M. Bakunin
La Asociación Roja
Escrito: En 1870.
La Libertad política sin la igualdad económica
es una pretensión, un fraude, una mentira; y los trabajadores no desean
mentiras.
Los trabajadores se esfuerzan luego,
necesariamente, en una transformación fundamental de la sociedad, el resultado
de la cual debe ser la abolición de las clases, igualmente en lo económico
como en sus aspectos políticos: un sistema social en el cual todos los hombres
entrarán en el mundo bajo condiciones especiales, podran desplegarse y
desarrollarse, trabajar y gozar de las cosas buenas de la vida. Éstas son las
demandas de la justicia.
¿Pero cómo podría, desde ese abismo de
ignorancia, de miseria y esclavitud, en que los trabajadores sobre la tierra y
en las ciudades son hundidos, llegar a aquel paraíso, los logros de justicia y
humanidad? Para ello los trabajadores tienen un medio: la Asociación de
Consejos.
A través de la Asociación ellos se refuerzan,
mutuamente se mejoran el uno al otro y, a través de sus propios esfuerzos,
hacen a un lado esa ignorancia peligrosa que es el sustento principal de su
esclavitud. Por medio de la Asociación ellos aprenden a ayudar y apoyarse entre
si. Por eso ellos convocarán, finalmente, un potencia que se demostrará más
poderosa que todo el capital burgués confederado y poderes políticos reunidos.
El Consejo debe convertirse en la
Asociación en la mente de cada trabajador. Debe convertirse en la contraseña
de cada organización política y de agitación de los trabajadores, la contraseña
de cada grupo, en cada industria en todas partes de la tierra. Indudablemente el
consejo, es la muestra más grandiosa y esperanzada de la lucha proletaria, un
presagio infalible de la próxima emancipación completa de los trabajadores.
La experiencia ha demostrado que las
asociaciones aisladas no son más poderosas de lo que son los trabajadores
aislados. Hasta la Asociación de todas las Asociaciones de Trabajadores de un
país solo no sería suficientemente poderosa para levantarse en conflicto
contra la combinación Internacional de toda ganancia que hace el capital
mundial. La ciencia económica establece el hecho de que la emancipación del
trabajador no es sólo una pregunta nacional. Ningún país, no importa cuan
rico, poderoso, y bien servido sea, puede emprender -sin arruinarse y rendir a
sus habitantes a la miseria- una alteración fundamental en las relaciones entre
el capital y el trabajo, si esta alteración no es lograda, al mismo tiempo, al
menos, en la mayor parte de los países industriales del mundo. Por
consiguiente, la pregunta de la emancipación del trabajador del yugo del
capital y sus representantes, los capitalistas burgueses es, ante todo, una
pregunta Internacional. Su solución, por tanto, sólo es posible a través de
un Movimiento Internacional.
¿Este Movimiento Internacional es una idea
secreta, una conspiración? En absoluto. El Movimiento Internacional, el Consejo
de Asociación, no dicta desde arriba o prescribe en el secreto. El federa desde
abajo y va a mil cuartos. Habla en cada grupo de trabajadores y abraza la decisión
combinada de todas las facciones. El Consejo vive la democracia: y siempre que
la Asociación formula proyectos, esto lo hace abiertamente, y habla a todos
quienes quieran escuchar. Su palabra es la voz del trabajo que recluta energías
para el derrocamiento de la opresión capitalista.
¿Qué dice el Consejo? ¿Cuál es la demanda
que hace a través de cada asociación de aquellos que trabajan y piensan, en
cada fábrica, en cada país? ¿Qué pide? ¡Justicia! La justicia más estricta
y los derechos de la humanidad: el derecho de hombres, mujeres y niños,
independiente de toda distincion de nacimiento, de raza, o de credo. El derecho
de vivir y la obligación de trabajar para mantener ese derecho. El servicio de
cada uno a todos y de todos a cada uno. Si esta idea aparece espantosa y
prodigiosa a la sociedad burguesa existente, tanto peor para esta sociedad. ¿Es
el Consejo Acción una empresa revolucionaria? Sí y no.
El Consejo de Acción es revolucionario en el
sentido que substituirá a la sociedad basada sobre la injusticia, la explotación,
el privilegio, la pereza, y la autoridad, por una que se funde sobre la justicia
y la libertad para toda la humanidad. En una palabra, quiere una organización
económica, política, y social, en la cual cada persona, sin prejuicio alguno
respecto de sus idiosincrasias naturales y personales, encontrará igualmente
posible desarrollarse, aprender, pensar, trabajar, ser activa, y gozar de una
vida honorable. Sí, esto desea; y repetimos una vez más, si ello es
incompatible con la organización social existente, tanto peor para esta
sociedad.
¿Es revolucionario el Consejo de Acción en el
sentido de barricadas y de la sublevación o manifestación violenta? No; el
Consejo manifiesta poco interés en esta clase de políticas; o, más bien, hay
que decir que el Consejo no toma en absoluto parte en ellas. Los revolucionarios
burgueses, ansiosos por algún cambio de poder, y los agentes policiacos, que
encuentran ocupación en las explosiones pasajeras de ruido y furia, se
fastidian enormemente con el Consejo de Acción debido a la indiferencia de este
hacia sus actividades y esquemas de provocación.
El Consejo de Accion, la Asociacion Roja de
aquellos que quieren y trabajan, comprendió, hace mucho, que el político burgués
-no importa cuan rojo y revolucionario hhaya podido parecer- nada ha servido para
la emancipación de los trabajadores,sino, mas bien, ha endurecido su
esclavitud. Y aún cuando el Consejo no hubiese comprendido este hecho, el juego
miserable, que ocasionalmente juegan, el burgues republicano e incluso el burgués
socialista, habrian abierto los ojos de los trabajadores.
El Consejo de Acción, siempre desarrollándose
más completamente en el Movimiento de los Trabajadores Internacionales, se
sostiene con severidad a distancia de las tristes intrigas políticas, y conoce
hoy sólo una política para cada grupo y para cada trabajador: su propaganda,
su desarrollo y organización en la lucha y la acción. El día cuando la mayoría
de los trabajadores del mundo se haya asociado através del Consejo de Acció,
se haya firmemente organizado através del Consejo de Accion, y asi, firmemente
organizadas sus divisiones en una solidaridad común de movimiento, ninguna
revolución, en el sentido de insurrección violenta, será necesaria. Así se
verá que los anarquistas no apoyan la violencia abortiva que sus enemigos les
atribuyen. Sin violencia, la justicia triunfará. La opresión será liquidada
por el poder directo de los trabajadores por medio de la asociación. Y si aquel
día hay impaciente suplica, y algún sufrimiento, esto será culpa de la
burguesía que rechaza reconocer lo ocurrido con su maquinación. Para el
triunfo de la revolución social en sí misma, la violencia será innecesaria.