Para la hija de un amigo:

Marí-marí pichi ñaña allkütunge fütache ñi piel (hola pequeña mujer escucha lo que dice este viejo).
No te conozco pero sos la hija de un amigo y me basta, cuando era chico me contaron del paraíso, que era todo blanco, dulce, con bella música celestial y de acuerdo a como me comportaba en la vida era mi camino, y una vez a punto de partir, mis amigos y seres queridos me ayudaron a quedarme, yo no entendí esto hasta hace muy poco, era mas simple de lo que parecía. Amo el rock pesado, amo el blues, amo el folklore, amo la naturaleza, me identifico con los árboles, las plantas, los animales, la gente, y por sobre todas las cosas las diferencias lo bueno de lo malo, el azul del rojo, lo lindo de lo feo y me di cuenta que este era mi paraíso y me quiero quedar acá, el otro no lo conozco, se me llenó de fuerza el corazón y empecé a escuchar el sonido del "cultrúm" (tambor de ceremonias) en el pecho, ya lo tenía no lo escuchaba, es el mismo que retumba en tu pecho, escúchalo.

Con esa fuerza, cuando vivía en Angostura, en el lago Espejo, hotel Don Bosco en donde había una "pehuen" (araucaria), que se había quemado en el incendio del hotel y parques nacionales la había dado de baja como muerta, me le acerqué le puse la mano en el tronco y la sentí, la sentí viva, durante 6 meses la amé, la acaricié, le hablé, hasta que empezó a brotar nuevamente sus ramas, no lo podía creer pero ahí estaba, mostrando que no se dejó vencer.

Ahora desde acá voy a ir a la ventana y mirando al sur voy a mandar toda la fuerza que me sea posible para que pronto te levantes y vayas a ver a mi pehuen, está al lado de la entrada principal del hotel, le pongas la mano en el tronco, ella sabrá que te mandé yo, y luego me contarás como está.