Alfonso Grispino, actor |
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“En mi vida abusé mucho
del sexo pero nunca me enamoré” |
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-¿Cómo llegó a la televisión?
-Me presenté para trabajar de extra en la película Gatica de Favio, para
agregar unos pesos a mi jubilación y vivir mejor. Tomé contacto con una
productora que empezó a darme más trabajos, y me quedé en esto. Fui extra con
Gasalla, Darín, Luppi y Solá. Hice de rabino cuando casé a Julián Weich y
Marisa Mondino en La banda del Golden Rocket. Hasta que me llamaron de Todo por
dos pesos, cuando en Canal 9 se hicieron 16 programas. Después vinimos al Canal
7, donde me consolidé haciendo el personaje de Pedemonti, que gusta mucho.
-Y a usted, ¿le gusta Pedemonti?
-Diría que sí, aunque me gustaría actuar un poco más. Creo que es bueno,
porque llega a la gente, como cuando hago de Dr. Diango o Litta de Lázzari.
-¿Lo sorprende que a través de esos personajes haya logrado tanto
reconocimiento?
-La verdad, sí. Estoy contento porque me reconocen en todos lados me tratan con
mucho afecto. No puedo creer que a los 68 años me pase esto.
-¿Le gustaba fabricar bombillas?
-Trabajé 44 años en una metalúrgica fabricando bombillas porque tenía que
hacer algo para llevar unos pesos a casa. Empecé a los 14 años y estuve hasta
los 58, para jubilarme con 232 pesos por mes. Con esa plata puedo alquilar una
pieza en un departamento grande, con cable y todos los servicios, por lo que
pago 200 pesos. Y ahora cuento con la entrada de Todo por dos pesos -cobra 140
pesos cada vez que interpreta a Dr. Diango y 190 cuando le toca hacer de
Pedemonti-, con lo que , sin lugar a dudas, me puedo manejar un poco mejor.
-Antes vivía con 32 pesos al mes y ahora gana casi 1.400; ¿qué hace con la
plata que le sobra?
-Estoy ahorrando, por las dudas. Cuando termine el ciclo voy a tener que empezar
a sacar plata para vivir, y comprarme una casita o un departamento de un
ambiente. Pero aún es algo que está lejos.
-¿Cómo le va con las presentaciones que hace en fiestas particulares?
-Me llaman para hacer de Pedemonti en casamientos y cumpleaños. Me han pagado,
por una sola noche, 400 pesos. En otra fiesta me dieron 100 pesos, y en otra 60
pesos. Siempre agarro lo que venga, porque no pido nada.
-¿A quién insultaría en la vida real como lo hace Pedemonti (un futbolista
con pasado glorioso y un presente lleno de excesos) con políticos, periodistas
y deportistas?
-No soy una persona de insultar. Pero tengo mucha bronca porque veo que las
cosas no andan bien, y esto no es nuevo, ya viene de años. Expresaría mi
bronca de otra manera. No insultando ni gritando.
-¿Alguna vez tuvo problemas con alguien por insultarlo a través de ese
personaje?
-Por suerte no. Una vez tuve un incidente menor con Di Tella (Guido, ex
canciller) por decir que era un careta, pero todo fue arreglado rápidamente.
Tampoco me dijeron que suavizara el tono, por eso creo que no hubo gente
ofendida.
-¿Eligió la soltería?
-Sí. Vivía con mamá y, como estaba enferma, empecé a quedarme con ella.
Después de años me acostumbré a estar solo. Pero mujeres no me faltaron, y
tuve suerte con las chicas jovencitas.
-¿Alguna vez se enamoró o sintió pasión por una mujer?
-Nunca me enamoré. Me gustaron mucho dos mujeres, pero creo que era porque la
pasábamos bien y no nos hacíamos ningún problema.
-¿En algún momento se siente solo?
-A veces. Empiezo a pensar cómo hubiera sido mi vida con una mujer, con hijos,
con una familia a mi cargo. Después se me pasa y disfruto de mi éxitos, de mis
hermanos -Filomena y Luis-, y de mis sobrinos, quienes me acompañan siempre.
-¿Comete excesos como Pedemonti?
-En mi vida tuve muchos excesos. Abusé mucho del sexo. No recuerdo otros
excesos, salvo alguna copita de vino en una fiesta, pero nada más.
-¿Qué sintió al recibir el Cóndor de Plata de la Asociación de Cronistas
Cinematográficos, en reconocimiento a su trayectoria?
-Fue en el Complejo La Plaza, en 1997. Sentí una gran emoción, porque se
conmemoraban cien años del cine nacional y fui premiado junto a Legrand,
Aleandro, Luppi. Estar junto a ellos fue un halago y uno de los mejores
recuerdos de mi vida.
-¿Siente que descarga cosas personales al gritar e insultar como lo hace
Pedemonti?
-No. Me limito a decir lo que me escriben en el libreto y lo tomo como un
trabajo, nada más. Siempre respeto al pie de la letra lo que me escriben y no
improviso nada. Lo que no me acuerdo, por las dudas, lo leo.
-¿Por qué cree que sus personajes son graciosos?
-No lo puedo explicar. Muchos me paran y me agradecen que los haga reír, y no
entiendo nada. Supongo que será por mi apariencia y por las cosas que dice
Pedemonti, que están en los libretos. A veces hago reír diciendo cosas que ni
sé lo que quieren decir.
-¿Se ríe cuando mira “Todo por dos pesos”?
-Un poco. Pero enseguida me pongo a mirar los defectos, las cosas que tengo que
corregir, las que tengo que mejorar, y pierdo la espontaneidad para reírme.
Igual me causan gracia muchas cosas de Diego (Capusotto) y de Fabio Alberti, dos
chicos muy buenos a los que quiero mucho, como a Pedro Saborido, que es un
guionista de primera.
-¿Repite por la calle los piropos subidos de tono que le dice al personaje
Sushi?
-A veces digo algún piropo formal, como por ejemplo “qué habrá pasado en el
cielo para que los ángeles estén en la tierra”. Yo le digo piropos a las
chicas más jovencitas, y algunas se ríen.
-¿Aprovecha la fama de Pedemonti para acercarse a las mujeres?
-Todas me reconocen. Entonces, cuando les digo algo no se enojan y me contestan
bien. Esa es una ventaja, pero no la utilizo. Igual ahora no estoy buscando
mujeres, porque estoy medio retirado.
-Qué es más fácil; ¿fabricar bombillas o trabajar en la televisión?
-Fabricar bombillas es rutinario, sencillo, casi sin responsabilidades, y eso
cansa y aburre. En tevé hay más responsabilidades, y aunque no hay que cumplir
todos los días, hay jornadas de 15 y hasta 20 horas de trabajo, y no hay que
quejarse.
-¿Tiene miedo que se le termine la racha de Pedemonti?
-No. Espero tener salud. Tuve problemas de salud Es lo único que vale la pena
cuidar. Desde luego que a mí, me preocupa más tener salud que trabajo.
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Expansión
Con
el desafío de conquistar el mercado propio de las cervezas líderes, Schneider
inicia un plan de expansión hacia fines del año 2001 apoyado en una
campaña de publicidad que rescata el sabor y la calidad de la cerveza por sobre
otros valores.
“Cuando
tomamos la decisión de lanzarnos al mercado con mayor población del país, estábamos
seguros que la calidad de Schneider
era lo más importante y buscamos una estrategia de comunicación que apuntara a
rescatar ese valor”,
comenta Favio Fraticelli, responsable de la marca.
Bajo
el eje de comunicación “lo que importa es la cerveza”, la campaña diseñada
por la agencia de publicidad Diálogo, rescata el personaje de Todo x 2 pesos
Flavio Pedemonti, cuya personalidad transmite autenticidad y se ha convertido en
un referente entre el público joven.
Sobre
el trabajo creativo, Germán Fernández, director de cuentas de Diálogo,
resalta: “la idea fuerza que nos animó
a utilizar el personaje de Pedemonti fue desafiar las comunicaciones
estereotipadas en la publicidad de cervezas, buscando la complicidad del
consumidor para que tome distancia del juego publicitario y descubra la esencia
del producto”.
Para
el lanzamiento se crearon 19 versiones de avisos radiales que se pautaron
durante el último trimestre del año 2001 en las principales emisoras radiales.
Los
testeos post-campaña realizados al finalizar la primera fase de lanzamiento
entre una muestra de 300 casos, arrojaron resultados que sorprendieron a los
propios creadores: el 6% recordó espontáneamente el comercial cuando la media
se ubica entre el 1 y 3 por ciento; 23 % en recordación inducida; el 70% de los
consultados atribuyó el comercial que recordaba a la marca Schneider;
un 45% declaró que el comercial era muy bueno a excelente y el 55 % restante lo
consideró bueno. (MP) |