ESTO DEFENDEMOS, ESTO QUEREMOS

 

Estimados compañeros todos de la Escuela de Psicología de la Universidad Bolivariana

 

             A raíz de los acontecimientos penosos ocurridos en nuestra escuela en donde se ha despedido de su cargo al director, Sr. Horacio Foladori, y considerando la amenaza que esto representa para el proyecto de escuela, pues nada sabemos acerca de la continuidad de éste y su equipo de gestión, es que creemos necesario y urgente hacer un poco de historia para hablar del proyecto de escuela, proyecto que se ha formado a partir de triunfos enmarcados en una historia de diferentes movimientos en que todos de una u otra manera hemos participado. Ante esto queremos explicitar cuáles han sido y son todavía hoy, estos lineamientos que se establecen cada vez que alguien, que pertenezca a nuestra historia bolivariana, se refiere al proyecto de escuela.

            El director H. Foladori llegó a la dirección de nuestra escuela allá por el año 1995. La gestión directiva de la escuela, hasta ese entonces dejaba mucho que desear, caos curricular, inconsistencia en los contenidos académicos, en suma, un eclecticismo que no conducía a ningún lugar desde dónde pensar seriamente nuestro saber, (a modo de ejemplo, la Psicología general se reducía a los manuales de Psicología estilo Withaker y Papalia ¿les suena?). Esto provocó un movimiento masivo por parte de los alumnos, que se plasmó en la realización de un claustro, y con el cual se determinó un cambio en la dirección de la escuela.

            Las generaciones que han llegado, debido al continuo flujo de personas que transitan por esta escuela, tienden a pensar que el proyecto que los acoge ha tenido siempre las características actuales, que este proyecto siempre estuvo ahí, y que siempre lo estará; por esto es importante explicitar que este proyecto se ha generado, se está  y se ha transformado por acción de los directamente involucrados, alumnos y académicos, y que hoy queda fuertemente interrogado en su continuidad, debido a ésta interrupción forzada y violenta por parte de la Junta directiva de la universidad.

              Es nuestra intención en este escrito explicitar en concreto, qué elementos, posibles de reconocer por todos, configuran por primera vez un proyecto de escuela, y cómo éste se ha sostenido con la pública participación de los distintos estamentos al interior de la misma.

            Con el cambio de gestión en el que la actual dirección llega uno de los primeros resultados: la modificación de la malla curricular, en el sentido de permitir la libertad de cátedra.

            A partir de este nuevo escenario, se comenzó el nuevo perfil del proyecto, con las jornadas de discusión que se llamaron "Qué Psicología Queremos"[1] donde tanto alumnos como docentes participaron. A partir de allí la escuela fue escribiendo su propia historia.

            Los momentos de cambio se fueron sucediendo, y se plasmaron en varias iniciativas que se deben explicitar:

            Uno de los más significativos cambios es la creación del Consejo Académico de la Escuela de Psicología, que como sabemos tiene representación triestamental y de manera igualitaria. En esta iniciativa que si bien surge de la dirección, se destaca un gesto único de confianza y coherencia, ya que el director, aunque preside, es el único que no tiene derecho a voto. Esto es una característica única en el ámbito nacional; no existe ninguna otra universidad que cuente con la participación, en un consejo académico, de la voz y votos del estudiantado[2], lo que se traduce en que los destinos de orden académico de esta escuela están en manos de alumnos, académicos y administrativos.

              Siguiendo con esta lógica de devolver el poder a los involucrados directos, es que se han modificado reglamentos como, el de ayudantía, el de titulación, el de practicas profesionales, el de aprobación de ramos, etc. Todos con el espíritu de que los alumnos y los profesores, se hagan cargo cada vez, de manera más significativa de los procesos en los que se ven involucrados a partir de las diferentes tareas que los constituyen.

              Además de estos elementos, la escuela ha demostrado tener en todo orden de cosas una política abierta, dentro de esta idea se pueden contar, en el orden académico, las iniciativas de presentar las Prácticas Profesionales a la escuela, para que esta pueda ir modificando las características de la formación, y pueda a sí mismo reconocerse en un operar característico; un operar sensible y directo sobre las problemáticas que nuestro país vive diariamente.

             Otra característica, particular de nuestra escuela (y con grandes repercusiones al momento de la práctica profesional y el trabajo) es la realización de entrevistas desde tercer año, vía las atenciones que realizan en el Caps de la escuela, a partir de las cátedras. Estas experiencia profesionales, encuentran su síntesis en los espacios de supervisión, y en los llamados Ateneos, que son una forma de que la escuela pueda ir mostrando y repensando la labor social y profesional que se desprende de este proyecto, abierto a la discusión continua por los mismos involucrados. Dichas prácticas constituyen un espacio privilegiado en la carrera de psicología de nivel universitario, pues cuentan con el permanente apoyo de  supervisiones y de reuniones clínicas.

              Dentro de la lógica de la gestión de la escuela, otra iniciativa que se desprende de la política abierta, es la jornada anual de cuentas de gestión, en que el director y su equipo, explican los diferentes ámbitos de la administración del año a la escuela,  lo que también como hecho único permite a los diferentes estamentos de la escuela y la universidad, evaluar qué, cómo y en qué se han invertido los recursos dentro de la gestión, a partir de información oportuna y fidedigna.

              En un plano académico fundamental, se ha trabajado en la elaboración de espacios de formación transversal donde diferentes líneas de investigación y reflexión tengan cabida dentro del proyecto institucional: la Cátedra Marie Langer, El Seminario sobre Violencia, El Seminario de Psicología Social, etc. donde la escuela, en un permanente ejercicio, se ha visto llamada a reflexionar sobre las orientaciones que se hacen relevantes, para la escucha de los hechos que nos competen, dentro del marco psicológico en lo particular y dentro de las ciencias sociales en lo general. En estos espacios, no sólo se congregan estudiantes en torno a un expositor, sino que académicos en torno a otros, generando un espacio de discusión y actualización permanente, tanto para estudiantes y académicos.

              En el trabajo de extensión, esencial en la vida universitaria, destacamos la creación de la Revista PUERCOESPÍN,  constituyéndose como un medio para llevar más lejos de los límites de la universidad la voz de lo que hemos estado construyendo, además de posicionarnos como un aporte a la reflexión que en nuestro país se da, donde se muestra no sólo un cierto perfil académico, sino que se presenta en su conjunto a la escuela. Si bien es cierto que las publicaciones constituyen un quehacer común en el ámbito universitario, no lo es el hecho de que los estudiantes pueden realizar publicaciones de manera independiente (sin un profesor patrocinador) y expedita.

Rescatamos también en esta área, el trabajo que se da en la cátedra Marie Langer, donde se invita a destacados investigadores de nuestro país, a cátedras abiertas a todo quien quiera escucharlas, y el trabajo del Caps que a partir de la Autonomía lograda después de movilizaciones estudiantiles, se ha posicionado dentro de la comunidad con el trabajo que ofrece; trabajo que obviamente puede aspirar a mucho más, pero en el que la iniciativa estudiantil siempre es deseada.

              Todos estos elementos enunciados aquí representan un continuo y siempre emergente proyecto, en el cual ha sido esencial la Confianza en las capacidades de los actores que lo sustentan, pero que también ha generado dificultades coyunturales, asambleas, discusiones, etc. para llevarlas a su concreción.

     El nuevo escenario al que se obliga, desde la cúpula directiva de La Universidad Bolivariana, con criterios de corte empresarial, no pueden dejar de ser repudiados, y esto, desde una historia que se ha escrito con una autonomía demostrada en los hechos; es decir, pensar, discutir y crear con libertad, desde los diversos sectores de la escuela, para plasmar  efectivamente un proyecto sensible, tanto a las demandas dentro de nuestro ámbito, como a las demandas de una población inserta en una realidad que muchas veces es injusta, y en la cual no podemos ser actores sociales indiferentes, estamos llamados a intervenir.

Es éste Proyecto de Escuela el que nos invita a participar activamente, basado en definitiva en una ética académica que busca el cambio, pero en un ejercicio sostenido y coherente de experimentación y de compromiso social, que está muy lejos de ser oportunista y coyuntural.

            Es por una practica histórica al interior de esta universidad, en el marco de la Escuela de Psicología, que no podemos permitir que, hoy por hoy, se amenace la autonomía que hemos demostrado tener sobre los productos de un trabajo que en la figura de Horacio Foladori, y su equipo directivo de gestión, se ha podido confirmar. Confiamos en nuestro director y su equipo, porque ha sabido llevar de manera coherente, desde el orden necesario a nivel administrativo, hasta dar las bases para que, todos nosotros, trabajemos en la coherencia del proyecto formativo al interior de la escuela de psicología.

            Es por esto que estamos en posición de negar la salida de nuestro director y su equipo, por no corresponder a una medida que cuente con el apoyo de la Escuela de Psicología, y a reivindicar la acción de un claustro (hacer universidad) que debe ser llevado a cabo desde el comienzo de clases, en donde se discuta y piense las alternativas a exigir para que el proyecto de escuela, que evidentemente no se agota en este escrito, sea mantenido en su espíritu, es decir una reflexión rigurosa y sostenida sobre bases participativas y que aspiren a un cambio, al que no le tenemos miedo, pero que exigimos debe emerger desde un trabajo que involucre a los directamente involucrados, los que conformamos la Escuela de Psicología de la Universidad Bolivariana. ¡Reivindicamos la historia de la escuela  para hacer movimiento!

 

Verano de 2003.

 

 COORDINADORA DE TITULADOS Y EGRESADOS

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA



[1] Existe un documento publicado al respecto, escrito por H.Foladori.

[2] Conviene recordar los numerosos paros, pliegos de peticiones, etc. que ha realizado la Universidad de Chile para lograr lo que nosotros tenemos, y que ellos aún no tienen.

 

PRINCIPAL|OTROS COMENTARIOS