• Audi TT: ¿peligroso a altas
velocidades?
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El estilo
en su máxima expresión
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Un 4x4 de
verdad
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Lo nuevo
de Subaru
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Sin perder la robustez, desde su origen fue
incorporando confort, y prestaciones. Hoy muestra un particular equilibrio
y se destaca en el off road
Un 4x4
de verdad
Hoy en día los
vehículos capaces de circular con ambos ejes traccionando se han
transformado en una arrolladora realidad, tanto en el campo como en las
ciudades. Los vemos circular de diferentes tipos y tamaños, y también para
todos los gustos, bajo una denominación común en el mundo entero: SUV
(sport utility vehicles).
Cuesta creer que no hace mucho tiempo no sólo
eran una rareza aquí en nuestro país, sino que tampoco abundaban más allá
de nuestras fronteras. Pocas empresas desarrollaban este tipo de productos
antes de 1980, y si lo hacían, se dedicaban en su mayoría a la producción
de vehículos con un corte netamente utilitario, sin las comodidades
suficientes como para hacerlos muy populares. Toyota para ese entonces ya
tenía una vasta experiencia en este rubro; el Land Cruiser aparecido en
1951 fue uno de los primeros vehículos de este tipo, junto a los Jeep y al
Land Rover serie I, en ser producidos en serie para circular
específicamente por donde otros no podían, obviamente sin las comodidades
que la caracterizarían muchos años después.
Sin embargo, sería la pick-up de Toyota la
base y el "pariente" más directo de la actual 4Runner o SW4, como es
conocida en nuestro país, ya que en un comienzo, allá por 1984, nació como
una hermana "carrozada" de la pick-up Hilux en una época en que no existía
un mercado tangible de "sport-utilities", aunque ya se lo veía venir. En
1990, comienzo de la década y del furor por los SUV, el SW4 incorporó una
carrocería propia, cambios en los ejes y en las suspensiones.
El que hoy llega a nuestras manos es un
auténtico SUV, desprovisto de los rastros que signaron su origen, pero
mantiene la robustez general de sus ancestros. Este SUV que nace en EE.UU.
para satisfacer la gran demanda de estos vehículos en el país del Norte
poco tiene que ver con la austera y laboriosa Hilux de las pampas; a pesar
de que mantiene aquí su nombre, la estructura se basa en la Tacoma que
posee, aparte de más robustez en el chasis, un ancho de trocha levemente
mayor.
Imponente
Su aspecto es imponente. Los sucesivos
"restylings" le fueron otorgando cada vez más agresividad sin perder su
estilo. Es particularmente maciza y se encuentra bien apoyada sobre unas
impactantes cubiertas 265/70 16" . A pesar de los años este diseño simple
con toques oportunos y actuales aparece muy vigente. El interior es muy
tradicional, sin resoluciones estéticas sorprendentes. El diseño, la
materialidad y el funcionamiento de los componentes y comandos es donde
más se nota el paso de los años: son extremadamente convencionales. Pero
muestran la solidez necesaria para absorber el trato más duro.
El espacio interior es realmente amplio.
Mantiene el piso elevado, típico de la marca, que nos brinda una sensación
particular que se diferencia de la mayoría de los SUV, y nos otorga una
posición de manejo algo más extendida. Las butacas son cómodas, también de
concepción tradicional, no muy envolventes, y para lograr una adecuada
posición de manejo contamos con la posibilidad de regulación de la columna
de dirección. Las plazas traseras cuentan con el suficiente espacio para
las piernas que junto a un amplio cojín posibilitan viajar cómodos a 3
adultos aun en viajes prolongados. El sector de cargas también se destaca
por la amplitud; es particularmente profundo y se diferencia del
resto.
El equipamiento no sorprende teniendo en
cuenta que estamos sobre un vehículo que supera holgadamente los u$s
50.000. Tiene todo lo básico que se puede esperar de un vehículo de estas
características, aunque con algunas faltantes, como el comando de apertura
de puertas a distancia, un cargador de CD o un climatizador automático. El
techo corredizo eléctrico es muy amplio y posibilita disfrutarlo en toda
su dimensión.
En marcha, notamos un comportamiento normal.
En ciudad nos parecieron sumamente logradas las suspensiones muy
confortables y precisas. El motor de 3L turboalimentado de 125CV se
muestra muy apto para mover ágilmente los 1.750 kg que pesa el SW4. Abajo
quizás es algo perezoso, pero ante cualquier solicitud, y a cualquier
velocidad, reacciona de manera satisfactoria. En alta exigencia la
insonorización no es suficiente, y el sonido del motor es protagonista del
espacio. Algo para mejorar.
Dinámicamente se comportó muy estable, sin
vicios. La dirección tiene un grado de asistencia justo que nos permite
conducir seguros aún a altas velocidades. Posee una correcta estabilidad
direccional aun en curvas rápidas y sólo en pavimento mojado muestra una
marcada tendencia a sobrevirar, lo que nos alerta de la conveniencia de
transitar con la doble tracción conectada para mejorar el
control.
Sorprende el radio de giro que facilita
notablemente las maniobras de estacionamiento, a pesar que debemos tener
precaución, porque la altura de los paragolpes está por encima de la
mayoría de los autos.
Buscando el
límite
Aparte de las prestaciones generales en ruta,
que para un turbodiesel son notables, el SW4 se destaca en el "off road".
La tradición y sus orígenes se notan y son bienvenidos. Una estructura de
bastidor de largueros, mecánica simple de acoples de tracción, buen
despeje, recorridos de suspensión largos, y correctos ángulos de ataque y
salida, nos dan la pauta de que estamos frente a un 4X4 de verdad, del
cual podemos esperar una respuesta confiable para encarar cualquier
obstáculo.
Lo evaluamos en un terreno de desarrollo
trialero de gran complejidad, a la altura de las expectativas que teníamos
sobre este producto nipón. La conexión de la tracción total y de la "baja"
es 100% mecánica. El paso de 4X2 a 4X4 en "alta" se efectúa en marcha y
hasta los 80 km/h, con un procedimiento simple, a través de una palanca
convencional que por su recorrido no genera errores en la conexión, siendo
ideal cuando se pierde sorpresivamente adherencia o al acceder a un camino
con piso complicado.
Aparte de la solidez general, se destaca el
despeje y los recorridos de suspensión delanteros y traseros, que junto a
la justa distancia entre ejes nos permitió siempre poder transmitir la
tracción al terreno.
El importante torque de 30 kgm a 2400 rpm y
la muy buena reducción en baja de 2,5 a 1 nos permitió trepar pendientes
comprometidas con una suave presión sobre el acelerador sin necesidad de
inercia, aplicando la potencia plena de manera suave justo donde y cuando
la necesitamos. Además cuenta con un diferencial trasero con autoblocante,
dispositivo que nos da un rango más de facilidad en la conducción. Estas
herramietas tan necesarias y valoradas en el "off road" más puro y
extremo, el SW4 las tiene. Y nos permiten contar con él, aunque nuestro
uso del vehículo sea extremo, por un período prolongado, siempre que
nuestro manejo sea racional.

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