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Reportaje a Pino Solanas
"ES UN POEMA DE AMOR A LA ARGENTINA"

"Mi patrón es el ensayo escrito, dividido en
capítulos. No es una catarata de imágenes. Juego entre la emoción, la
reflexión y la pausa, a contramano porque estamos ante el dominio del
cine de acción y el espectáculo emocional. El rating nacional es la
danza del caño y Gran Hermano; por lo tanto, el cine que yo hago no está
en la orientación del gusto de las grandes mayorías". Así comienza la
charla Pino Solanas. El director acompaña desde ayer su última película,
Argentina latente, en encuentros con estudiantes universitarios, con la
prensa y público interesado en sus ideas.
–¿El material fue dictando el rumbo de "Memoria del saqueo", "La
dignidad de los Nadies" y "Argentina latente"?
–No vas a creer, pero estas películas se empezaron a filmar
conjuntamente. En 2002 empecé a filmar una gran película sobre la
Argentina. Tenía varios temas o movimientos: la primera parte explicaba
qué había pasado para semejante catástrofe social. Al tener un material
tan amplio me di cuenta de que no entraba en 40 minutos. Así nació
Memoria del saqueo. Recolectaba material sobre cómo las víctimas (los
que se habían quedado sin trabajo ni asistencia) se defendieron y ahí
está La dignidad de los Nadies.
Paralelamente, Pino fue logrando secuencias sobre qué potencialidades
tiene la Argentina para reconstruirse.
"Andando por el país, descubrí algo alarmante: la mayoría tenía la
sensación de que éramos un país muy pobre, que habíamos perdido todo.
Además, ninguno tenía idea de que existe ciencia y tecnología en la
Argentina. Pregunto ‘¿quién es Conrado Varotto?’. El argentino sabe vida
y milagro de los jugadores de fútbol, de las vedettes, incluso los
escritores y directores de cine gozamos de cierta popularidad. Yo
preguntaba: ‘quién hizo esta represa?, ¿quién construyó este avión?"
Solanas descubrió que nadie sabía que la Argentina es líder mundial en
construcción de un sofisticadísimo aparato de alta complejidad, un
reactor nuclear para investigaciones científicas, más complejo que un
simple reactor para generar energía. Que ha ganado las cuatro últimas
licitaciones internacionales en las principales empresas de energía
atómica del mundo. Que hace tres meses se inauguró el reactor argentino
en Australia. "¿Por qué semejante olvido e ingratitud?", vuelve a
preguntar.
Términos de un homenaje. El director que, desde Memoria del saqueo, ha
mantenido un diálogo problemático con la historia de las ideas en la
Argentina, lleva adelante en su nueva película un trabajo de delicado
equilibrio entre difusión y toma de conciencia.
"En Argentina latente intento redescubrir al argentino medio un
patrimonio cultural espectacular: el patrimonio científico y técnico. La
película rinde homenaje e intenta desagraviar a miles de ingenieros y
científicos de todas las especialidades que han construido la
infraestructura estratégica del país (usinas, puertos, carreteras)",
señala.
La película es un largo viaje y un homenaje a la creatividad de los
argentinos, contada por sus protagonistas. Comienza con un viaje en
helicóptero, que descubre el país de contrastes, desde arriba. "Baja a
tierra y se encuentra con estudiantes, profesores que no tienen idea,
gente desinformada, y empieza a descubrir el tesoro, los grandes
emprendimientos científico-técnicos
–¿Entra Córdoba en la película?
–La película rinde homenaje a Córdoba. Fue la cuna de la industria
metalmecánica; cuna de la industria nacional, que tuvo su gran vértice
en la Fábrica Militar de Aviones, fundada en 1927.
Pino describe en la charla distintos hitos; da información, detalles que
rastreó por el país. Es la misma voz de Memoria del saqueo que ahora
apuesta al futuro. “Fue formidable el aporte de la Fuerza Aérea al
desarrollo de la industria, tecnología y ciencia nacional. De ahí sale
la industria automotriz. Trabajaban más de 10 mil ingenieros y técnicos
en la Fábrica Militar”. Según su registro, en 1947 Argentina fue el
primer país del hemisferio sur que hace volar un avión a reacción. En
1950 se fabricó un avión similar, en calidad, a la primera línea
norteamericana y soviética. Argentina tenía el mismo desarrollo
aeronáutico que Francia. Pino va recordando datos notables: “Pocos
recuerdan que fue el cuarto país del mundo en colocar un ser vivo en la
atmósfera y traerlo a tierra: el Monito Juan”. El Pulqui y el Pampa
desfilan por la conversación.
“Hasta que llegó el gran destructor: Menem, que paralizó ese desarrollo
e hizo retirar a la Argentina del proyecto con Brasil para fabricar
aviones de pasajeros”, enfatiza esa voz que acompaña cada película. De
paso, señala que pocos saben que Conrado Varotto es, entre muchas otras
cosas, Presidente de la Comisión Nacional de Asuntos Espaciales (Conae).
A prueba y error. Solanas confiesa que la película que se estrena mañana
en Hoyts es su poema de amor a Argentina. Y entonces habla de cine, de
lenguaje, poética y riesgo. “A prueba y error”, como un científico, así
trabaja Solanas con su cámara.
Sus películas se pasan en los cines, en funciones especiales para
estudiantes secundarios.
“Mis películas son para ver en cine”, puntualiza. “Los chicos van al
shopping, pero no van al cine. Hay diferencias entre el documental para
televisión y el de cine. El de televisión está hecho en la inmediatez;
vale la información; pantalla chica, plano medio o primer plano: poco
cine. La televisión se define a través de la palabra, del diálogo. En el
cine, como tenés gran pantalla, el plano general tiene un impacto
extraordinario. Yo hago películas pensando en el cine, tratando de
escribirlas bien (no sólo el texto), en términos de imagen. La película
es un ensayo”.
El director describe el proceso de armado, un trabajo enorme. Hace
cuatro o cinco montajes, la muestra, la chequea, pasa al que sigue y
así...
“Cuando voy por el tercer montaje, componemos la música. Son películas
en las que la música juega mucho. El lenguaje es siempre un instrumento
estético, de lo contrario, no existiría la poesía. La resonancia
imaginaria de las palabras de un verso te hacen entrar en un viaje
sensible. La escritura cinematográfica es igual. Mi cine no es
estetizante, como dicen algunos. Está bien escrito. El acabado de la
obra es el real trabajo artístico.
En caliente. Como Pino sostiene que las películas se filman en caliente,
no descansará hasta que complete su proyecto total. Se ha propuesta
filmar un fresco de cinco películas sobre Argentina. Está preparando la
cuarta, Los hombres que están solos y esperan, parafraseando a Raúl
Scalabrini Ortiz. La cita no es casual, ya que en ese ensayo pone la
lupa sobre los servicios públicos y los trenes. “Raúl Scalabrini Ortiz
desnudó la trama secreta de los trenes. Es un mito el que dice que los
financiaron los ingleses. Pusieron sólo el cinco o el 10 por ciento; lo
demás, fue capital argentino, como los teléfonos en los 90”, adelanta.
La cuarta película tendrá un 30 por ciento de ficción que recrea la
figura de Scalabrini Ortiz, a quien conoció y trató. Hace el personaje,
Lorenzo Quinteros.
“Es muy arriesgado, me tiene muy preocupado. Todas las operaciones
creativas, las buenas, son de alto riesgo. El enemigo es estar seguro”,
concluye Pino.
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