FOUCAULT
(2006)
1.
No porque su perro roa un hueso
al gaucho le crece un diente de marfil.
Por la arboleda universitaria umbría
caminan el linyera y su acompañante
desnudos con las ojotas en la mano
en busca del gato angora prófugo.
Es posible dar un sentido preciso
y un contenido asignable a cada rúbrica;
se conjuran las mezclas peligrosas,
los blasones y las fábulas vuelven a su alto lugar.
2.
El enano que vende biromes a un peso
es mejor amigo que el tigre sin garras.
En el nicho siete gotas forman un rostro
reflejado en el doble fondo de una cacerola
sin pelo en absoluto y con nariz y boca
en relación desportillada media.
Aquí la monstruosidad no altera
ningún cuerpo real, en nada modifica el bestiario
de la imaginación, no se esconde en la profundidad.
3.
Si la sílfide rompe la media luna
del espejo del ropero, peor para ella.
Por la ventana en progresión militar
un coronel y los restos pasan
de su tropa antaño vencedora
en Las Flores, Bragado y Maipú.
La monstruosidad que se hace circular
por la enumeración consiste
en que el espacio del encuentro
se halla en ruinas.
4.
Para la gorda bañada en perfume caro
no hay perdón ni comida ni comprensión.
En la plaza tres conejos fugados
intentan juegos sexuales prohibidos
en los códices zoológicos que el cuidador en vano
pretende restaurar por si las putas.
Jamás se logrará entre cada uno
de estos conjuntos y el que los reúne definir
una relación estable de contenido a continente.