El
Gran Dictador
Por
Matías
Gustavo Pássaro
Sinopsis: Durante la Primera Guerra Mundial, un anónimo
combatiente de la armada de Tomania salva la vida de un oficial
llamado Schultz. Pero el avión en el que huyen se estrella y,
mientras Schultz resulta indemne, el soldado ingresa en un hospital
por amnesia. Allí permanecerá veinte años de su vida, ignorando
por completo los cambios que se producen a su alrededor. Hynkel se
convertirá en el dictador de Tomania y perseguirá despiadadamente
a los judíos con la ayuda de sus dos ministros, Garbitsch y
Herring. A la salida del hospital, el soldado regresa a su antigua
barbería en el Ghetto, esperando encontrar todo lo que dejó veinte
años atrás. Allí, conocerá a Hannah, una joven de la que se
enamorará. Mientras, Schultz se ha convertido en un influyente
oficial del régimen y ordena a sus tropas dejar al barbero en paz.
Hynkel planifica la invasión de Osterlich, país fronterizo, y
cuando Schultz pone en tela de juicio esta decisión, el dictador lo
condena a ingresar en un campo de concentración. Inmediatamente,
Schultz planea su fuga intentando provocar una rebelión contra el
gobierno.
En
1940 el mundo estaba convulsionado por la segunda guerra mundial y
por el avance de los totalitarismos en Europa, encabezados por
Mussolini y Hitler. No solo
eso, sino que los regimenes estaban en su mejor momento, no dejando
lugar para pensar en su caída, sino mas bien, en que eran
indestructibles.
Un
año antes, en 1939 (año en que estalla la guerra), Chaplín estaba
filmando lo que sería su primer película hablada, y era ni mas ni
menos que “El Gran Dictador”, una genial sátira al régimen
de Hitler y su “Tercer Reich”. No lo hizo sin ciertas
dificultades: convengamos que se arriesgó a hacerla en la época de
esplendor de los nazis, y el poder de la censura lo alcanzó tanto
en Europa como en varios estados de Estados Unidos. Sin embargo, la
película es excelente, recordada como una joya del cine y como un
retrato exacto de lo sucedido en aquellos años.
No
sin un toque de humor, Chaplín se arriesgó a realizar esta obra
maestra del cine, criticando a su vez al tan barbárico régimen
germánico. El director y actor nos sitúa en
aquellos años en un país utópico llamado Topomania, donde
gobierna el partido de “Las dos cruces” (un logo parecido a la
cruz esvástica). Chaplin interpreta a dos personajes: el peluquero
judío, quien fue soldado en la primer guerra mundial y tras
salvarle la vida a un superior, sufre un accidente que lo lleva a
perder la memoria. El otro personaje es el dictador Adenoid Hynkel,
ex soldado de Topomania, ahora gobernador de ella (tal cual la
historia de Hitler). Para destacar, cuando empieza en la película,
vemos que dice “Cualquier similitud entre el peluquero judío y el
dictador Hynkel, no es coincidencia, es intención del director”,
tal vez refiriéndose a las supuestas raíces de Hitler, a veces no
muy claras. El ingenio de Chaplin nunca tuvo límites, y lo
demuestra de la forma mas ácida posible.
Luego
de ver el accidente del peluquero judío y un discurso de Hynkel,
nos sitúan ya en 1940, plena guerra y en plena
época de los ghettos, distritos urbanos cerrados donde obligaban a
vivir a los judíos en condiciones miserables, separados de la
población no judía. El peluquero sale del hospital luego de varios
años, pero con la pérdida de la memoria no recuerda bien los
hechos de su época de soldado, y como es de imaginar, no sabe nada
sobra lo que acontece en su país. Cuando llega a su barrio y a su
antigua peluquería, no entiende porque los soldados en las calles,
los vidrios que dicen “judíos”, los abusos y el encierro. Todo
es nuevo para él, y lo peor es que no conoce el peligro que corre.
Alternando
con el papel del peluquero, Chaplin aparece de Hynkel, el cual, no
satisfecho con lo que hace en Topomania, quiere invadir
“Austerlich” (otro país utópico) lo que lo lleva a pelearse
con su colega Benzina napoleón, dictador del país Bacteria, clara
alusión a Mussolini e Italia.
El
punto fuerte de la película empieza cuando el Comandante Schulz,
quien esta a las órdenes de Hynkel, reconoce al peluquero. Fue este
quien le salvó la vida en la primera guerra mundial, pero el
peluquero no lo recuerda. Como agradecimiento Schulz no permitirá
abusos en su ghetto, motivo por el cual Hynkel lo perseguirá a él
tambien y tratará de imponer algo que hasta 1940 (tanto en la película
como en la vida real) no se había utilizado aún: el exterminio de
los judíos. Para ser mas precisos, en 1940 ya Chaplin palpitó lo
que se venía: la llamada “solución final”, que empezó a
ponerse en marcha en los campos de concentración a partir de 1942,
2 años después que la película. Hay quienes dicen que Chaplin
conocía a la perfección las atrocidades cometidas en la Alemania
nazi, y que sabía que no tardaría en llegar eso. Otros hablan de
pura casualidad. Sea como sea, se puede decir que fue un visionario
del horror.
La
película es entretenida, donde hay bastante humor a pesar del tema
que trata, y es realmente aconsejable. Pasan los años y Chaplin
sigue inamovible en lo que a leyendas del cine se refieren. Capaz de
hacernos reír y reflexionar en una misma película, capaz de
interpretar dos papeles completamente distintos de una manera
excepcional. Y como si fuera poco, el final nos espera con un monólogo
que está entre los mejores del cine de todos los tiempos, en donde
llama a la paz y a la conciencia humana.
Una
película sin desperdicios, un director mas que talentoso, y un
mensaje para pedir que no vuelvan a pasar ciertas cosas. Así es
cuando la cámara es un puente entre la cruda realidad y el cine. Así
es Chaplin
Puntaje:
10/10.
Lo
Mejor: Todo, en
especial la sátira a Hitler y a Mussolini.
Lo
Peor: Pasó de enserio
y todavía quedan nazis.
Lo
Destacado: La solución
final 2 años antes.
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