El sonido de Filadelfia se inserta en la tradición orquestal negroamericana, que incluye nombres como William Grant Still o Duke Ellington. La actitud que estas obras provocan en el publico blanco es contradictoria:
Bily Paul, antiguo cantante de jazz, triunfo con una historia de adulterio, Me and Mrs. Jones. Por un lado, despierta una ambigua admiración, y por otro, una incomprensión que termina en rechazo. Les es mucho más fácil comprender a un Bluesman rústico, pobre y sudoroso que a un negro culto, preparado y autosuficiente desentrañando la maraña instrumental de una gran orquesta. Las grandes producciones del soul de Filadelfia vendieron discos a toneladas, pero apenas se ha reconocido el trabajo de sus creadores. En los años setenta, la llamada Ciudad del Amor Fraterno ya tuvo gran protagonismo en el mundo musical. Situada en la costa atlántica de Estados Unidos, Filadelfia fue la cuna de John Coltrane, Wes Montgomery y Bill Dogget, durante los setenta, Cameo-Parkway fue una compañía local, la que promovió la fiebre del twist, que hizo estremecer literalmente a todo el mundo. La compañía había sido creada por dos compositores, Bernie Lewe y Karl Mann, como vehículo para lanzar la canción Butterfly, que habían escrito para Charlie Grace. Tuvieron éxito y supieron continuarlo con Bobby Rydell, The Dovells y un sinfín de luminarias adolescentes. La versión de The twis de Chubby Checker y sus secuelas lo sitúo prácticamente como el sello dominante en las listas. Así, otros artistas negros, como The Orlons (South street, The Wah Watusi, Don`t hang up), Dee Dee Sharp (Mashed potato time) o Bunny Sigler (Let the good times roll and feel so good), se ganaron las pistas de baile. Naturalmente, los verdaderos artífices de aquellos discos eran los compositores. John Madara y Dave White eran los más importantes, pero entre sus ayudantes estaba un autor inquieto llamado Kenny Gamble, y Leon Huff, un pianista de sesión que había trabajado con Leiber y Stoller. Se conocieron en la grabación de un tema de Gamble, The 81, por Candy and The Kisses. Decidieron asociarse y Huff sustituyó, en The Romeos, el grupo de Gamble, al pianista jamaicano Thom Bell. En 1966 fundaron Excel, una compañía destinada a desarrollar su creatividad. Tuvieron su primer éxito con Cowboys to girls, por los Intruders, que vendió un millón de copias. Entre tanto seguían trabajando para la productora de Jerry Ross, entregando canciones a grupos como Jay and The Techiniques, especialistas en música bailable. En 1968, la marca Cameo se vio obligada a cerrar, dejando un vacío en escena local que pronto fue ocupado por la nueva empresa de Huff y Gamble, Neptune. No tuvieron mucho éxito por problemas internos de su distribuidora, Chess Récords, pero se resarcieron con producciones millonarias para Jerry Butler (Hey Western Unión man, Only the strong survives, Never gonna give you up..) y Archie Bell and the Drells (I cant`t stop dancing y Here I go again). Con los dólares que ganaron con estos encargos inauguran otra compañía, bautizada como Philadelphia International Récords (PIR), y distribuida por CBS. Con la intención establecer definitivamente su estilo, Gamble y Hufff sentaron sus reales en los estudios de grabación Sigma Sound. Reunieron a varios buenos compositores (Víctor Carstarphen, Eugene McFadden, John Whitehead y Carry Gilbert), arreglistas que comprendían sus ideas (Bunny Sigler, Bobby Eli, Dexter Wansel, Richard Barrett) y profesionalisimo músicos de sesión. Los caminos de Gamble y Huff se habían cruzado en varias ocasiones con los de Thom Bell, que tenia formación musical clásica y había conseguido un éxito menor con Ain`t nothin but a house-party (1968), para los Snowstoppers, el grupo de los hermanos de Solomon Burke. Bell fue el arreglista favorito de Gambie y Huff, mientras, por su cuenta, intentaba suerte como compositor y productor con The Delfonics. Cuando Wilson Pickett y Joe Simón grabaron grandes temas en Sigma Sound (Engine number 9 y Drowining at the sea of love, respectivamente), el sonido Filadelfia era una realidad. Había influencias de las Big-Bands, toques de bossa nova-no en vano Astrud Gilberto instalo allí su sede cuando emigro a EEUU-,guitarras a lo Wes Montgomery y cierto elemento moruno que quizá apareció como forma de reconciliar ese abigarramiento estilístico con las raíces africanas. La CBS puso la etiqueta y la vendió a discjokey y al gran publico. Comenzó la era de los éxitos multitudinarios de Billy Paul (Me and Mrs. Jones), los O`Jays (Soul train y Backstabber), las Three Degrees (Dirty ol`man), y las producciones de Bell para los Stylistcs y los Spinners. Hasta se creo un himno: TSOP (The sound of Philadelphia), pieza instrumental del grupo MFSB que convenció a los consumidores de todo el mundo de que valía la pena gastarse el dinero en los discos de la ciudad. El siguiente paso fue la creación de una editorial, Mighty Three Music, que bajo el lema Nunca olvidas nuestras canciones exploto las efectivas composiciones de Gamble, Huff y Bell. La industria musical se desarrollo velozmente en Filadelfia consolidándose su infraestructura con otras discográficas menores. Muchos artistas llegaron al hit-parade con sellos pequeños: Cliff Nobles and co, y Fantastic Johnny C. En Phil L. A. Of Soul, los Delfonics y Firts Choice, en Philly Groove. De estos, el más importante fue Salsoul Orchestra y W.M.O.T., lanzaron además a dos figuras importantes: Blue Magic (grupo vocal telonero de los Stones y triunfadores con dos buenas piezas de sweet-soul, Side show y Three ring circus) y Barbara Mason (una tremenda soul-woman, tan liberada como torturadora, autora de un excelente elepé social, Transtion.
Archie Bell and the Drells eran téjanos, pero se beneficiaron de la sabiduría de músicos y productores de Filadelfia. Filadelfia se transformo así en la tierra de promisión musical. Allí aparecieron extranjeros como David Bowie y Elton John. Y muchos inmigrantes de otros estados. Los mas conocidos fueron los Spinners ( de Misisipi), ambos con cierta trayectoria a sus espaldas y maravillosas voces solistas al frente. Los Spinners habían grabado en Motown, colaborando incluso con Stevie Wonder. Tuvieron la fortuna de caer en manos de Thom Bell, que, con su letrista Linda Creed, supo darles un estilo con toques de jazz y gospel, y grandes temas amorosos (Could it be I`m falling in love, I`ll be around, I´ m comming home, Mighty love), en los que Phillipe Alynne pudo lucir su expresiva garganta. Los O`Jays habían tenido dos éxitos en los setenta, Lipstick traces y Peace. En Filadelfia entraron en tratos con el sello Neptune. Editaron One night affair y fueron trasvasados a PIR. Aparte de veteranía, tenían una indiscutible personalidad, básicamente apoyada en la inconfundible voz de Eddie Levert, Gamble y Huff la mantuvieron con canciones inspiradas, a veces de tono comprometido, recogidas en elepés como In Philadelphia, Backstabbers, Sunival, Ship ahoy, Family reunión, Message in our music, Travelling at the speed of thought. Por su parte, Harold Melvin and The Bluenotes contaban en su haber con un miniexito, Get aut and let me cry, favorito de las discotecas del norte de Inglaterra. Cuando llegaron a PRI tenían como gran atractivo la persona de Teddy Penderías, su ex batería, que había ascendido hasta el puesto de voz solista. Hubo explicables problemas de ego, pero hasta la separación, en 1977, hicieron cinco joyas en elepé y buenas canciones como Don`t leave me this way, The love I lost, Where are all my friends, Wake up every body y Satisfaction guaranteed. Como Pendergrass exhibió una bella y poderosa voz de barítono, fue lógico que lo invitaran a grabar en solitario. Su primer elepé fue muy bien recibido, y con los siguientes se convirtió en un genuino sex-symbol, pero un accidente le obligo a retirarse temporalmente. Regreso paralítico, confinado a una silla de ruedas, y con un contrato de WEA. Su más popular creación fue la canción que inspiro la película Chooseme, de Alan Rudolph. Junto a Billy Paul, Pendergrass representa la figura del vocalista masculino en Filadelfia.
Giorge Moroder deja clara la afinidad entre la disco música y el rock de los ochenta. Los grupos nativos los que constituyen la verdadera cantera del sofstisoul. Gente como los Tymes, quinteto que triunfo en los setenta con So much in love, para Cameo. Filadelfia es una ciudad muy musical: nacer o grabar allí es algo así como una garantía de calidad. La cantidad de grupos y artistas menores es impresionante: Johny Williams, Garnett Mimms and Enchanters, Fat Larry, Derek and Cindy, Bell and James, People`s Choise, Soul Survivors, Ebonys, por nombrar solo a los que han tenido algún éxito importante. Particularmente interesante eran New York City, que grabaron con Thom Bell un increíble Quick, fast, in a hurry (1973), y no hay que olvidar que Hall and Oates, el dúo blanco más lleno de soul, viene de Filadelfia. Grandes estrellas de Filadelfia: Los Stylistis y los Trammps, los unos, reyes de lo dulce,los otros, de la pista de baile. Sin embargo hoy en día no se habla del sonido de Filadelfia, pero marco un estilo dentro de la music disco. |
La fiebre discotequera - Los grandes de los 70 - Cine disco |