Hacia el holocausto palestino.
Desde que se inició la nueva Intifada, han muerto cerca de 1.400 personas, de ellas más de 1.000
palestinos y 312 israelíes.
Y no es todo. Detrás de esta manía de Israel por arrancar a
los palestinos el miserable trozo de tierra que les queda se
encuentra la política sistemática de demolición de las casas palestinas... El miedo a perderlo todo acaba por
obligar a muchos a marcharse, que es exactamente lo que pretenden los israelíes'.
La estrategia de Sharon ha quedado clara. Quiere dos cosas: la eliminación física de los palestinos y una
guerra total en la región para establecer en ella el gran Israel. Esto significa, a la larga, cuestionar
los acuerdos de paz con Egipto y enfrentarse con Siria. Sharon lo ha dicho varias veces: no quiere la
paz, no cree en ella y no quiere renunciar a las ambiciones anexionistas de la extrema derecha israelí.
Así pues, la estrategia de Sharon se opone, pues, a cualquier tipo de paz entre israelíes y palestinos en
nombre de un mesianismo fanático... 'Sólo abandonaré el Gobierno', afirmó, 'cuando tenga la convicción de
que ya no actúa en pos de la paz'. Pero, ¿quién puede creer que un Gobierno que planifica y organiza la
intensificación de la guerra contra los palestinos es un Gobierno de paz? Los asesinatos sistemáticos de
dirigentes palestinos, bautizados como 'muertes selectivas' y avalados por el Tribunal Supremo de
Israel; la humillante reclusión de Arafat; los muertos que ahora se cuentan cada día por decenas; los
obstáculos que se ponen a los palestinos para trabajar, para acceder a la atención médica y hasta
para realizar el más sencillo desplazamiento; la destrucción de las infraestructuras construidas por la
Unión Europea en Palestina; el expolio de tierras y la prosecución de la colonización; la asfixia económica
de los territorios: ¿en eso consiste la estrategia de paz del Gobierno israelí? Es una guerra de la fuerza
contra el derecho, del poderío obcecado y brutal frente a la resistencia de un pueblo. Tanques contra
piedras. Militares contra chicos harapientos...
Lo que quiere la derecha y la extrema derecha israelíes, lo que quiere Sharon, es un gran Israel.
Pero querer eso es condenar a Israel a vivir en la guerra permanente, en el miedo cotidiano, es condenar
su futuro en Oriente Próximo. El Gobierno parece querer preparar a la población para ello: el número de
permisos de tenencia de armas se duplicó en 2001. ¿Es éste el futuro que los israelíes quieren para sus
hijos? ¿Se construyó ese país para difundir el terror y vivir en el terror? ... El pueblo israelí debe hacer
oír su voz si no quiere ver su futuro secuestrado. Los laboristas deben elegir bando. Y también es necesaria
una coalición firme de la comunidad internacional, de Estados Unidos, de Europa y del mundo árabe en torno a
la propuesta saudí.
Porque la única solución es la paz. |