
con
un atrás en el sueño.
Las
herramientas
esparcidas
de locura ya quietas,
más
que a un taller se roba a un movimiento calmado
una
bandera a cuadros
y
un trofeo brillante
¡Qué
bueno Negro!
¡Ganamos!
¡Verdugos
desalmados!
Casi,
guardia cárceles
cuántos
obreros a sus pies son hoy abandonados desocupados
telegrama
de manos
y
ruegos
y
súplicas.
Salarios,
alimentos,
zapatos,
tarjetas
que
fueron seguridad cortada,
fábricas
y talleres.
Despidieron
los cumplidores trabajadores
como
mendigos molestos y sucios
¡Verdugos
desalmados!
El
país,
el
gobierno
la
quiebra interna
y
el corralito de los ahorristas.
Y
cuántas promesas derrumbadas
de
trabajo honroso con discursos,
con
estrellas iluminadas
con
voces murmurando
grandiosas
palabras
cuántos
decretos forzados con ahínco
presentado
al pueblo desfallecido
cuánta
burla
cuánta
fuerza perdida con falsas noticias
que
un gobierno creó días tras días
porque,
a lo sumo,
con
las amarillas primicias
pensaron
algunos
verdad
que nace
alguien
vota
hacia
la libertad y los cambios
hacia
el vuelco radical.
Sueño
de sumergidos poetas
sueño
de fe moldeada
sueño
de decisión concreta
sueño
de ética moral,
líder
honesto,
y
de pensamiento sin avaricia.
Falta
un día
volverás
a mi vida
te
traerá el mismo avión
que
llevó tu ida.
¡Malditos
políticos!
Lo
llevaron
lo
necesitaron.
Lo
usaron para propias campañas
hicieron
que hablara.
Su
imagen perfecta
intelectual
cierta
de
familia honrada
hoy
necesitada.
Enfermó
el niño,
nuestro
ángel niño
perdición
de orgullo
ética
al olvido.
Falta
un día
volverás
a mi vida
a
pagar remedios
de
esa,
cruel
enfermedad, maldita.
Los
hombres me miran con desconfianza
al
verme sentado frente a su casa.
Las
mujeres me miran con lástima
pidiendo
un pequeño pedazo de pan.
Los
niños con mirada sorprendida
por
pies descalzos
ilusión
vacía.
Miro
la casa, envidiando una familia
pidiendo
pan cuando el hambre me alcanza.
¿Los
pies desnudos?
Si
nadie me cuida.
Mi
padre salió a buscar cartones
una
madre aislada,
llena de moretones.
El
alcohol dejó de comprar la leche
no
nos miran a los ojos la gente.
Los
perseguidos, pagan con monedas
escuela
ausente
cambió
las tareas.
Un
día al oído mi abuelo dijo:
“El
estado será quien dé cobijo”.
Yo
pensé que el gobierno era el estado
fui
a la Plaza Congreso
ilusionado.
Dormí
con frío, sólo
en
el banco
amaneció
y
yo, seguía mirando.
Policía
al frente,
gente
importante,
diputados,
pasaban a mi lado.
Creo
que el abuelo soñó, ese día
me
contó un cuento con fantasía
y
yo, aún, sigo esperando.
Aquel
día fui sorprendida
de
un golpe en la cara,
sin
saber lo que pasaba.
Los
ojos tapados,
una
seña inesperada,
ruidos
de tacos,
y
en auto yo, paseaba.
Gritos,
empujones
—¡Al
cuarto! —Dijeron;
un
cuarto, vacío,
y
nuevos golpes.
Hambrienta,
Perdida,
con
miedo,
pensaba
¿Pasarán
muchos días?
Las
manos atadas
en
sombras,
alejada
y
yo, seguía atrapada.
Silencio........................
Soledad........................
Temores........................
Los
ojos tapados
una
seña inesperada
ruidos
de tacos
y
otra vez, yo, en auto paseaba.
Me
tiraron en un baldío
dijeron
—¡Cállate ¡
Quieta
esperaba,
era
tarde.
Iluminando
mi vida
un
encuentro, mi gran casa
en
familia al fin,
vibraba.
Fueron
largos llantos
fueron
bellos rezos
pero
no llegué a ser
para
ellos, un recuerdo.
Grita
el televisor la noticia
—Notero de Ley,
ha muerto por accidente, en un funesto incendio —
al
oído ingenuo
ilusionado
por un cambio sin igual
mientras
los sueños delirantes
encantados
de fantasía con duendes
se
suicidan con fastidio
y
chispa encendida.
Recuerdo
cuando yo, era niña
luna
y reyes,
bondades
y ruiseñores
muñecas
en estantes
cuentos
ganadores de honestidad.
Él,
antes susurraba
las
injusticias,
historias
que nadie quería nombrar
era
un necio periodista
noctámbulo
solitario de horas tristes
enseñando
a pensar.
Silencio
de noche enroscada
frenesí
de una ausencia
reclamando
presencia.
La
sombra agrede
a
las ideas jóvenes soñadoras
locura
inocente
por
querer tenerte, a mi lado
en
mis brazos,
en
mi presente.
Las
nubes rodean el almanaque
mientras
la luna envejece
el
balcón penetra
al
ser tú,
diferente
indiferente.
En
el silencio rompe la rutina
los
silbidos de los pájaros cantando
la
puerta latente
esperando
escuchar las palmas.
La
mañana crece
al
correr las horas
inundando
la nada
calentando
los rayos
creyendo
ver tu mirada.
El
balcón vuelve a cerrarse
la
cortina alcanza
buscando
y atrapando
al
nuevo silencio
dentro
y fuera de la danza.
En
el silencio rompe la rutina
los
silbidos de los pájaros cantando
la
puerta latente,
pero
tú,
no
te levantas.
Mamá,
papá
Fueron
y son las primeras palabras
enseñadas.
Padre
Nuestro que estás en los cielos.......
Fue
la primer oración
enseñada.
Había
una vez una hermosa joven...
Fueron
las primeras palabras
enseñadas,
bocanadas
de aire para soñar.
Mamá
me mima
Fueron
las primeras palabras
enseñadas,
caricias
de mariposas,
rocío
de sentimientos.
Amar,
jugar.
Fueron
los primeros verbos
enseñados,
repuestos,
engranajes,
tornillos
de oraciones.
Cuando
era chica...
Fue
la primer oración
enseñada,
en
cuentos de experiencias.
—¡Mamá!
Me duele la panza.
Fueron
las primeras exclamaciones con palabras
enseñadas,
explicando
dolores y sufrimientos.
—¡Mamá!
Tengo hambre.
Fueron
las primeras palabras usadas
enseñadas,
reclamando
y exhibiendo necesidades.
Sin
saberlo
sería
enseñada
sin
saberlo
iría
aprendiendo
sin
saberlo
sabría
de temores y miedos
de
vergüenzas
de
censuras y auto censuras.
Sin
saberlo
iría
aprendiendo
sin
saberlo
sabría
de frases hechas
de
medias palabras
de
prejuicios e ironías.
No.
Fue
la primer palabra de censura
aprendida.
¡Cuidado!
Fue
la primer palabra de temor
aprendida.
—¡Te
vas a quemar!
Fue
la primer oración de miedo
aprendida.
—¡Mamá!
Me hice caca.
—Pero
¿Cómo vas a decir esto
delante de tu amiguita?
¿No ves, cómo te mira?
Fue
la primer vergüenza
aprendida.
—Dame
mi pelota ¿Sos boludo?
—¡Carlitos!
¡Te escuché!
¡Esa
palabra no se dice!
¡Si vuelvo a escucharla, te pongo en penitencia!
Fueron
las primeras palabras de censura
aprendidas.
—¡Viva
Perón!
Que grande sos
mi general cuanto valés
¡Viva Perón!
Gran conductor
la – la – lalá – la – la – la – lá........
—¡Carlitos!
¡Eso no se canta!
Te
prohibo cantar esa canción.
¿Qué querés?
¿Que nos lleven presos a todos?
Fue
la primer censura del saber de auto censura
aprendida.
“No
hay nada nuevo bajo el sol”
Fue
la primer frase hecha
aprendida.
—¡Carlitos!
¡Te estoy mirando!
Cuando venga tu padre ¡Ya vas a ver!
Fueron
las primeras palabras a medias
aprendidas.
No
es necesario el todo.
Una
sonrisa,
un
gesto,
una
pequeña
una
sola palabra
una
media palabra
una
media palabra encierra miles de oraciones,
un
millón de explicaciones,
infinidad
de sentimientos.
Medias
palabras,
pocas
palabras
dicen
más
que
mil enciclopedias.
—¿Cuál
es?
¿Cuál es, el mejor método anticonceptivo?
¿Cuál es?
¿Cuál
es, el más, seguro?
¿Cuál es?
¿Cuál es, el más eficaz? —Una joven quinceañera, preguntó a su
madre.
—Pero
¿Cómo vas a preguntar eso?
¡Espera a llegar a casa, para hablar de sexo!
¿No ves?
Alguien puede escuchar.
¿Qué va a pensar la gente?
¡Una atorrante! Gritarán.
¡Una libertina! Pensarán.
Prejuicios
y más prejuicios.
Palabras
y más palabras.
Quisiera
ser libre,
de pensamiento.
Quisiera
ser libre,
de censuras y auto censuras.
Quisiera
ser libre,
de ironías y de prejuicios.
Quisiera
decir Perón,
sin que me llamen peronista.
Quisiera
decir Alfonsín,
sin que me llamen radical.
Quisiera
decir:
“Igualdad entre los pobres y los ricos”,
sin que me llamen comunista.
Quisiera
reclamar libertad,
justicia,
respeto,
derecho,
sin
que me llamen revolucionaria
revolucionario.
Quisiera
nombrar antiguos amores,
sin que me llamen:
“Mujer con pasado libertino”
Quisiera
escupir al cielo,
sin que me llamen ateo.
Quisiera
decir: “Orgasmo,
clítoris,
pene”
sin que me llamen
mal hablado, mal hablada
mal
educado, mal educada.
Quisiera
decir: “ tomar por agarrar,
coger por disfrutar del sexo
hacer el amor por buscando un hijo”
sin
buscar palabras confusas
temiendo
un prejuicio.
Quisiera
llamar las cosas por su nombre,
sentir
libertar.
Quisiera
escuchar las palabras exactas
las
cosas llamadas por su nombre
sin
escuchar censuras,
auto censuras,
prejuicios,
temores,
vergüenzas.
Quisiera
tener una conversación sin tapujos.
Quisiera
usar cualquier palabra.
Quisiera
usar
quisiera
escuchar
la
lengua española
la
más bella de las palabras
lengua
española libre
libertad
de palabra.
Quisiera
sentir
la verdadera
la añorada
“Libertad de expresión”
Por
pensar, por llorar, por gritar,
por
creer que siempre es posible hablar.
Graciela
Kiriadre