LORCA EN UN COMPLETAMENTE BELLO ESPECTACULO
Federico García Lorca fue uno de los más grandes
poetas de la lengua española y uno de los más
amados en Argentina, un país con el cual tuvo lazos emocionales
muy fuertes que sólo su prematura y brutal muerte pudo
romper.Los poemas y obras de teatro de Lorca son frecuentemente
representados en escenarios aquí, siendo Amigos Intimos
uno de los últimos emprendimientos.
El director Javo Rocha ha ideado un recital completamente bello
en el cual la mímica y la danza son tan importantes como
el recitado de los poemas. En realidad se encuentran también
dos escenas de su obras Doña Rosita la Sotera y Bodas
de Sangre, ambas puestas en escena en una forma muy creativa.
Así es todo el espectáculo, el cual incluye los
éxitos lorquianos La Casada Infiel y el lamento épico
por la muerte del famoso torero Ignacio Sánchez Mejía.Rocha
dirige un gran elenco de jóvenes, talentosos y buenos
mozos actores. Rocha es sorprendente en su representación
de La Luna (Bodas de Sangre) en la cual muestra admirables habilidades
físicas. No menos notables son las actuaciones del versátil
Andrés Gioeni, Guillermo Nuñez, Martín
Teglia, Martín Oteiza (también un talentoso saxofonista),
Soledad Vargas, Natalia Clavero, Alejandro Molina, Susana Adorante,
Patricia Mateos, Ximena Goldenberg, Javier Sintiolo, los cuales
actúan en diferentes partes. Pero, con el debido respeto
a la actuación del comprometido elenco, es la forma inventiva
de Rocha con cada uno de sus textos lo que atrapa la atención
del público. Rocha maneja a su elenco con la habilidad
de un coreógrafo, creando bellas escenas que atrapan
la visión y que al mismo tiempo mantienen el movimiento,
evitando así cualquier tipo de alargamientos tediosos.
Lo cual significa, por supuesto, que no ha dejado en libertad
a un grupo de marionetas movidas por la energía de una
batería durante todo el tiempo. Rocha puede también
alcanzar momentos mágicamente poéticos.El vestuario
simple y evocativo de Emilse Benítez, la imaginativa
coreografía de Leandro Gazzia y la atmosférica
iluminación de Ariel Martínez-Dupuy y Rocha son
dos componentes fuertes para este poético espectáculo.
Alfredo Cernadas Quesada
Buenos Aires Herald
1° Noviembre de 2003