El Cine Francés de Nuestros Días

Por Maximiliano Curcio

 

 

UN DEBATE ENTRE LA IDENTIDAD PROPIA Y SU LUGAR DENTRO DE HOLLYWOOD.

 

El cine francés de la actualidad, el del nuevo Siglo, ha demostrado con facilidad que es capaz de, en numerosas oportunidades, cruzar su propia frontera. “Recursos Humanos” (2000) de Laurent Cantet fue un film vendido con éxito a diversos países europeos, a Estados Unidos e incluso a la Argentina (donde fue premiado en el Bafici). Un año después el film “El Gusto de los Otros”, de Agnès Jaoui, se distribuyo aun en latitudes mas polarizadas y con la ayuda de un gigante como Miramax represento a Francia en los Oscar edición 2001.  En más de treinta países, en todo el territorio americano (con la ayuda de Miramax), y ha representado a Francia en los Oscar en 2001.  Films de tipo mas comerciales como en su momento las secuelas de “Los Ríos Color Púrpura” (2005) y “Taxi” (2002), también lograron un gran recibimiento en Oriente, mas específicamente en Japón, batiendo records de recaudación. Estas últimas producciones, enmarcadas en el género policial o de acción toman rasgos estilísticos del cine comercial de Hollywood, como lo hace también la paródica “Asterix y Obelix Contra el Cesar”, otro ejemplo de producciones francesas a la american way o que bien adoptan a la meca del cine como vía de financiación para sus producciones.

Y si hablamos de Hollywood, sin dudas el mercado más codiciado, pero también el mas dificultoso de conquistar, supo saber admirar el talento de actores y actrices galos que cruzan la frontera para rodar del otro lado del Atlántico. Así lo han hecho en varias oportunidades Catherine Deneuve, Juliette Binoche, Jean Reno y Gerard Depardieu. Un caso singular es el de la actriz Audrey Tautou, protagonista de “Amelié” (2001) y “Amor Eterno” (2004), sendos films con enorme repercusión y aluvión de premios en Hollywood, pasaporte que le permitiera a la actriz ponerse a las ordenes de Ron Howard para la adaptación de “El Código Da Vinci” (2006) o de Stephen Frears para “Negocios Entrañables” (2003).

En cuanto a los cineastas, Luc Besson (que realizara “Azul Profundo”)  con producciones del estilo de “El Quinto Elemento” (1998), Jean Pierre Jeunet (el autor de “Delicatessen”) con la secuela de “Alien” (1996) (producida por un gigante como Fox Studios) y Jean-Jacques Annaud (el mismo de “En el Nombre de la Rosa”) con “Siete años en el Tíbet” (1997) hace muchos años que tienen éxito entre el público americano. Por otra parte, Indochina, de coproducción gala, recibió el Óscar a la mejor película extranjera en 1991 y más recientemente un icono actoral como Jeanne Moreau fue homenajeada por la Academia.

Películas de autor, con puntos de vista bien radicales y una concepción del cine vanguardista, que se hicieron lugar en festivales internacionales, lograron conmover a la audiencia de Norteamericana y ganarse la aprobación de la crítica. En ambos extremos encontramos la experiencia y la longevidad de Claude Chabrol, contrapuesta a la juventud del incansable Francois Ozon. El primero, vigente desde los años de la Nouvelle Vague, el segundo un cineasta que gana cada vez más repercusión y cuya seguidilla de films a razón de uno por año podemos disfrutar desde hace algún tiempo en las carteleras locales. Cabe destacar que el cine galo siempre ha sido un cine de identidad y fuerza propia, y ya que se nombro el movimiento de la Nouvelle Vague, vale decir como este también afecto a Hollywood. Al tiempo que fue devoto de algunos de sus realizadores más clásicos -Welles, Wyler, Hitchcock, Ford- también formo a la escuela de cineastas independientes –Scorsese, Coppola, De Palma, Lucas- que luego reforzaran el repuntar comercial de Hollywood en los ’70 y ‘80

 

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