Más de 40.000 almas en el
Estadio Unico de La Plata
Por Romina Rodriguez | De Desde
Abajo | Buenos Aires, Lunes 29 de noviembre de 2004
Ir a ver un recital de Los
Piojos en estos días se ha convertido en todo un ritual.
Esta vez le tocó el turno al Estadio Ciudad de La Plata y miles de platenses y
no platenses iniciaron el rito tempranamente. Desde que descendieron de sus
colectivos, micros especialmente alquilados para la ocasión, autos o
simplemente a pie, ya se sentía la potente energía que envuelve a este tipo de
recitales.
Todos los puestos de remeras, gorros, pines y demás, apostados alrededor del
Estadio y los puestitos de comida también formaban parte del ritual piojoso.
La gente comenzó a ingresar al predio sin ningún tipo de problema, pero
siempre ante la mirada atenta de los policías y las personas de seguridad.
Con un campo casi repleto y las tribunas en la misma condición, el show comenzó.
Eran las 9.30 aproximadamente, quizás uno minutos menos, las bengalas se
encendieron y las explosiones de los cohetes se mezclaron con el inicio de
"María y José", primer tema de la noche.
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La fiesta había
comenzado formalmente. Una noche espectacular, luces impactantes, un juego de
laser que se entremezclaba con las estrellas y un muy buen sonido, hicieron de
este recital algo inolvidable.
"Desde lejos no se ve", seguía en la lista. En cada estribillo del
tema, cuando Andrés Ciro cantaba "…desde lejos no se ve…", las
luces del Estadio se encendían por completo y de esta forma los músicos sí
podían ver a gente que estaba ubicada más lejos.
Para bajar un poco la adrenalina "Amor de Perros" comenzó sonar. Este
es el tema del nuevo video de la banda que ya se puede ver en todos los canales
de música. En esta oportunidad el público quedo en penumbras y los
encendedores tomaron protagonismo.
En el tema siguiente, la armónica comenzó a sonar y los primeros acordes se
hicieron familiares. Era el turno de "Pistolas", tema de Tercer Arco.
Pegadito "Agua", canción que dio un respiro a los presentes.
Andrés se alejó un ratito del micrófono y Pity tomó su lugar interpretando
un reggae dedicado a los cubanos y en contra de los Estados Unidos.
Cuando Ciro volvió, llegó quizás el momento más emotivo de la noche.
"Este tema se lo quiero dedicar a una persona especial…a él le gustaba
mucho esta canción". El tema en cuestión era "Todo pasa"
(Dolores no llores) y de esta manera el recientemente fallecido Adolfo Castelo
estuvo presente. El público aplaudió muy fuerte esta dedicatoria.
Contrarrestando esta parte melancólica, y pasada"Fantasma", comenzó
la parte más divertida de la jornada de la mano de "Don't say
tomorrow", tema que mecharon con "La Gallina turuleca", clásica
canción infantil de Gaby, Fofó y Miliki y que fue imposible no cantar.
Bordeando las 11.15 se realizó el corte pero para volver con aún más energía.
Vestidos con batas verdes, los músicos cantaron, obviamente, "Como Alí"
y la gente rebotó por doquier.
Para seguir cantando, saltando y en esta oportunidad recordando, se vino
"Verano del 92".
Bajó un poco
el ritmo con "Canción de cuna", dedicada a todos los hijos de los músicos
y a los que vendrán más adelante. Así lo señaló Ciro. También anunció que
el recital era el último del año y que por 5 o 6 meses no se subirán a un
escenario porque debe someterse a una operación en ambas rodillas.
En medio de "El balneario de los señores crotos" Andrés pasó a
presentar, uno por uno, a toda la gente que trabaja con Los Piojos, según su
antigüedad. Estos recibían una remera y una armónica autografiada por el
cantante.
Para el final de la noche quedaron, otro de los archiconocidos, "Farolito", "Babilonia" y "Te diría". A esta altura habían pasado 3 horas, 3 increíbles horas. La gente comenzó a retirarse pero parecía que los músicos no tenían la misma intención. Se quedaron leyendo todas las banderas que estaban colgadas, hasta que finalmente se despidieron, las luces se apagaron y el Estadio recobró la tranquilidad original.