E P I F A N I A
Meditación
Día
de Reyes magos, seis de enero.
De
niño es preguntar: ¿Qué me trajeron?
De
adulto comprobar: ¿Qué me dejaron?
Y
es de viejos, incrédulos y avaros:
sospechar
que los Reyes les robaron.
Yo
considero estos zapatos míos
y
los encuentro llenos de...vacío.
Mas
ya sólo tenerlos es regalo,
en
los tiempos que corren, nada malo.
Así
que: ¡gracias por estos zapatos!
Y
mientras me los pongo y me los ato,
descubro
otro regalo y me enmimismo:
¿no
es don poder calzarse por sí mismo?
Y
al ir desenvolviendo reflexiones
crece
mi gratitud por tantos dones.
Caigo
en la cuenta, con sorpresa mía,
de
que es un día de Reyes cada día.
Porque
al calzarse cada día los pies,
recibe
el hombre, en don, cuanto hace y es.
Y
lo que da la vida, aunque parezca malo,
es,
bien mirado, todo de regalo.
Encuentro
al despertarme... de mi engaño,
que
es corona de gracias todo el año.
Y
que la Epifanía manifiesta
que
toda nuestra vida es día de fiesta.
Que
nadie el Don de Dios, por tanto, mida
por
los puntos que calza en esta vida.
Cuando
regala, Dios tiene por norma
rebosar
de abundancia toda horma:
deja
lo mismo en la alpargata rota
que
en los charoles y en las finas botas.
¿No
vale más la vida que el vestido?
Descalzos
nacen reyes y mendigos.
Fueron
los Reyes Magos los primeros
en
saberse, sin Cristo, pordioseros;
y
en deponer ante los pies del Niño
su
ofrenda de fatiga y de cariño.
Los
primeros también que comprendieron
que
Tú dejabas a estos hijos ruines
colmados
de Jesús los escarpines. [Horacio Bojorge]